Aerolíneas de EE.UU. aún no deciden si volverán a Nicaragua

Gobierno sigue exigiendo a American, United, y Spirit, la lista de pasajeros con 72 horas de anticipación; aerolíneas alegan que les provocará pérdidas

Por Iván Olivares (Confidencial)

HAVANA TIMES – La decisión del Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, de eliminar el requisito de que los viajeros entrando a Nicaragua presenten un resultado negativo para covid – 19, es insuficiente para incentivar el retorno de las aerolíneas estadounidenses que salieron del país en marzo de 2020, como consecuencia del cierre mundial de fronteras, y que dos años después es el único destino de la región al que aún no regresan.

Cuando comenzó a descender el número de muertes y contagios por la enfermedad, mientras avanzaba el número de los vacunados, los países y líneas aéreas crearon protocolos para trasladar pasajeros con cierto rango de seguridad, lo que permitió que compañías como Avianca, COPA, y Mexicana, volvieran a los cielos nicaragüenses.

Sin embargo, la ausencia de competidores como American Airlines, United o Spirit, que viajan desde Nicaragua a distintos destinos en Estados Unidos, nos resta competitividad, dado que es más barato volar desde San José o Panamá a ciudades norteamericanas como Miami, que hacerlo a Managua.

El retorno de la línea colombiana, la panameña, y la mexicana no fue una decisión fácil, por el requisito impuesto por la Administración Ortega – Murillo, de exigir que las tripulaciones presentaran resultados negativos de la prueba PCR, que detecta el covid – 19, así como el requisito de enviar por adelantado, la lista de pasajeros a transportar.

“Dado que las compañías ya fueron informadas del tema, yo supongo por lógica, que están haciendo sus análisis para tomar una decisión conforme a sus propios intereses”, dijo a CONFIDENCIAL la empresaria Lucy Valenti, presidenta de la Cámara Nacional de Turismo, (Canatur).

Tres problemas para retorno de aerolíneas de EE. UU.

Al eliminar la exigencia de la prueba PCR, el Gobierno de Nicaragua casi solucionó uno de los tres problemas que impedían el regreso de las líneas estadounidenses al país. Casi, porque si un tripulante no está vacunado, (y no es obligatorio vacunarse) habría que exigirle el PCR, lo que vuelve a complicar la conformación de las tripulaciones de los vuelos, que es una actividad extremadamente dinámica, y así se dificulta cumplir ese requisito.

El segundo es el de presentar los listados con 72 horas de anticipación, tanto de los aviones que van saliendo, como de los que van entrando. Esto último es un problema, porque el 90% de los pasajeros que abordan esos vuelos provienen de distintos destinos dentro de Estados Unidos y otros países, lo cual complica sobremanera cumplir ese requisito.

La rutina es que el Gobierno revisa el listado y luego lo devuelve a la aerolínea, que la usa para permitir el abordaje de sus aviones, si el pasajero está en la lista, pero si un pasajero está llegando de otro destino dentro o fuera de Estados Unidos, volando con otra aerolínea, ese pasajero sabrá que no es aceptado, hasta llegar al aeropuerto.

En esos casos, el pasajero podrá exigir que le paguen hospedaje y boleto de regreso, y las empresas no quieren asumir esos costos, solo porque el Gobierno de Nicaragua rechazó a alguien.

Valenti dijo que, aunque el Gobierno argumenta que empresas como Avianca pueden cumplir este requisito, es porque el 90% de los pasajeros que usan esa compañía para viajar a Nicaragua, provienen de Florida.

El tercer elemento es un problema de metodología. La empresaria del sector turístico explicó que las líneas tienen sus propios sistemas digitalizados, pero el Gobierno de Nicaragua exige que le envíen la información en Excel, lo que implica que las líneas deban tener personal extra para llenar esos formularios, y eso es ineficiente.

El sobrecosto de volar a Nicaragua

Que haya menos empresas sirviendo el mismo destino, es otra forma de ineficiencia que terminan pagando, en primer lugar, los pasajeros, y a mediano plazo, todo el país, porque al ser tan caro viajar desde y hacia Estados Unidos, disminuye la competitividad del país, además de la limitante que significa que haya pocos asientos disponibles para entrar o salir de Nicaragua.

Una fuente del sector turístico, que pidió mantener su nombre en reserva, opinó que las aerolíneas que sí están sirviendo la ruta Nicaragua – Estados Unidos, “están aprovechando la falta de competencia para resarcir –hasta donde puedan– lo que perdieron durante el tiempo que debieron dejar sus aviones en tierra”.

En este momento, los boletos disponibles para viajar entre Managua y Miami, cuestan entre 900 a 1000 dólares, mientras que volar a esa misma ciudad floridana desde otras capitales centroamericanas, usando American Airlines, o Spirit, la línea de bajo costo, cuesta 300 a 400 dólares.

Esto hace que muchos elijan viajar hasta San José o Tegucigalpa para volar a Florida o a la costa este de Estados Unidos; o por United Airlines si buscan un destino en Texas o California, para no tener que viajar a Miami.

La opción de abordar un vuelo charter también dejó de ser atractiva para los viajeros, después que en diciembre, la aerolínea estadounidense contratada para hacer un vuelo a Miami, incumplió por cuatro días seguidos el compromiso de transportar a los pasajeros, por lo que hubo que devolverles el dinero, y nadie volvió a contratar a otra aerolínea para volver a intentarlo.

Todo ello incidió para que, en 2021, la llegada de turistas a Nicaragua se redujera en 30.5% (esto es, 137 000 personas menos), con relación a 2020, dijo Valenti, citando la Cuenta Satélite de Turismo, que publica el Banco Central de Nicaragua (BCN).

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