A qué cubanos Nicaragua niega la entrada
Desde que Nicaragua ofreciera libre visado para los cubanos, inició una ola migratoria sin precedentes, pero no es para todos
HAVANA TIMES – La historia de Raúl y Dayamí no es única. Desde que Nicaragua a finales de 2021 ofreciera libre visado para los cubanos, inició una ola migratoria sin precedentes en la historia del archipiélago. A la vez, se reprodujeron métodos de castigo que el Gobierno de Cuba emplea: negar la entrada a territorio nicaragüense sin que medie explicación alguna o los motivos sean sólidos o impliquen un asunto real de seguridad nacional.
Sobre las doce del mediodía, Raúl Soublett y Dayamí Valdés quedaron varados en el Aeropuerto Internacional de Tocumen, Panamá. Un agente aeroportuario les indicó que no podían abordar el vuelo de Copa que los trasladaría a Nicaragua —su destino final—, a pesar de tener los documentos en regla. Habían salido de Cuba cuatro horas antes. Era 22 de septiembre de 2022. Permanecerán allí durante siete días.
A las 11:55 a.m. del 22 de septiembre, Raúl publicaba en Facebook: «El Gobierno de Nicaragua nos negó la entrada al país. Nos encontramos en un local en espera de ser deportados para Cuba. Si regresamos, nuestras vidas corren peligro. Necesitamos ayuda. Las autoridades de migración nos retuvieron los pasaportes».
Soublett es un conocido activista afro LGBTIQ+ cubano. Por su trabajo en el archipiélago, estuvo sometido de manera constante al acoso y a las amenazas de la Seguridad del Estado. En febrero de 2021, durante un interrogatorio, se autoagredió —aplastó una copa contra su cabeza, lo que le provocó una herida de varios puntos—.
Raúl dirigía el proyecto Alianza Afro-Cubana desde noviembre de 2017. El 9 de septiembre de 2022, comunicó en sus redes su disolución. Aclaró que la decisión no respondía a presiones externas y agregó: «estaré centrado en culminar el último año de la carrera y en cuidar mi salud física y mental, por lo que en este momento me desconecto de todas las actividades relacionadas al activismo político-social».
Raúl es pareja del periodista independiente Héctor Luis Valdés Cocho, quien pasó por una situación similar en enero de 2022. Quedó varado (junto al activista y también periodista Esteban Rodríguez) en El Salvador tras impedírsele la entrada a territorio nicaragüense. Dayamí Valdés, quien viajaba junto a Raúl, es la madre de Héctor Luis.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, mediante la Resolución 100/2021 aprobada el primero de diciembre de 2021, había otorgado medidas cautelares a favor de Héctor L. Valdés y Raúl Soublett; luego de considerar que ambos se encontraban en situación de gravedad y riesgo de daño irreparable a sus derechos en el archipiélago.
En Panamá, ni a Raúl ni a Dayamí le ofrecieron explicaciones sobre por qué no podían entrar en Nicaragua. La vicepresidenta del Parlamento Europeo, Dita Charaznová, emitió (el 23 de septiembre) un comunicado dirigido a la embajadora de la República de Panamá, Yavel Francis Lanuza. La misiva solicitaba al Gobierno panameño conferir asilo político o refugio a ambos cubanos.
El 29 de septiembre, tras permanecer siete días varados en el aeropuerto de Tocumen, Panamá concedió la petición de refugio a Raúl y a Dayamí. Una semana más tarde, el Gobierno panameño les entregó la residencia temporal en el país, en lo que avanza el proceso de refugio.
Los cubanos que Ortega desprecia
A continuación se listan los casos de cubanos que han sido vetados de pisar suelo nicaragüense.
- Oscar Casanella. Científico y activista. Salió de Cuba —en diciembre de 2021— junto a su esposa embarazada y su hijo de cuatro años. Migración nicaragüense le negó la entrada al país dos veces. En la segunda ocasión quedaron varados en el aeropuerto de Costa Rica desde donde salieron bajo un salvoconducto y emprendieron una travesía ilegal hacia EE.UU.
- Héctor Luis Valdés Cocho y Esteban Rodríguez. Periodistas independientes y activistas. En enero de 2022 quedaron varados en El Salvador al ser notificados de que el Gobierno de Ortega les negaba la entrada a Nicaragua. Esteban Rodríguez había estado en prisión desde el 30 de abril de 2021 hasta el momento de su exilio forzado y fue uno de los acuartelados en la sede del Movimiento San Isidro. Ambos habían sufrido de manera constante el acoso de la Seguridad del Estado debido a su activismo. El Gobierno de El Salvador les concedió que iniciaran un proceso de asilo que abandonarían de manera casi inmediata.
- Dairis González Ravelo. Activista. Debía viajar La Habana-Ciudad de Panamá y luego Ciudad de Panamá-Managua en enero de 2022. En el Aeropuerto Internacional «José Martí», funcionarios de Migración le notificaron a ella y a su esposo que no podían viajar porque las autoridades de Nicaragua los habían reportado como inadmisibles.
- Juan Eduardo Moreno. Hijo del periodista independiente Juan Manuel Moreno y la activista Zelandia de la Caridad Pérez. Arribó a El Salvador desde La Habana el 15 de enero de 2022, donde se le prohibió abordar el vuelo que lo llevaría a Managua. Fue deportado a Cuba dos días más tarde. Sobre la decisión de salir de Cuba había revelado: «Mis padres son opositores muy conocidos en Cuba y empecé a sentir la presión y las amenazas por parte de la Seguridad de Estado hacia mí, por lo que quería y sigo pensando en salir de este país».
- Niurcy Acosta Pacheco y Raúl González Manso. Opositores cubanos radicados en Chile. En marzo de 2022 se les impidió abordar un vuelo Chile-Managua.
- Carlos Sebastián Hernández Armas. Pastor bautista. En marzo de 2022 quedó varado en El Salvador junto a sus dos hijos tras negárseles la entrada a Nicaragua. Hernández Armas alegó que era perseguido y monitoreado por el Gobierno cubano a causa de su posición y proyección con respecto a las injusticias, falta de libertades religiosas y políticas en el archipiélago. El Salvador aceptó una solicitud de refugio de Carlos Sebastián pocos días más tarde.
- Alexander Figueredo Izaguirre. Médico. No pudo abordar un vuelo La Habana-Managua en abril de 2022. Había sido expulsado del sector de la Salud por su postura frontal y crítica en contra del Gobierno.
El patrón que se observa: los cubanos a quienes el Gobierno de Daniel Ortega desprecia han realizado en Cuba algún tipo de activismo, denuncia pública, protesta ciudadana. Son quienes se han enfrentado a la gestión y política gubernamentales; y quienes, por ende, según la lógica que rige el Gobierno cubano, merecen castigo y violación de sus derechos sin importar los límites de territorio de la nación a la que pertenecen.
Se convierten así en víctimas perpetuas. Salir de Cuba no es garantía. La represión los acompaña allí donde haya un Gobierno aliado de la Administración de Díaz-Canel.