Impresiones de una breve estancia en La Habana

Patrick Velasquez*

Patrick Velasquez playing congas in Havana.
Patrick Velasquez playing congas in Havana.

HAVANA TIMES, Oct. 15 – Después de resolver el complejo proceso que significa dejar atrás el aeropuerto de  La Habana, y luego el de México, mucho más grande aún, pensé en las impresiones de este viaje a Cuba. Me llegaron recuerdos y pensamientos, algunos más superficiales, otros más profundos:

1. La fuerte presencia de policías en Cuba muchas veces se agradece, más otras, resulta aterradora.  En el Vedado, por ejemplo, evitan que los timadores nos ofrezcan constantemente puros, «coral negro», etc.  Pero un domingo por la  tarde cuando desafiábamos el calor, la multitud y la increíble intensidad de una rumba callejera en el Callejón de Hamel, un policía detuvo a una mujer porque le había pedido un trago a mi colega Agustín y después se había puesto a conversar con él.

Aunque Agustín hizo un valiente esfuerzo para atestiguar la inocencia de su conversación, el agente se la llevó a la mujer en su patrulla.  Sus compañeros de rumba nos aseguraron que no era nuestra culpa, pero fue una experiencia que nos desanimó de todas formas.  Por haber sido testigos y víctimas de la brutalidad policial contra las personas de color en nuestro país, esto era un mal recuerdo de que existen los poderes policiales sin criterio, aparentemente, en todos lados.

2. Me motivó mucho la amabilidad y generosidad  de los habaneros.  En bares y restaurantes recibí siempre respuestas amables de congueros cubanos de numerosos grupos soneros.  Como percusionista principiante, me dejaban tocar sus instrumentos, sentarme con ellos para interpretar algún número, y hasta me contaban cómo obtenían sus instrumentos de percusión en La Habana.  Los músicos de La Sofía, un bar-restaurante del Vedado, donde establecimos una embajada chicana informal, eran especialmente complacientes.

Encontramos otros actos de generosidad, por ejemplo, cuando ofrecimos compensar al venerable percusionista Oscar Valdés por el valioso tiempo dedicado a nuestra entrevista, y él no aceptó.  Cuando le dijimos al chofer que nuestra investigación incluía un enfoque sobre la religión afrocubana, nos dio una descripción, valiosa y amplia sobre la inserción de su familia en la religión afrocubana.  Después parqueó el carro, apagó el motor y buscó un CD de canciones y tumba afrocubana.  Luego de escuchar el hipnótico ritmo, nos regaló el CD cuando llegamos al hotel.

Otra cosa que nos llamó la atención fue la cantidad de cubanos pidiendo «botella» en todos lados. Otro taxista nos dijo que el transporte público del país no daba abasto para la cantidad de trabajadores y estudiantes que se movían diariamente.  Vimos muchos autobuses públicos, que según nuestro chofer eran de origen chino, y la mayoría estaban repletos de personas tanto por el día como por la noche.  Sin embargo, numerosos cubanos con autos particulares ofrecían, con frecuencia, aventón a sus compatriotas.

3. En San Diego he luchado, junto con otras personas, tratando de convencer a la universidad de poner obras de arte público (murales, estatuas, etc.) que reflejen comunidades reales de chicanos y otras personas no representadas.  En su lugar la universidad mantiene un monopolio racial en su arte que excluye cualquier otra que no sea una representación post contemporánea, abstracta; es por esto que nuestros estudiantes chicanos (en un estado donde el 40 por ciento de la población es chicana) no ven imágenes fijas que validen su presencia en el recinto universitario.

Sin embargo, Agustín y yo vimos un busto de Benito Juárez, el venerado presidente mexicano que gobernó en la década de 1850, en una pequeña plaza, en la Universidad de la Habana.  Y  en el municipio de Miramar, observamos un parque cuadrado, de una cuadra de largo, dedicado al gran líder mexicano revolucionario Emiliano Zapata, incluyendo una estatua con su tamaño real.  Apreciar todas esas representaciones, tan sentidas en el corazón y el espíritu de los chicanos, a noventa millas del sureste de los Estados Unidos, parecía irreal, por el hecho de que no se encontraban en mi propia universidad, situada a solo unos 20 minutos de la frontera mexicana.

