Alexis Díaz de Villegas, actor y «sobreviviente»
El artista tenía que comportarse como un «luchador» para conseguir comida, medicamentos, ropa y materiales de construcción en un país cada vez más pobre y hostil
HAVANA TIMES – Del actor Alexis Díaz de Villegas, que murió en La Habana con 56 años, dijo su tío el escritor Néstor Díaz de Villegas que «había existido en la tragedia y para la tragedia». Sin embargo, muchos cubanos identificaron sus brazos alargados, su rostro irónico y sonriente, y su pelo alborotado como los atributos de un cómico.
Quienes así pensaban no habían podido olvidar su interpretación en Juan de los Muertos, el filme que le hizo ganar la simpatía del gran público en su país. Fue el papel de su vida. Un cubano «sobreviviente» –como diría el propio personaje–, luchador cotidiano contra circunstancias absurdas y gente que, a fuerza de lobotomías políticas, se comporta como zombi.
Cansado pero sin perder el humor, a punto de anclarse para siempre en la Isla, el personaje de Díaz de Villegas pronuncia la frase que, para los cubanos que la repitieron una y otra vez tras su muerte, resumía su existencia: «Sobreviví al Mariel, sobreviví a Angola, sobreviví al Período Especial y a la cosa esta que vino después. A mí nada más que tú me das un filo y yo me las arreglo».
Díaz de Villegas había nacido en Cumanayagua, Cienfuegos, y trabajó como actor de teatro y profesor universitario en el Instituto Superior de Arte. Actuó en filmes como Entre ciclones, Kangamba y Larga distancia, además de en la adaptación cinematográfica de varias novelas de Leonardo Padura. El deceso de su hijo Pablo, que se ahorcó con catorce años, fue un duro golpe para el actor.
El cáncer que provocó la muerte de Díaz de Villegas, un linfoma no-Hodgkin, lo había afectado ya una década antes y todavía lo sufría durante la filmación de Juan de los Muertos. «Salía de la sesión de quimioterapia para presentarse ante la cámara, y está convencido de que ese rol providencial le ha salvado la vida», apuntó Néstor Díaz en una crónica sobre su reencuentro en La Habana, después de varias décadas sin verse.
Fue el propio escritor quien denunció que, a pesar de la fama que le había dado la película y su trabajo incansable, el actor tenía que comportarse como un «luchador» para conseguir comida, medicamentos, ropa y materiales de construcción en un país cada vez más pobre y hostil.
Al final de su carrera, Alexis Díaz de Villegas había regresado completamente al universo teatral, consagrado ya como uno de los actores más talentosos e influyentes de su generación. En una entrevista que concedió a 14ymedio en 2015, dijo que solo aspiraba a ser recordado como «un hombre de teatro».
Era un actor excepcional, camaleónico, lo demostró en cada medio donde trabajó. Me encanto el Sueños de un seductor, la adaptación que hizo de la obra teatral de Woody Allen Play Again. Es triste no tenerlo con nosotros.