Buenos augurios en tiempos difíciles

Por Patricia Grogg

Foto: Caridad

HAVANA TIMES, 4 ene (IPS) — A pesar de que Cuba presenta una situación social y económica complicada y con muchos interrogantes, los babalawos, máximas autoridades del culto de origen africano Regla de Ocha o Santería, emitieron un mensaje esperanzador para el país al dar a conocer sus vaticinios del año.

Creyentes o no de esta religión de fuerte arraigo popular en la isla reciben con especial interés los pronósticos que emanan de la tradicional lectura de la «Letra del Año», especie de oráculo que determina las divinidades (orishas) que regirán durante los 12 meses, así como los consejos y tareas a realizar en ese período.

«Estos vaticinios tienen importancia para mucha gente en nuestro país, como manera de interpretar lo que va ocurrir y más aun en las actuales circunstancias en que existe incertidumbre sobre el futuro», comentó a IPS Tato Quiñones, babalawo y miembro de la sociedad secreta Abakuá.

Este martes, de manera coincidente, comenzó en los ministerios de la Industria Azucarera, Agricultura, Construcción, Salud Pública y Turismo el proceso para eliminar hasta 500.000 plazas laborales. La medida busca elevar la eficiencia y productividad del trabajo y la reducción de gastos del Estado.

El reajuste laboral ha causado inquietud en la población cubana de 11,2 millones, aunque las autoridades aseguran que nadie quedará desamparado y ampliaron las posibilidades de ejercer hasta 178 oficios por cuenta propia para quienes prefieran esa opción en lugar de incorporarse a tareas agrícolas o a la construcción, donde hace falta mano de obra.

La comisión organizadora de la Letra del Año anunció el lunes que el signo regente para 2011 es Baba Eyiobe (doble salvación) y trae como divinidad regente a Oggun, patrón de los herreros y los militares, acompañado de Oshún, deidad de la maternidad y protectora de la infancia.

«Es un signo muy amplio, que ha salido en varios años anteriores. Pero la profecía de Ifa es la que nos dice como interpretarlo», explicó Quiñones. La oración profética indica «beneficio de prosperidad, firme y seguro a los pies de Yemayá», la diosa de los mares.

En ese sentido, indica «progreso y adelanto, apoyándose en Yemayá, lo cual es muy esperanzador. Pero depende de las conductas, accionar y quehacer de la gente» que esto se materialice, añadió Quiñones, tras ser divulgados los vaticinios, como es tradicional a copmienzos de cada año.

Añadió que a sus ahijados les recordó que «todo debe ser poquito a poquito». «La cabeza del pez y el de la jutía (hutía, roedor comestible) se comen poco a poco. Lo esencial es la mente», comentó.

La Santería cubana o Regla de Ocha, es uno de los cultos africanos más importantes en Cuba junto a la Regla Conga o Palo Monte.

«Para mí, esta letra representa esperanza», señaló, en conferencia de prensa, Lázaro Cuesta, uno de los organizadores de la «letra del año», en cuya lectura participaron unos 1.000 babalawos.

Cuesta agregó que la palabra de orden para 2011 deberá ser la «organización» de la familia, la sociedad, la economía y los aspectos laborales, sociales y políticos.

Afirmó en ese sentido que, con una «buena organización, indiscutiblemente habrá mejores resultados», pero en ese camino recomendó tomar en cuenta la opinión de las nuevas generaciones, pues no siempre «los más viejos tienen la razón».

En su opinión, si no se le da una oportunidad de desarrollo y progresión a la juventud el futuro es incierto, pues corresponde a las nuevas generaciones la responsabilidad de restituir todo lo perdido, servir de ejemplo, con su actitud y proyección, y garantizar que en el futuro la sociedad viva y sea mejor.

La Letra del Año está integrada por un conjunto de predicciones, recomendaciones y refranes que se extraen del sistema adivinatorio de Ifá y son válidas para Cuba y también para el resto del mundo.

En términos globales, este año habrá que cuidarse de enfermedades como trastornos cerebro-vasculares, oftalmológicos y oseos, así como serios problemas respiratorios.

Los pronósticos incluyen intensa sequía a comienzos de año, seguida posteriormente de precipitaciones aisladas y aumento del nivel de los mares, buenos augurios para el sector de la pesca y la marina mercante.

Además se pronostican guerras y golpes de Estado y una mayor apertura comercial, con aumento de las exportaciones e importaciones.

Los babalawos recomiendan restaurar o eliminar, rotundamente, viejos esquemas políticos para disfrutar de un nuevo orden social, cuidar y asegurar a las personas mayores dentro del seno familiar y dar oportunidades a los más jóvenes dentro del ámbito familiar y social.

El signo Baba Eyiobe ha regido en años considerados clave en la historia de Cuba, como 1959, inicio del proceso revolucionario encabezado por Fidel Castro. Se repitió en 1989, 1998, 2004 y 2010. «De seguro disfrutaremos de un próspero 2011», comentó el sacerdote santero Lázaro Betancourt.

Analistas sociales señalan que el interés por los pronósticos de los babalawos ha crecido de forma paralela a la incertidumbre por el futuro y, ante las tensiones, las personas buscan que alguien les diga que las cosas pueden mejorar. En este sentido, la religiosidad suele ser también un refugio en medio de las dificultades.

Según conocedores, la Letra del Año es un sistema adivinatorio de probabilidades proveniente de Nigeria, en los siglos XVII y XVIII, que llegó a Cuba como parte de la Regla de Osha o Santería, introducida por los negros traídos como esclavos por los colonizadores españoles.

En la actualidad, la Comisión Organizadora de la Letra del Año y la Asociación Cultural Yoruba agrupan a las más importantes ramas de sacerdotes de Ifá que ejercen en Cuba y se reúnen por separado para obtener sus vaticinios, diferentes  en cada caso, aunque en ocasiones se complementan y pueden tener una que otra semejanza.

El pronóstico de la Asociación Cultural Yoruba indica que gobernará el signo Odi-osa, mientras Oggun y Yemayá serán las deidades- regentes. Entre otras recomendaciones, asegura que «el triunfo de este año está basado en la organización que mantengamos en nuestras vidas en general».