Alimentos en Cuba: un círculo vicioso con tendencia al alza

“En Cuba no existe interdependencia sectorial porque no se ha construido un auténtico mercado interno nacional.” (Elías Amor Bravo, economista)

Vicente Morín Aguado

Acaba de descargar un camión.
Acaba de descargar un camión.

HAVANA TIMES — Un análisis del mercado alimentario en nuestro país indica la permanencia de precios elevados con tendencia al alza, considerando el salario medio oficial de los consumidores. Al abordar el asunto, la dificultad mayor es que en Cuba no funciona la categoría económica de mercado, estamos sometidos a un engendro socialista totalitario, cual marioneta que maneja el Estado.

De los seis segmentos de comercialización— hilos de la marioneta—, tres directamente bajo control estatal muestran escasas modificaciones de precios al consumidor tratándose de productos básicos:

La cuota de la libreta de racionamiento es tan magra como los 250 mililitros de aceite vegetal designados a cada persona para un mes.

El mercado paralelo estatal bajó de 5 a 4 pesos nacionales (CUP) la libra de arroz importado, pero al decir unánime:

“El arroz brasileño o argentino no es tan de esos países, lo mezclan con el vietnamita o el chino de menor calidad, que roban de las bodegas donde venden lo racionado, para quedarse con la diferencia de precio.”

Las Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD) bajaron por decreto algunos alimentos en un 10-25 %, pero apartando las golosinas, los consumidores aprecian únicamente el pollo en cuartos, sus vísceras o entero, junto al aceite vegetal. Si consideramos que 24 Pesos Convertibles (CUC) (igual en dólares USD) es el salario medio mensual de los cubanos, 1.70 CUC el kilo de pollo continúa impagable para la mayoría de la población.

Abundan evidencias de la inestabilidad en el abastecimiento de los referidos productos en la red de TRD.

La venta de vegetales y carnes tiene otras dos vías directas en los mercados que deben competir, el agropecuario bajo gestión estatal y el libre de Oferta y Demanda, este último lo más cercano al capitalismo imperante en el resto del planeta.

El sistema proclamado “socialista” espera, según la propaganda oficial, que lo estatal obliguen a bajar los precios de lo libre, pero la realidad es otra:

En los establecimientos de libre oferta y demanda se pueden adquirir regularmente más de 40 productos, frescos, con buena presencia, en tanto sus similares estatales apenas mantienen 5 o 6 opciones, concentradas en plátanos, calabaza, yuca, malanga y alguna ensalada ocasional. Estos mercados de gestión gubernamental fijaron precios evitando la especulación, sin embargo, los clientes claman:

“Hay que vigilar el camión, cuando llega se hace la cola, porque lo bueno se acaba pronto, después quedan las malangas a 4.20 pesos pudriéndose en la góndola, las yucas incomibles aunque valga un peso, y las calabazas de un amarillo desteñido que no hay quien las compre.”

La fotografía manipula la realidad, de la lista solamente identificamos (8) productos en venta, incluso la malanga y el plátano tenían precios superiores a los exhibidos.

Entonces la obligación diaria es irse al mercado de libre oferta y demanda: “Es el único donde vas al seguro, encuentras frutas, vegetales, los condimentos perdidos, imposibles en otro lugar; la carne fresca, deshuesada; ahora, ¡agárrate el bolsillo!”

Las carnes están detenidas entre 45-50 CUP la libra desde hace un año, ensaladas y frutas van en alza:

Oferta de productos no corresponde a la realidad.
La oferta de productos no corresponde a la realidad.

Tomates frescos andan por 25 pesos la libra, el ajo y la cebolla similar, la fruta bomba (papaya) subió hasta 6 pesos libra y los frijoles no bajan de cifras conocidas meses atrás, entre 10 y 18 CUP, con excepción de 30 para los garbanzos. Considerando igual fecha del año anterior, vamos cuesta arriba hacia diciembre.

Resta el mercado negro, muy extendido y obviado por los analistas gubernamentales. De hecho es fácil adquirir los mismos muslos y contra muslos de pollo que ofrece la cuota de racionamiento subsidiada, al precio de 20 CUP la tradicional libra cubana, en tanto un litro de aceite costará 50 pesos, porque la referencia es el tope que estableció el estado en las TRD para tales alimentos básicos.