4. Numerosas  conversaciones a lo largo de nuestra visita demostraron que muchos cubanos tienen una idea de los Estados Unidos basada en programas televisivos a los que tienen acceso. En el hotel, un cubano estaba muy curioso por los diversos niveles del cumplimiento de la ley en Estados Unidos.  Su curiosidad se despertó al ver episodios de varias series policiales norteamericanas.  No sé, con seguridad, el grado de acceso que tienen los cubanos a la televisión estadounidense, pero parece ser muy amplia.

Aparte de tal acceso, es evidente que en La Habana no se ve tanta televisión como en nuestro país.  Viajando de noche (incluso pasada la medianoche), en taxi, por varias partes de la capital, Agustín y yo vimos gran cantidad de cubanos sentados en pequeños grupos fuera de sus casas  conversando.  Los cubanos son, con seguridad, de los más conversadores del mundo, una característica positiva que puede estar relacionada con la falta de otras formas de recreación de la isla.  Para cada entrevista yo preparaba, al menos, doce preguntas, pero rara vez pude hacer más de la mitad de estas, porque inevitablemente, mis entrevistados demoraban más de 20 minutos en contestar la primera pregunta.

5. Como cualquier observador razonable pudiera esperar, hay diferentes perspectivas en Cuba en cuanto a la política y la situación económica del país.  Entre jóvenes y trabajadores de la industria del turismo, las mayores quejas son por las necesidades económicas y las medidas de austeridad adoptadas por el líder Raúl Castro.  (Por ejemplo, los límites de horas en los que los cubanos pueden encender los aires acondicionados, que me recordaron medidas similares que limitan el horario en que podemos encender nuestros aspersores en San Diego.)

Pero los cubanos más viejos, especialmente aquellos que recuerdan lo días antes del triunfo de la Revolución, son más pensados en sus análisis.  En la conferencia escuchamos a una negra cienfueguera que describió la vida de sus padres antes del triunfo revolucionario, cuando la educación no llegaba a los negros, sin embargo, después de 1959, ella se convirtió en profesora, y su hermano en ingeniero.

Otros académicos cubanos, que han estudiado profundamente las sistemáticas y conscientes intervenciones de Estados Unidos en toda Latinoamérica, ven la independencia cubana como una gran prioridad.  Las condiciones económicas que sufren todos los cubanos, no son atribuidas al carácter socialista de la Revolución (ya que muchos países capitalistas, en America Latina, por ejemplo México, sufren también  la extrema pobreza), sino son consideradas un desafortunado resultado por mantener la independencia del dominio norteamericano.  Quitar el cruel bloqueo económico a Cuba sería una prueba real de la habilidad del país para resolver las necesidades de su pueblo.

Con un estudiante de historia y el estatua de Benito Juarez.
Con un estudiante de historia y el estatua de Benito Juarez.

Esta perspectiva dual puede ser aplicada (pero a la inversa) a la gran población cubano- americana de Miami.  Los más viejos de esta comunidad todavía ven al régimen revolucionario con mucho odio y resentimiento, pero las generaciones más jóvenes, que no tienen esa memoria histórica, tienen un sentido de pertenencia por Cuba independientemente de su sistema económico o forma de gobierno.  Esta división generacional puede muy bien tener un impacto directo tanto en la situación sociopolítica de Cuba y de los cubanos americanos, como en las relaciones políticas entre Cuba y los Estados Unidos.

6. Después de tres breves visitas a Cuba percibo un sentimiento de orgullo nacional entre los cubanos, un gran respeto y admiración por los logros de 50 años de Revolución, igual que un optimismo por el futuro que fortalece.  Por supuesto, no todos los cubanos piensan así.

Algunos están muy resentidos por sus condiciones materiales y muy ansiosas por «progresar», pero me siento muy afortunado de visitar esta nación durante la celebración por los 50 años de la Revolución.  El sentimiento de orgullo nacional, aunque intangible, todavía era palpable.  Un tema que escuché varias veces, entre los cubanos, era la apreciación que tenían de la tranquilidad del país, comparada con lo que leen sobre la violencia en EE.UU., México y otros países.

