Les cortaremos la cabeza

Caridad

Hospital Maternidad Obrera, Marianao, Havana.  Foto: Caridad
Hospital Maternidad Obrera, Marianao, Havana. Foto: Caridad

“En el mundo la industria farmacéutica es un negocio lucrativo, sin embargo en Cuba se encarga de brindar salud y bienestar al pueblo, sin reparar en los costos.”

Eso dice la periodista en el televisor, mientras las imágenes muestran unos laboratoristas super limpios, manipulando un montón de pastillitas.

¿Desde cuándo la salud de un pueblo se garantiza con pastillas?

¿Es un pueblo más saludable el que más pastillas, a menor precio, consume?

Estoy harta de escuchar sobre los grandes sacrificios que tiene que hacer Papi-Estado por nosotros –hijos-malagradecidos. Estoy harta de que me hagan sentir una inútil que no produce nada y, en cambio, recibiré medicinas gratis si me enfermo (cáncer, SIDA, hipertensión o cualquier extraño síndrome) o si tengo un accidente.

¡Qué bueno!  Si me quedo semi parapléjica tendré cierta terapia y medicinas a bajos precios…

No voy a divagar sobre la salud del Ministerio de Salud Pública. No me interesa provocar a unos cuantos que no van a resolver nada con el parloteo a favor o en contra de lo que digo.

Existe algo lógico respecto a la salud.

¿De qué se trata?  ¿De curar enfermedades?  ¿Prevenir enfermedades?

¿A Papi-Estado le resulta menos costoso especular sobre el subsidio a la medicina que la verdadera salud de nosotros-hijos-malagradecidos?

Los elementos fundamentales para la salud física son el ejercicio diario – con su adecuada respiración – , el consumo de los alimentos adecuados para cada organismo (lo que es bueno para unos no siempre es bueno para otros). También es necesaria la buena calidad del agua y no me parecerían mal algunos productos de aseo.

La salud mental es otra cosa.  Menos palpable. Apenas se habla de ella. ¿Qué sería de una persona sin salud mental?

No creo que, una vez deterioradas, se puedan restablecer con recetas farmacéuticas.

Todo el mundo está de acuerdo en que es preferible un jarrón sano a uno recompuesto con la mejor kolaloka del mercado.

¿Cómo tener buena salud si no se tiene un salario con el que se pueda adquirir lo necesario para hacer 3 comidas al día?

Si nadie  dice a los miles de madres que compran, con mucho sacrificio, el refresco instantáneo para las meriendas de sus niños (as), que el ciclamato de sodio que contienen es un producto químico que roba vitaminas y minerales al cuerpo de sus hijos.

¿Cómo tener buena salud en medio de edificios que están por caerse, apartamentos que no podemos reparar por falta de recursos de todo tipo, balcones que se desprenden como botones mal puestos e irrumpen en las aceras?

¿Cómo tener buena salud si las aguas albañales corren por cada esquina de nuestras calles, frente a centro gastronómicos, escolares, de trabajo; por donde quiera?

Si muchos autos caminan con los inventos de sus choferes, envueltos en oscuras aureolas de humo.

Nadie se encarga de hacer cumplir las leyes contra el ruido ambiental.

Si para llegar al trabajo, la casa o cualquier sitio, hay que sufrir la demora del transporte, el maltrato de sus trabajadores que se creen sus dueños; la prepotencia y agresividad de quienes nos rodean.

Ya sé que el estrés, la contaminación, son asuntos mundiales.

Y la  mentira es un asunto mundial. Eterno. De todos los sistemas económicos. Y no por eso hemos dejado de quejarnos al respecto, por los siglos de los siglos.

No creo que daba hacer llover sobremojado en este asunto de las carencias en mi país, de todo lo que se une para impedir que tengamos, realmente, buena salud. Todo el mundo habla de eso. Algunos exageran, otros se quedan cortos o nos comparan con Haití, Sierra Leona o con cualquier país que apenas conocen lo que es una Revolución.

Algunos creen, otros permanecen incrédulos o indiferentes, barrigas llenas, manos recién lavadas.

Al fin y al cabo lo importante es que todo el mundo continúe pensando que la salud de los cubanos es la mejor del planeta….del sistema solar.

Que vale la pena cualquier Sacrificio para tener a “bajos precios” esa pastillita que nos permitirá amasar el idilio de la buena salud.

El sacrificio de la verdad. De la salud.

Hace un año, en uno de esos actos políticos a los que debemos asistir en los centros de trabajo, un alto dirigente habló sobre la confianza de nosotros-hijos-malagradecidos en Papi-Estado, hizo énfasis en la salud:

“…porque ustedes saben que si les duele la cabeza es probable que no encuentren una aspirina en la farmacia. Pero si tenemos que hacer una cirugía para cortarles la cabeza y aliviar el dolor, se la hacemos gratuitamente, ustedes lo saben. Así es nuestro sistema de salud.

Sí, lamentablemente. Así es, aunque parezca grotesco.

Caridad

Caridad: Si tuviera la oportunidad de escoger cómo sería mi próxima vida, me gustaría ser agua. Si tuviera la oportunidad de eliminar algo de lo peor del mundo borraría el miedo y de todos los sentimientos humanos prefiero la amistad. Nací en el año del primer Congreso del PCC en Cuba, el día en que se celebra el orgullo gay en todo el mundo. Ya no vivo al este de la habana, intento hacerlo en Caracas y continúo defendido mi derecho a hacer lo que quiero y no lo que espera de mí la sociedad.

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