Una relación que nunca debió romperse

A propósito de la reapertura de la embajada de EE.UU. en La Habana, el próximo 14 de agosto

Por Pedro Campos

La asta de la bandera en la embajada estadounidense.  Foto: Juan Suárez
La asta de la bandera en la embajada estadounidense. Foto: Juan Suárez

HAVANA TIMES — Este viernes 14 de agosto será izada la bandera de EE.UU. en la reapertura de su embajada en la capital cubana, como símbolo del restablecimiento de relaciones acordado entre los gobierno de Raúl Castro y Barak Obama.

Se restituye así una relación que nunca debió romperse, porque si bien existían razones para el distanciamiento entre los gobiernos, los pueblos de Cuba y EE.UU. tenían muchos más motivos para que nunca se eliminaran esos vínculos. Pero desgraciadamente, las administraciones actúan según sus intereses y no siempre en función de los intereses de sus ciudadanos.

De hecho, esos dos pueblos nunca rompieron sus lazos amistosos. Hoy lo vemos con toda claridad en el caribeño, cuando con tanta alegría ha rezumado este restablecimiento, lo que indica claramente que los años de ofuscación y enfrentamiento no lograron imponerse en el sentimiento popular.

Siempre esa amistad estuvo presente en el pueblo norteamericano y se ponía de manifiesto cuando acogía a todo cubano que salía de la Isla huyendo de la persecución política o buscando nuevos horizontes ante el panorama económico deficitario.

Si bien hemos siempre rechazado la injerencia de los gobiernos norteamericanos en nuestros asuntos internos y sus políticas imperiales, también hemos sabido aquilatar los grandes aportes de ese país a la cultura y a la economía mundial y especialmente al desarrollo de nuestro propio país. Lo negativo no nos impidió ver lo positivo.

La historia de Cuba, guste o disguste, no puede escribirse sin los aportes, para bien o para mal, de sus relaciones con EE.UU.. No es momento de hacer recuento, ni mucho menos de mencionar lo que no fue agradable, pero algunos hitos positivos deberán decirse hoy ante este hecho histórico.

Cuba y EE.UU. tienen historias parecidas. Ambos tienen como raíces principales la inmigración de europeos y africanos, compartimos la economía de plantaciones y la esclavitud, fuimos colonias explotadas por sus metrópolis, tuvimos guerras de independencia y en esas luchas nos ayudamos mutuamente.

Cuando el Norte no era más que un grupo de colonias inglesas dispersas, el comercio de rescate o contrabando de alcoholes y tabaco, en violación de lo dispuesto por la colonia española, era una de las principales fuentes de riquezas de los criollos y muchos cubanos que simpatizaban con la causa independentista de las colonias inglesas, participaron en sus luchas contra Inglaterra.

La declaración de Independencia en 1776 fue acicate para el desarrollo del movimiento independentista de los criollos cubanos y los aires democráticos y libertarios que generó aquel proceso, estuvieron en la génesis anexionista de muchos patriotas cubanos que veían en aquella opción la posibilidad de salirse del yugo español.

Sin duda alguna, entonces EE.UU. era el referente mundial libertario de mayor significación.

Cuba y EE.UU. tienen historias parecidas. Ambos tienen como raíces principales la inmigración de europeos y africanos, compartimos la economía de plantaciones y la esclavitud, fuimos colonias explotadas por sus metrópolis, tuvimos guerras de independencia y en esas luchas nos ayudamos mutuamente.

La intervención de 1898 en la guerra contra España, tiene varias lecturas, pero nadie podría negar que los voluntarios que vinieron como tropa no lo hicieron con ánimos imperiales, sino solidarios. Y estamos hablando de pueblo, no de gobiernos.

Foto: Juan Suárez
Foto: Juan Suárez

Si muchos imperialistas del Norte apetecieron siempre el control de la Isla, la mayoría de los ciudadanos del Norte la miraban con ánimos de protección.

Las mayorías del pueblo cubano nunca ha compartido el odio profesado hacia ese país por algunos  de sus gobernantes. Turbas, grupos de manifestantes gritando consignas pueden encontrase en cualquier parte, sobre todo, en coyunturas específicas de confrontación. Pero nunca, ni los partidarios de los gobernantes mismos, han quemado jamás una bandera de las barras y las estrellas en suelo cubano, porque todos saben que las banderas representan a los pueblos, no a los gobiernos.