Eso me hizo reflexionar sobre nuestra supuesta «libertad» en el Norte, y el gran grado de violencia que la acompaña, uso de drogas, y otros crímenes.  Quizás el excesivo individualismo de los blancos americanos, que culpan a los propios chicanos por su falta de desarrollo educacional, traiga como resultado una sociedad disfuncional.

No pude evitar comparar el gran orgullo nacional que sienten en la isla caribeña con mi propia ambivalencia, cuando todos los días en La Habana, alguien me preguntaba, «¿de qué país eres?»  Jamás me sentiría cómodo respondiendo, soy norteamericano, aunque ellos probablemente, vean a todo residente en los Estados Unidos como americano».  Yo me veo a mí mismo como un americano en el sentido de que, como chicano, soy un miembro indígena de Las Américas que incluye a México, el suroeste de Estados Unidos, Cuba y toda Latinoamérica.

Pero no podría sentirme cómodo (por mi  falta de orgullo nacional) diciendo que soy de Estados Unidos, en vez de eso respondía que era un mexicano viviendo en los Estados Unidos, sorprendentemente para mi, algunos cubanos entendían cuando les decía que era chicano.

7. Yo estaba muy optimista con respecto al presidente Obama y las perspectivas de su apoyo  en la eliminación del bloqueo económico a Cuba.  Pero recientemente experimenté gran decepción por su falta de acción (y ocasionalmente acciones negativas).  Es muy difícil predecir un futuro cercano en las relaciones entre Cuba-EE.UU.  Desafortunadamente, está bastante claro que Obama escucha a los «halcones» imperialistas y racistas, dejado por la era Clinton (especialmente la Hillary) que influye en su administración.

Sin embargo, mi análisis e intuición me dicen que dentro de los tres últimos años de administración, Obama trabajará con el Congreso para eliminar la mayoría de las restricciones que prohíben a los ciudadanos norteamericanos visitar la isla.  Puede tomar más tiempo eliminar parte del embargo que limita intercambios económicos más amplios entre las dos naciones. Como he comentado, con frecuencia, a colegas chicanos que hacen investigaciones en Cuba, la isla cambiará cuando se llene de turistas norteamericanos.

La historia (ver Relatos comprensivos de la historia de Cuba, de Louis Pérez) nos dice que cuando los gringos vengan a Cuba, en masa y como turistas, demandarán alojamiento que les provea las  comodidades que tienen en casa (como teléfonos celulares, Mac Donalds, etc.) Como la industria turística en Cuba se desarrolla junto con la economía dual que la acompaña, más cubanos demandarán los mismos comodidades,  igual que otros bienes y servicios a los que no tienen acceso en estos momentos.  Quizás el dólar proveniente de este turismo aporte ingresos que permitan que la economía cubana satisfaga necesidades domésticas, pero quizás no.

Como chicanos, mis colegas y yo lamentamos la experiencia de visitar ciudades mexicanas y verlas repletas de turistas blancos norteamericanos, personas que como dijo una vez el cómico chicano Paul Rodríguez, «odian a los mexicanos, pero encuentran la cultura mexicana encantadora».  Si esos mismos turistas invaden a Cuba sin problema alguno, la isla, con seguridad, no se verá, ni sentirá igual.

Imagine la semana santa en La Habana, con miles de estudiantes norteamericanos (vea Cancún y compare).  Yo veo pocos factores que puedan contribuir mas a un cambio de la economía cubana y consecuentemente, su gobierno, pero siento que el amor del pueblo cubano por su independencia es mayor que lo que podemos apreciar.  Al final, creo que Cuba no tolerará una colonización economía de facto por parte de corporaciones y turistas norteños de la misma forma que no aceptarían una conquista militar externa.  Al borde de tal colonialismo económico, Cuba limitaría el turismo norteamericano, como algo imprescindible para resguardar su soberanía y su identidad nacional.

8. Chuck Silverman, un percusionista norteamericano que con frecuencia organiza visitas de norteamericanos con interés cultural en la isla, me dijo una vez, algo sobre este país.  «Cuando vueles de regreso a casa, me dijo, ya estás pensando cómo te las arreglarás para regresar a Cuba la próxima vez».  Y él tenía razón.

