El viejo y el pan
Daisy Valera
El pan es un tema recurrente en Cuba, como me imagino que en el resto del mundo, donde el precio de este producto te permite estimar cuanto cuestan otros alimentos.
En nuestra isla el pan ha sido polémico en muchos sentidos: la cantidad, calidad, tamaño, si lleva o no mantequilla.
El pan es el protagonista siempre que los cubanos esperamos un ciclón, por lo que las panaderías se llenan de personas.
Durante estos cincuenta años el pan ha pasado de venderse por la libreta de racionamiento (uno por persona por dia) a ser vendido también en las nuevas panaderías ilimitadamente.
En una de estas últimas ocurrió hace pocos días una situación interesante.
El único pan que la panadería ofertaba valía 1,60 pesos un precio demasiado caro para un pan que no era ni grande ni de una buena calidad.
Fue entonces que un anciano de la cola muy enojado comenzó a protestar por semejante abuso.
El viejo propuso un montón de ideas entre las que se encontraba que elaboraran otro tipo de pan que es más barato que más accesible a la gente.
Yo agregaría otras tantas pero una que me parece imprescindible es que la panadería cuente con la población que compra sus panes para así producir los de mayor demanda, y también que haya una relación para que sepan con certeza que cantidad hacer.
Así seguramente se mejorarían los problemas que con respecto a este producto existen en Cuba, se malgastaría menos y la población estaría más satisfecha.