Casi 20 derrumbes nuevos en barrios de La Habana
Además de La Habana Vieja y Cerro, también están afectados los barrios glamorosos de El Vedado y Miramar
Por Natalia López Moya (14ymedio)
HAVANA TIMES – Un grupo de vecinos asombrados y curiosos se aglomeraba la tarde de este viernes frente a un inmueble, con forma de pequeño castillo, en la calle 26 entre 27 y 29 del municipio de Playa, en La Habana. Del edificio brotó un crujido esta mañana, mientras una grieta avanzaba por su fachada y, poco después, terminó desplomándose parte de su piso superior.
Las lluvias de los últimos días han causado al menos 19 derrumbes parciales en la capital cubana, según una fuente oficial consultada por 14ymedio y que prefiere el anonimato. Hubo varios lesionados en esos incidentes e, incluso, un fallecido en el desplome de una pared en la Calzada del Cerro, entre Patria y Carvajal. Los aguaceros han recargado la infraestructura de viviendas que llevan décadas arrastrando la falta de mantenimiento, un nulo proceso inversionista en el sector residencial y el hacinamiento que ha obligado a las familias a dividir, de manera improvisada, los espacios.
Rodeado por un intenso operativo policial y de la Seguridad del Estado, el perímetro alrededor del derrumbe parecía, esta tarde, una zona de guerra. «Por suerte nadie salió herido», aclaraba una anciana que, cercana a un puesto de venta de productos agrícolas, se había convertido en improvisada fuente informativa para los recién llegados, dado el secretismo de los funcionarios oficiales.
«Estaba en mi casa y oí la gritería, yo pensé que era una boda, pero nada de matrimonio, era un derrumbe», detalla a este diario una de las mujeres que asegura haber «nacido y crecido» en la barriada próxima a lujosos alojamientos turísticos, sedes de empresas foráneas y embajadas extranjeras con jardín cuidado y fachada recién pintada.
El inmueble que sufrió el colapso de parte de su estructura fue construido en la primera mitad del siglo XX y forma parte de un estilo arquitectónico que mezcla la funcionalidad de los espacios con ciertos detalles estéticos de grandilocuencia muy apreciados por la burguesía cubana que fue despojada de sus propiedades tras la llegada de Fidel Castro al poder.
Las imágenes transmitidas en las redes sociales dan cuenta de cómo una grieta se fue agrandando en un lateral de la fachada mientras los vecinos gritaban para convocar a los residentes de la casa a que salieran cuanto antes. Las voces manifestaban su preocupación por una niña que estaba entre los residentes que intentaban evacuar la vivienda.
«¡Corre, corre, saquen a la niña!», se les escucha gritar a un hombre y a una mujer, mientras la parte superior de la estructura colapsa y deja un reguero de escombros frente al inmueble. Cuando la nube de polvo cae, se ve a vecinos de los edificios aledaños salir de sus casas en busca de refugio. Ante un derrumbe, nadie se siente a salvo. «Son fuerzas mayores», sentenciaba una residente en la acera justo al frente.
A pesar de la idea generalizada de que los derrumbes solo ocurren en los barrios más pobres y antiguos de La Habana, los residentes en las cercanías del castillo, herido por la desidia, las lluvias y el tiempo, saben que no hay zona de la capital donde no caigan edificios como fichas de dominó.
Como recordatorio de aquel día que fue un parteaguas en la historia de la Isla, el cercano policlínico «1ro de Enero», fecha oficial del inicio de la Revolución cubana, ubicado a escasos metros del actual inmueble colapsado, sufrió un derrumbe hace un poco más de un año que obligó a reubicar a los pacientes y trabajadores.
«La gente cree que porque vivimos en Miramar esto aquí no tiene problemas», advierte Miriam, una empleada del laboratorio clínico del Policlínico que perdió su trabajo cuando el edificio se desplomó. «Me ofrecieron una plaza limpiando piso en otro municipio pero dije que no, ya no le trabajo al Estado. A rey caído, rey enterrado. Me fui con los privados. Ahora trabajo en una cafetería que solo tiene un piso y el techo es una cubierta ligera, no puede caerse».
Miriam estaba esta tarde entre los que esperaban y observaban en la calle frente al castillo decapitado. «Yo vivo en un cuarto cerca y cada vez que pasaba por aquí pensaba como hubiera sido mi vida de tener una casa así. Ahora ellos están peor que yo, yo tengo un techo sobre mi cabeza, ellos no.»
En menos de una semana los derrumbes han afectado a varios barrios habaneros. Este jueves un balcón se desplomó cerca de las 11:00 de la noche sobre la cafetería El Tablazo, ubicada en la calle 1ra, entre C y D, en El Vedado habanero. El siniestro ocurrió en un momento de máxima concurrencia en el local y dejó tres heridos, todos adultos.
El desplome ocurrió pocas horas después de que este martes en el número 425 de la calle Monte, entre Ángeles y Águila, en La Habana Vieja, un derrumbe parcial dejara a una joven lesionada. Pared con pared, el inmueble con el número 423 se había cobrado la vida de un hombre hace tres años, cuando cayó uno de sus muros laterales.