Sinsabores de un anhelo

Alfredo Fernández Rodríguez

¿Qué se harán las familias de bajos ingresos y muchas de las personas de la tercera edad, si se concretase la medida.   Foto: Caridad
¿Qué se harán las familias de bajos ingresos y muchas de las personas de la tercera edad, si se concretase la medida. Foto: Caridad

Mi comentario de hoy viene del espanto que me ha provocado una saga de artículos recientemente publicados  en el periódico Granma, (Órgano Oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba).

En su sección Cartas a la Dirección espacio que dicho periódico dedica cada viernes a la publicación de cartas y mensajes electrónicos “en torno a cómo continuar mejorando nuestra sociedad” según dice el editorial de dicha sección para proseguir señalando luego que son “opiniones, con las que se puede estar o no de acuerdo”.

La sección, con una parca identificación de los autores publicados, esta solo se limita a la primera inicial del nombre y a los apellidos, se presenta con cartas que van desde el develamiento público de situaciones engorrosas del mundo laboral cubano,  hasta la petición de solución a problemas que afectan a una comunidad o a la persona que suscribe la misiva.

Durante parte del mes de agosto y septiembre fueron publicadas allí varias cartas donde los lectores de una manera u otra solicitan la eliminación de la Libreta de Abastecimiento, (pequeña cartilla de 20 páginas que a precio muy bajo y desde los años sesentas abastece de productos alimenticios básicos a la población cubana) a modo de ayuda a la maltrecha economía nacional.

Así, se podían leer opiniones más o menos como: “la etapa de necesidad de la libreta en Cuba ha quedado de una vez atrás”.

Es cierto que el periódico deja claro que son “opiniones, con las que se puede estar o no de acuerdo”. Pero aún así me pregunto: ¿Con que intención se publica durante varios viernes cartas de diferentes personas que piden lo mismo?  ¿De donde sacan semejante bondad?  Tan extrema que les permite cuidar la economía nacional antes que la de sus compatriotas o inclusive la propia.  ¿Qué se harán las familias de bajos ingresos y muchas de las personas de la tercera edad, si se concretase la medida en la situación actual de precios de los alimentos en el Mercado Agropecuario?

Bien sabido es por todos lo extremadamente cara de la vida en Cuba hoy.  Frente a un estanquillo una señora que hace cinco años almuerza en un comedor social y que  acababa de leer una de las cartas exclamó de un tirón “¡si hay algo que ha hecho posible cincuenta años de Revolución, ha sido justamente la Libreta…!”

No sé, pero la sección despierta mis dudas. Hace algo más de un año atrás, no sin asombro, vimos como muchos lectores escribieron a ella para pedir que se aumentase la edad de jubilación laboral en Cuba por cinco años, medida la cual unos meses después se concretaría sin mayores contratiempos.

Vale destacar que la saga en cuestión finalizó con una carta muy madura del historiador Jorge Renato Ibarra, donde señala que la insuficiente producción de la industria alimentaría cubana en general y lo bajos salarios aún de los trabajadores hacen lo imposible de la aprobación de la medida por el momento.

Así, solo nos queda encomendarnos a Dios para que no ocurra lo mismo que con el aumento de la edad laboral.