¿Te creeré Granma?

Erasmo Calzadilla

El jueves 19 de noviembre apareció en el Granma un artículo relativamente extenso titulado “La orfandad intelectual de Human Rights Watch.”  El periodista del Órgano Oficial del Partido nos cuenta que un día antes, dicha ONG había acusado a la isla de no mejorar su comportamiento en materia de derechos humanos.

Y es aquí donde comienzo a dudar de las intenciones del columnista, ¿realmente la HRW acusó a la isla?, porque difícilmente un montículo de roca y tierra bañado de mar pueda violar los derechos humanos, ¿no habrá sido la acusación al gobierno de la República de Cuba, y el autor traduce este por “isla” en un intento de diluir la imputación entre todos los isleños?

Ello se aclararía muy rápido si tuviera la oportunidad de leer con mis propios ojos el informe de la HRW, pero ni Granma ni ningún otro diario nacional creyó necesario, por un elemental respeto a los lectores, presentar antes del comentario, una traducción del mismo; esta vez, como casi siempre, tuvimos que conformarnos con el filtrado de los intermediarios, que en ocasiones como esta, más que especialistas parecen en verdad vulgares manipuladores.

En los próximos párrafos continúa tal manejo amañado del lenguaje cuando se afirma que la HRW pretendía “tirarle el salvavidas a la contrarrevolución interna, pagada por el lobby anti-cubano en el gobierno de los EEUU.”

Dicho de esta forma parece que la oposición en Cuba, a la que se sintetiza aquí con el término de “la contrarrevolución,” (acentuando así su carácter maligno) consiste en verdad en un grupo de mercenarios al servicio de los EEUU.

Y no dudo que los haya, pero es obvio que no todos los opositores y disidentes son pagados por los “yanquis.”  Conozco a muchos que nunca se venderían a pesar de la situación miserable en que viven, personas de convicción capaces de grandes sacrificios por sus ideas, metidos ahora en el mismo saco de los verdaderos mercenarios.

Luego afirma el periodista que la HRW “no persigue otra cosa que el mantenimiento del bloqueo.”  Es cierto que los degenerados que sostienen el embargo lo justifican con críticas como estas al gobierno, no obstante recién he tenido el privilegio, imposible para el grueso de lo cubanos, de visitar la página de dicha ONG y allí leí con mis propios ojos las palabras de su presidente que aquí presento:

“El embargo ha fracasado y debe terminar. En vez de aislar a Cuba, esa política aisló a Estados Unidos, pues permitió que el gobierno de Castro recogiera simpatías internacionales, alienando a los potenciales aliados de Washington.”

O sea que, contrario a lo que dice Granma, único contacto con el mundo para los cubanos de a pie, el “genuflexo” presidente de la HRW no solo desaprueba el bloqueo, sino que sugiere su fin en las propias entrañas del imperio que lo impone, además de denunciar graves violaciones a los derechos humanos en los propios EEUU.

Así que no me parece que la HRW pueda ser tan ligeramente estigmatizada de parcial y lameculos como el Granma nos la presenta.  Eso se llama mentir, o al menos ocultar información, y es grave para un órgano de prensa.

En fin, es este un artículo que intenta convencernos de que en Cuba no existe violación alguna de los derechos humanos.  Pero lo hace con recursos tan pobres y propios de aquellos que no tienen la razón, como ese de desviar la atención lanzando improperios sobre los acusadores, que de verdad, me cuesta creerle.

No hay un acercamiento al tema con la profundidad y serenidad que amerita, y ello imagino que decepcione no solo a mi, sino a muchos de los que esperan una respuesta diferente de un gobierno autodenominado proletario, marxista y comunista.