La tragedia de la carne de Cerdo

Daisy Valera

Foto: Michael Landis
Foto por Michael Landis

La tragedia de  la carne de cerdo, así he pasado a llamarle a lo que me ocurrió en el mercado Tulipán que se caracteriza por ofertar productos como verduras y frutas a un precio un poco más bajo de lo que lo hacen los mercados no estatales.

El mercado Tulipán pertenece al EJT (ejército juvenil del trabajo, que es supervisado por las FAR).

Por casualidad pasaba por allí y decidí entrar para saber que estaban ofertando que pudiera comprar y casi me voy con las manos vacías, pero encontré un anuncio que me casi me hizo, sin exageraciones, saltar de alegría.

Se estaba ofertando carne de cerdo a 20 pesos la libra.

Yo no podía creerlo por la sencilla razón de que prácticamente en los únicos lugares donde se consigue carne de cerdo es con vendedores privados y la libra con ellos tiene un precio de 35 pesos.

Así que hice la larguísima cola porque no podía dejar pasar la oportunidad de comprar carne quince pesos por debajo del precio común.

Me dispuse a entrar al lugar con 40 pesos en mi bolsillo lo que creí suficiente pero por desgracia no fue así.

Encima de los mostradores habían puestos enormes piernas de cerdo, y cuando fui a pedir mis dos inofensivas libras, me informaron que solo me podía llevar una de aquellas inmensas piernas, que por su peso debían costar aproximadamente 300 pesos.

No pudiendo creer lo que me estaba ocurriendo, y con mis miserables 40 pesos en el bolsillo, salí corriendo a buscar al administrador, para ver si el podía solucionar todo aquel enredo que había provocado molestia en muchos de los que hicimos la cola para la carne.

Pero con una gran amabilidad me explicó que estaba establecido que la carne no pudiera picarse, a lo que siguió una pregunta mía: ¿¿¿¿POR QUÉ????

Entonces el me informó algo que ni en sueños hubiese imaginado, ese local estatal se lo habían alquilado a privados para que vendieran sus productos allí como a ellos le pareciera.

No tuve nada que objetar, me fui malhumorada, sin carne y mis cuarenta pesos aún en los bolsillos, como muchos otros.

Aún no logro entender como unos cuantos vendedores particulares pueden vender carne y no existen cooperativas estatales que puedan abastecer de este producto cuando tienen lógicamente más recursos.

Consumir carne es un problema del cubano de a pie, el que no puede pagar por esta 300 pesos, el que no puede darse el lujo de comprarla en CUC.

Parece increíble que el trabajador cubano pase tanto trabajo para llevar este elemento a su dieta, cuando con una buena distribución de los recursos y solo un poco de esfuerzo en el sentido adecuado sería un problema sencillo de solucionar.

Daisy Valera

Daisy Valera: Edafóloga y Blogger. Escribo desde la Ciudad de México, donde La Habana a veces se hace tan pequeña que llega a desaparecer; pero en otras, la capital cubana es una ciudad tan pasado y presente que te roba la respiración.

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