Arsenio Peña, el guarachero orquesta de la Habana Vieja

Vicente Morín Aguado

El guarachero orquesta en la Calle Obispo.
El guarachero orquesta en la Calle Obispo.

HAVANA TIMES — Guarachero por excelencia, en vida y en la música, cada tarde no falta su presencia en la calle Obispo, tránsito principal de turistas y cubanos adentrándose en la Habana Vieja. La gente a su alrededor llegó al clímax este 28 de octubre cuando entonó uno de sus improvisados estribillos: “Hay que cuidarse del dengue, del chikungunya, y de otras cositas más.”

El doble sentido aflora en su crónica musical, Arsenio es ciego, una señora a su lado cuida de que no le roben el dinero que generosamente ponen en su alcancía los transeúntes, no paran las fotos y videos, la mujer aclara: “No puede ser contratado en La Habana, porque es de otra provincia, le falta la dirección legal en la ciudad.”

Y eso que la televisión cacarea a toda voz, La capital de todos los cubanos. Auténtico espectáculo, el hombre se entona con guitarra, maracas acompañantes en su pierna derecha, la armónica colgada al cuello y uno de los animales ejecuta el guayo, según complicada combinación de sus atractivos muñecos, liderados por un sapo sobre su cabeza, listo a darse un trago largo de “Planchao”, ron cubano envasado en cajitas de cartón.

Pasa un señor con galones de capitán de barco, acompañado de su esposa, la gente tararea: ¡Vamos a bailar! ¡Vamos a bailar!,  nos vamos pá Miami, usted se va delante, yo me voy detrás…

El Adusto capitán deposita un CUC—equivalente al dólar USA— en el embudo sobre la ranura que tiene el chivo sobre el lomo—alcancía—, su esposa advierte y a la vez comenta: “Empuja bien la moneda, no sea que después se la roben. Caballeros, qué horror, a dónde hemos ido a parar en Cuba, después de tantas promesas.”

No faltan los envidiosos, un fortachón, envasado en camisa estrecha resaltando sus músculos, sudoroso de andar Obispo arriba y abajo detrás de los turistas, suelta la diatriba: “Sentadito ahí se está haciendo millonario”.

Otra es la realidad del hombre orquesta y sus muñecos, la mujer cuidadora aclara: “Ahí donde usted lo ve, es ciego y está pagando una multa de 1500 pesos—CUP, moneda nacional, 25 al cambio de 1 dólar—, no todos los policías son tolerantes y hay otros artistas celosos de su libertad, robándoles público, según ellos.”

hombre-orquesta-1Vienen La Bamba al más puro estilo cubano, otras canciones de su autoría, no es posible olvidar un profundo lamento que recuerda a Zoé Valdés: “Yo no sé lo que valga mi vida, pero yo te la voy a entregar.”

De moda en Cuba, no faltan las dos banderas perennes en nuestra historia, ambas rojas, azules y blancas en sus listas y estrellas, inspiradas en la Revolución Francesa, de la cual la independencia de los Estados Unidos sería prólogo y la de Cuba epílogo. El cantor resalta la amistad entre ambos países, entre todos los pueblos del mundo, recalcando, especial sentido, “la unidad aquí, de nosotros los cubanos.”

Literalmente no para de llover, luego de un afortunado lapso de media tarde nublada sin lluvia, vuelve el aguacero, finaliza así la actuación. Intentar nuevas preguntas resulta imposible ante la advertencia de la mujer protectora: “Es malo  extender la conversación, despierta la mala leche de algunos policías, los hay vestidos de civil.”

“Trataré de obtener de alguna forma el Carné de identidad con dirección habanera, llevo tres años deambulando, no dejaré de luchar, me llamo Arsenio Peña, un servidor.”

Antes vino la inquisitoria sobre su delicada condición en la ciudad capital del país, el artista prefiere recordar que todos los aquí vivientes tenemos problemas, están relacionados con  estos últimos 57 años, parecen interminables, y por eso responde con el doble sentido de una guaracha popularizada por el también censurado Pedro Luis Ferrer:

“Carapacho pá la Jicotea, porque caminas tan despacito, naturaleza tuvo esa buena idea.”

One thought on “Arsenio Peña, el guarachero orquesta de la Habana Vieja

  • …Se necesita un video…

Comentarios cerrados.