En la historia de estos últimos 60 años mucho se han manipulado los acontecimientos entre las dos naciones por sus respectivos gobiernos, en busca de ventajas políticas. Muchas historias han sido muy mal contadas. Esperemos que esta nueva etapa vaya permitiendo que otras visiones de los acontecimientos, más realistas, se vayan imponiendo.

Nadie podría esperar que el restablecimiento de relaciones diplomáticas implique automáticamente la solución a todos los problemas. Se encara un proceso de normalización.

Quedan muchas leyes del bloqueo-embargo que deben ser levantadas, los problemas relacionados con la Base Naval, las afectaciones económicas ocasionadas a ambas partes por las políticas de enfrentamiento y un sinnúmero de asuntos bilaterales que deberán ser atendidos.

Cuba tiene sus propios problemas internos, en su sistema político que debe democratizarse, en su economía que deberá socializarse y abrirse a todas las formas de producción y especialmente deberán eliminarse todas las restricciones al cuentapropismo y al cooperativismo independientes y suspenderse el monopolio estatal sobre la economía.

Tenemos serios problemas que resolver en torno a la propiedad y al respeto a los derechos humanos. Pero estos son problemas cubanos, que debemos resolver nosotros mismos sin interferencia de nadie.

En la historia de estos últimos 60 años mucho se han manipulado los acontecimientos entre las dos naciones por sus respectivos gobiernos, en busca de ventajas políticas. Muchas historias han sido muy mal contadas.

Lo que no quiere decir que otros en el mundo no manifiesten sus preocupaciones en este sentido y de alguna manera traten de ayudar en su solución con buena voluntad y sin ánimos impositivos.

Nos trataron de acostumbrar a ver mal todo lo que venía de más allá del estrecho de la Florida. Esa política, que nunca se impuso, ha empezado a cambiar y habrá de seguir cambiando y eso hay que agradecerlo a los presidentes Raúl Castro y Barak Obama.

La cercanía del territorio norteamericano, la primera economía mundial, la presencia allí de más de dos millones de cubanos y descendientes, la riqueza que esos cubanos manejan, son factores que bien encaminados pueden y deben contribuir al desarrollo futuro y próspero de una Cuba con todos.

Los gobiernos de la confrontación, son cosas del pasado. De ahora en adelante los dos países no deben mirar para atrás, a problemas, desencuentros y confrontaciones. Es necesario mirar hacia un futuro de cooperación y respeto mutuo, donde predomine no la filosofía de la elite de turno en el poder en cada nación, sino la solidaridad, la fraternidad y la cooperación que han caracterizado tradicionalmente las relaciones entre ambos pueblos.

Los gobiernos pasan, y los pueblos, que son los que cuentan, quedan.

3 thoughts on “Una relación que nunca debió romperse

  • …..señor campos….ahora si se paso ….asi que los problemas de cuba con los usa solo han sido producto del “odio profesado hacia ese pais(los usa) por algunos de sus gobernantes(los cubanos)”???….que manera de olvidarse de la historia …con todo respeto pero…que “lame suelas” me parecio este articulo ….

  • Resumiendo, venció el dólar.

  • Pedro Campos,usted debe ser una persona inteligente,por favor.En realidad,cuba s un pequeno pais situado a 90 millas del pais mas poderoso de la tierra.Cuba fue un criatura venida al mundo por accion de los EEUU,gozo de atencion especial,los cubanos hicieron todo lo possible por desbaratar al pais desde que se fueron los norteamericanos.No ha habido pais pequeno al lado de uno tan gigantesco que haya sido tan respetado.sted ha oido hablar de chechenia,georgia,ukrania,tibet,en fin,para que seguir!!Entonces que se espera de ellos? Vamos senores,hagamosnos respetar deverdad,hagamos un pais inspirado en los EEUU,pero major,mas prospero,sin sus problemas.Aprovechemos su proximidad,su Amistad,dejemonos de boberias egocentricas que no viene al caso.El pueblo cubano,por historia,nunca ha mirado al sur,siempre hemos mirado al norte,claro que si!!

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