El año que termina evidencia un círculo vicioso del cual no acabamos de salir: los precios se mantienen o suben, el ligero incremento de la producción y/o la importación de alimentos, termina diluido en los ingresos de la población.

El flujo de visitantes extranjeros es notoriamente mayor, ellos esparcen propinas, pagan al nivel del primer mundo en un país del tercero, se agregan las remesas, crecientes dadas las facilidades de la Administración Obama, junto a una indetenible ola de migrantes cubanos, y suman los aumentos salariales, cuestionados pero reales en cifras, vinculados a la Salud Pública y los trabajadores asociados a empresas extranjeras.

Para los “favorecidos”, la relación oferta-demanda es mejor, sienten una relativa baja en los precios o quizás aprecian que andan más o menos igual al año anterior, sin embargo, otra cosa piensan los jubilados—1,7 millones en el 2014—, cuyo ingreso medio no rebasa los once dólares mensuales. La proclamada equidad socialista quiebra al considerar que el resto de la población laboral activa apenas cobra el doble de cuanto les espera a los 60-65 años.

Vicente Morín Aguado: [email protected]

8 thoughts on “Alimentos en Cuba: un círculo vicioso con tendencia al alza

  • Seguimos en la misma – ¿o peor? – con la “chaucha”, Vicentón. Ojalá pudieras entrevistar a los guajiros que se supone que suministran esos productos, y que hablen a camisa quitada sobre los obstáculos que les impone el actual modelo (o su falta) económico… Urge…

  • Cuba es la isla más grande del Caribe, sin contar isla de PInos,tiene tierras fértiles en muchas partes de su territorio y nunca, hay que recalcarlo, nunca el régimen actual ha logrado el suminstro de productos alimenticios autóctonos que satisfagan la demanda. A principios de los 90 tropecé con un conocido que había sido capitán de la marina mercante, en aquellos momentos estaba navegando en una flota de pequeños barcos por el área del Caribe para ir a buscar frutas y vegetales a esas pequeñas islas,destinados a surtir a los hoteles. No´sé si aún existirá esa flota, pero aquello me dio idea del nivel de desastre en que se encuentra la producción de alimentos en Cuba. Cuando era niño, recuerdo los puestos ambulantes que vendían frutas todo el año. Hay una carátula de un viejo disco de la orquesta Aragón, en el que los músicos posan frente a uno de esos puestos y al fondo, desenfocado, se ve el monumento al Maine, aún con su águila en la cima. Como ese, habían muchísimos por toda la Habana. Ahora los comunistas también querrán echarle al bloqueo la culpa de la falta de alimentos, pero es que en Cuba la agricultura era más bien orgánica, el campesino utilizaba muchso abonos naturales y había multitud de pequeñas fincas que proveían a las ciudades de los alimentos necesarios, es decir, el componente de insumos importados en la agricultura no era parte significativa en la formación de los costos de producción. Después del 59, toda le estructura de la producción y comercialización agrícolas fueron desmontadas por el Estado, es decir, Fidel Castro que empezó con las ciiperativas desde bien temprano y siguió con todos aquellos descabellados planes: desde la Zafra de los 10 millones, al pastoreo intensivo a lo Voisin, planees deregadío, etc. y lo peor, confiscando u obligando entregar muchas parrcelas de tierra propiedad e campesinos que dejaron de producir lo que la población demandaba. Los intermediarios, un eslabón importante en la cadena de distribución , fueron eliminados acusándoles de explotaadores. su lugar lo tomo elfamoso Acopio que ha sido bien ineficiente en pagar al caampesino, pag y trasladar los productos de los pocos campesinos que aún conservan sus tierras.El establecimiento de un sistema de ordeno y mando, que le indica a los campesinos qué cosa y cuando sembrar, ha distorsionado los patrones alimentarios del cubano y contribuido al gasto de recursos en cultivos que no tienen salida. Provengo de una familia obrera, mi padere era un asalariado que eso sí, ponía todo lo que ganaba en mejorar nuestro hogar y alimentarnos adecuadamente y no recuerdo nunca haber pasado escasez de alimentos antes del 59. Incluso los domingos se hacía el tradicional arro con pollo con aves de grnja o criollas, a escoger enla pollería del barrio y conste que el pollo en aquellos años era más caro que ciertos cortes de carne de res como falda o jarrete conn los cuales se podía preparar una ropa vieja o una buena carne con papas. Los que tenemos un poco más de edad, cuando llegamos a Miami nos sorprendemos de ver productos a los quee les perdimos la pista desde nuesta infancia, en cantidad y calidad, nada de esos boniatos llenos de fango reseco que vende en las placitas. Cuba llegó a exportar alimentos a Estados Unidos: un tio-abuelo trabajaba como inspector en la Plaza de Cuatro Caminos de productos: mango, aguacate y otros, que salían por avión o en el ferry que hacía los viajes Habana – Cahyo Hueso. Conocí otro señor que vendía en la misma Plaza y exportaba lechugas por avión a Miami. Ahora Cuba se ha convertido en un importador neto de alimentos que además, no son de suficientes com para fque impidan que aún hoy siga existiendo el racionamiento. Eso es otra parte del legado de Fidel Castro que debemos “agradecer”.

