Barranquilla 2018 y el reto de Cuba de mantener el primer puesto

Por José A. Rodríguez

HAVANA TIMES – Desde la edición de 1970, celebrada en Panamá, Cuba ha dominado el medallero en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, pero para la justa de este año, prevista a iniciarse el venidero 19 de julio, en la ciudad colombiana de Barranquilla, el reto parece muy complicado.

Ya cuatro años atrás la delegación caribeña tuvo que esperar casi hasta el final para concretar su dominio sobre México, y en definitiva lo hizo por solamente ocho títulos.

En esta ocasión, además de los mexicanos, los dueños de casa aparecen como contrarios bien difíciles, porque además de la calidad que poseen en muchos deportes, como anfitriones adaptaron el calendario competitivo a sus intereses y sumaron muchas pruebas que no son olímpicas, pero en las cuales son fuertes y tienen grandes opciones de coronarse.

En cambio, Cuba dejará de competir por alrededor de una centena de medallas de oro, luego de sumarse las bajas de algunas pruebas en las cuales tenía pronóstico de primer lugar, pero no reunieron el mínimo de cinco competidores y fueron eliminadas de la justa regional.

Para la Mayor de las Antillas será crucial lo que pueda obtener fundamentalmente en atletismo y remo, los deportes que más pueden aportar en cuanto a preseas doradas por la cantidad de modalidades que se disputan.

En el Deporte Rey la preponderancia de la Isla no se discute, y se espera que cerca de 20 títulos se sumen al medallero general, mientras que el remo debe sumar una cifra cercana a los 15. Por la calidad de los representantes cubanos y la de sus rivales, ese pronóstico pudiera cumplirse, de la mano fundamentalmente de los saltadores y los especialistas en lanzamiento, y de Ángel Fournier, en el caso de los remeros.

En tanto, el judo también lleva un compromiso importante, de contribuir con una docena de máximos pergaminos. El equipo femenino debe coronarse casi completo, y el masculino llevarse más de la mitad de los cetros en disputa, según lo esperado.

Tampoco tiene mucho margen para el error la comitiva de la lucha, en sus tres estilos, y la de boxeo, por ejemplo. Los luchadores deben barrer en el estilo grecorromano y dominar el libre masculino, además de alcanzar quizás un oro entre las mujeres, para aportar más de 10 lugares cimeros.

Por su parte, el boxeo irá con solamente siete representantes, tras la baja reciente del doble campeón olímpico Robeisy Ramírez, quien abandonó al equipo en México. Meses antes lo hizo Yohanys Argilagos, y en el clasificatorio no compitió por pasarse de peso Yobany Veitía. Como en esta disciplina las clasificaciones son personales, el país no puede enviar a otro representante como sustituto y pierde el cupo ganado. Por esa razón, los siete restantes llevan el serio compromiso de regresar invictos.

Con metas altas están también el tiro deportivo y la gimnasia artística. Los tiradores lograron 14 oros en Veracruz 2014, y aunque ahora quizás no lleguen a esa cifra, sí deben sobrepasar la decena, encabezados por Leuris Pupo y Eglys de la Cruz, mientras que los gimnastas dependerán, sobre todo, de Manrique Larduet, para que el santiaguero se erija en Rey de los Juegos con una labor pareja en varios aparatos. Quizás Randy Leroux pueda aportar algún título, y alguno en el femenino, para rondar la decena.

Por esta cifra debe andar también el aporte del ciclismo, el taekwondo y el levantamiento de pesas, los otros deportes con metas elevadas, mientras que el tenis de mesa, el tiro con arco, la esgrima y el canotaje serían los otros que podrían conseguir más de un oro, pero nunca más de cinco.

Los deportes colectivos hace rato que están en crisis en este país, pero en el área centrocaribeña todavía imponen su ley. El único que jamás ha perdido a este nivel sumando ambos sexos es el hockey sobre césped, pero el balonmano, el polo acuático y el softbol apuntan a reinar en Colombia, tanto entre hombres como entre mujeres.

El baloncesto femenino no debe tener problemas para coronarse, pero el masculino ha dejado en claro recientemente que está lejos de su mejor forma, mientras que en el voleibol es al revés, pues los varones deben imponerse, pero las chicas seguramente no podrán con la experiencia de dominicanas y puertorriqueñas. En tanto, en el voleibol de playa salen como favoritas las duplas en ambos sexos, pero deben cuidarse de los mexicanos.

Por último, el béisbol es una incógnita, porque según lo visto en los más recientes juegos de preparación, sigue faltando bateo oportuno. De caer en Barranquilla, Cuba perdería el último título internacional que todavía posee en la pelota de mayores.

También con incertidumbre se ve el baloncesto 3×3, porque debutará en este tipo de lides y los cubanos no han topado con nadie.

Según los pronósticos de los especialistas cubanos, la delegación de más de 500 atletas debe obtener de 100 a 120 medallas de oro, con lo cual podrían ratificarse como líderes regionales, pero, incluso llegando a esa cifra, México y Colombia podrían también andar por ahí. En cada disciplina será muy importante derrotar a los representantes de estos países para cortarles el camino al oro, y también esperar porque individualidades de Venezuela, Puerto Rico y República Dominicana le arrebaten a mexicanos y colombianos algunas preseas.

Lo cierto es que perder la hegemonía centroamericana sería un golpe demasiado duro para el deporte cubano, que ya vio ceder el histórico segundo puesto en Juegos Panamericanos hace tres años, y aprecia, además, el declive en Juegos Olímpicos. La gestión de la actual presidencia del Instituto cubano de deportes, iniciada precisamente en Veracruz 2014, corre el riesgo de llegar a su fin si a inicios de agosto no se regresa con el primer lugar por países.

Como mismo sucedió hace cuatro años, la agonía será diaria, calculadora en mano, hasta la misma ceremonia de clausura.