*Profesor en Filosofía en la Universidad de San Diego

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5 thoughts on “Impresiones de una breve estancia en La Habana

  • Patrick, he leído su escrito referente a sus experiencias en recorrido por La Habana. Me ha resultado interesante su forma de evaluar los fenómenos que se dan en nuestro país, de una forma honesta y despojado del lenguaje agresivo he hipercrítico con que por lo general nos miran “los del norte”.
    Un interprete de mucho prestigio nacional (Pablo Milanés) ha significado en una de sus emblemáticas obras que “no vivo en una sociedad perfecta, no quiero que se le de ese nombre” y termina su canción significando que los mas interesante es que “la hacen mujeres y hombre”.
    Si, eso si. Mucho orgullo nacional y respeto por Norteamericanos que como usted son capases de hacer una evaluación seria de nuestra realidad contemporánea. De tener la capacidad de diferenciar el comportamiento de las élites de poder a los intereses del pueblo norteño. Te digo con mucho orgullo de cubano que este, mí país es uno de los pocos en el mundo en el que en 50 años no se ha quemado una bandera norteamericana. .. Eso dice mucho de la cultura y el respeto de este humilde y respetado pueblo.
    Ahhhhh, y si regresa a Cuba, amigo, salga de La Habana y camine la isla. Nos conocerá mejor.
    Oscar Cuevas Romeros. Santa Clara. Cuba

  • Al comienzo cuando vi la introducción de su escrito pensé de inmediato en uno de esos trasnochados que andan diciendo barbarie de mi país sin apenas conocerlo, ni visitarlo, cuando me fui adentrando y analizando lo escrito fui cambiado de opinion aunque con algunas resitencia, o mejor dicho incomprensiones,Nunca pansó usted que esa ciudadana podría haber tenido antecedentes malos en su modo de actuación con los turistas o extranjeros?… Pero para bien suyo y mio y de todos los que podamos leer su articulo este es una verdadera lección de civismo, y cordura, además usted pudo constar la verdad y con esa se va a Roma caminando, si somos un pais con muchas necesidades, pero esas necesidades que tenemos las tienen incluso personas en las grades urbes del mundo, donde sólo los ricos son más ricos y los pobres más pobres nada que lo que hay que luchar por un mundo mejor que es posible y que estoy seguro que con gente como usted se logre,ya que es sincero

  • Hola PATRICK. Acabo de leer su comentario, considero que es usted honesto y pienso que mientras mas no visite, y nos estudie sin dejarse manipular por los medios poderosos informativos o por aquella personas que dentro de Cuba se le acerque y le pinten estar en necesidad extrema buscando indignamente dineros o artículos, nos conocerá mas y muchas cosa que hoy le sorprenden dejaran de sorpréndele. Nuestro pueblo es muy culto por eso saben de los chicanos de su luchas de sus artistas de su cine, de sus lideres. No solo tenemos estatuas de Juárez y Zapata sino que conocemos sus obras y los veneramos, son nuestro héroes también al igual que lo son los grandes Próceres de Nuestra América, Estamos Orgullosos Como dice O .Cuevas de no haber quemado nunca una bandera norteamericana, ni se le ha lanzado una piedra a su oficina de intereses, ni abucheado un deportista norteamericano. Creo que ha magnificado usted un hecho aislado de actuación de un policía , he vistos mas policías fuertemente armados y con perros en el aeropuerto de Roma en 1998 que en cualquier lugar o circunstancias que en mi país , igualmente mayores controles policiales y militares en carreteras Se ve en Cuba muchas series y cine norteamericano es la mayoría de la programación Y LOS medios de su país cacarean y muchos norteamericanos lo creen que en cuba no se permiten estos en la TV . Lo invito a plantarse delante un televisor en Cuba durante unos días para que lo corrobore. Solo queremos que nos dejen vivir en paz a nuestra forma y con el sistema que queramos
    Que nos prueben quitándonos el bloqueo y se sorprenderán con el despegue en todos los frentes económicos, sociales que tendríamos en corto plazo

  • Es un artículo muy sencillo y realista, si esa impresión se pudiera generalizar fuera muy bueno para ambos países.
    Atte Orestes

  • Patrick Velazquez, (t puse tu apellido porque me siento cómodo que sea en español, aunque no te critico el nombre :-) ) me ha gustado mucho tu reseña.
    Un saludo rumbero de un mexicano que vive en cuba
    isidro

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