  • Continúan mirando al lugar equivocado. El problema de la oferta de alimentos no está en los precios que por lo que cuenta Vicente están a la par de la región.

    El problema está, por un lado, en el pobre poder adquisitivo debido a los salarios miserables impuestos por el gobierno para quedarse con una mayor plusvalía posible que les permiten financiar su abultada e ineficiente burocracia así como los elevados gastos militares y en represión al pueblo. Por otro lado el gobierno continua sin crear verdaderos programas y política agraria que estimule la producción agropecuaria en las tierras infestadas en marabú. Esto se pudiera financiar con un por ciento de los más de 2 mil millones que se gastan en importar alimentos que pueden producirse dentro del país.

  • Muy buen análisis Vicente, es importante tener la información sobre precios y salarios.Los economistas cubanos sitúan el salario medio real con sólo el 28% de la capacidad adquisitiva que tenía el mismo salario medio en el 1989, último año pre crisis. No tenemos el dato porque el gobierno lo oculta, del salario mínimo y de la cantidad de trabajadores que ganan ese salario. Por otra parte y como bien señalas, un millón setecientos mil cubanos y cubanas reciben pensiones o subsidios miserables, en relación a la capacidad adquisitiva del peso cubano.Desastre nacional por el que hay que empezar.
    El problema de los precios no es más que el resultado de la pobre oferta con relación a la demanda y los precios astronómicos para los insumos a los campesinos impuestos por el estado y por cierto de muy mala calidad.

  • Vicente, lo más triste de tu planteamiento es que las instituciones que supuestamente deben regular y establecer los mecanismos que faciliten al productor mayor productividad, mirando el resultado de su gestión, demuestra MAYÚSCULA incompetencia. Mientras continúen existiendo estrictos mecanismos burocráticos que impiden al productor crecer como empresario sin explotar a su fuerza de trabajo, imposibilidad de modernización de las fuerzas productivas- equipamientos- tecnología . El pueblo seguirá sufriendo las consecuencias, porque no son las instituciones las que se afectan, es la gente que sobrevive apenas con unos 18 dólares al mes y la mal llamada libreta de abastecimiento.
    En fin.
    Veremos… Veremos … Verán…

  • exacto,,resumiendo : destruyeron, jugaron, pero nuca pudieron organizar una agricultura coo la anterior !! Mucha propaganda populista, solo eso !!

  • Nunca perder de vista que el hambre controlada ha sido y sigue siendo política de estado.

  • Le agradezco datos que son de primera mano. Y sòlo como ùnico comentario añado que esas tierras que se trabajaron, descanzaron ya suficiente, muchas se han nutrido, y removerlas puede dar màs, mucho màs que el petròleo… y desafortunadamente eso ya hay quien desde fuera lo sabe y està por venir a hacerlo producir con fines bien especìficos… una autèntica tristeza.

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