La filosofía de “ciudadela sitiada” y la prensa cubana
Pedro Campos
HAVANA TIMES — Muchas son las quejas de que la prensa oficial cubana no cumple con sus funciones informativas. Unas veces se culpa a la incapacidad de los periodistas, a su falta de sagacidad, o a su falta de empuje para criticar las cosas mal hechas o aportar soluciones a los problemas que afectan a la población.
Sin embargo, en la historia del último medio siglo no han faltado los periodistas audaces y agudos que con mucha profesionalidad han señalados los males de Cuba y han aportado ideas y sugerencias. Que no se les haya hecho caso, que se les haya relegado, son cosas distintas.
En otras ocasiones la culpa recae en los burócratas intermedios “que no quieren dar información” sobre los problemas que tratan de investigar los periodistas: el famoso “secretismo” criticado por el propio Presidente Raúl Castro, quien junto a la tradicional cúpula gobernante han sostenido todos esos candados y censuras que perduran ya por más de medio siglo, siempre esgrimidos para proteger la seguridad del estado o evitar que el “enemigo” use la información contra la “revolución”.
El periodismo cubano oficial ha sido víctima de ese enfoque y de la filosofía de “ciudadela sitiada” esgrimida por el poder para auto-conservarse y justificar la censura y la represión del pensamiento diferente. Ante el imperio descomunal de la hegemonía tradicional, la autocensura –la peor de todas- ha sido una forma de supervivencia, también es cierto.
Sin embargo, el problema fundamental de la prensa en Cuba, reside en la lógica de un sistema de gobierno y economía integrados, donde los detentadores del poder político, la siempre misma dirección del único Partido, son también los dirigentes-empresariales del poder económico y quiénes controlan las políticas de los medios de difusión.
La economía centralizada y planificada del “socialismo estatal” pretende funcionar como una mega empresa nacional, administrada por el mismo poder político central. En tales circunstancias, la prensa admitida oficialmente -que también está financiada por ese poder- tiene como finalidad principal defender tales intereses y, en todo caso, a hacer críticas para hacer funcionar mejor lo ya establecido, nunca para cambiarlo.
En los países capitalistas los grandes medios están en manos de grandes expresas capitalistas, también vinculadas o financiadas por el gran capital y, desde luego, su principal fin es defender los intereses a los que responden, al tiempo que la libertad que proporcionan Internet y las nuevas tecnologías de la comunicación, no pueden impedir la difusión del pensamiento diferente.
En Cuba el gobierno controla los medios tradicionales y a la vez limita el flujo de información por la red de redes, e impide el amplio acceso popular. No obstante, la prensa alternativa y la blogosfera cubana han ido presentando un reto creciente a la prensa oficial. Debe reconocerse que ante la crítica y la presión interna e internacional, últimamente, el gobierno ha dado modestos pasos positivos, como ampliar el limitado y carísimo acceso a internet y permitir algunos comentarios de enfoques diferentes en las versiones digitales de los medios oficiales.
La crítica periodística que se ha propuesto un cambio en el sistema político-económico, no importa si a la derecha o a la izquierda, ha tenido que terminar en los medios alternativos, porque los oficiales no les han abierto espacio.
Cuando algún periodista u órgano de prensa transgrede intereses establecidos, de alguna manera es censurado, castigado, suspendido o hasta expulsado. Es lo mismo que pasa a los burócratas intermedios que brindan a la prensa una información o un criterio que contraviene los intereses de “arriba”, causa de que muchos evadan, omitan o tergiversen demandas de la prensa.
Esto, para no hablar de la represión al periodismo disidente, siempre acusado de “mercenario” o de servir al “enemigo”, como si no tuviera intereses propios; sin descartar que existan plumas que solo se muevan al compás del dinero, algo que podemos encontrar en cualquier campo político.
Hay “razones de estado”, para ocultar informaciones, económicas y políticas, cuando no estrechos intereses de administraciones intermedias. Por ejemplo, “hay que preservar la imagen pública de los dirigentes, de su dedicación a los intereses del pueblo”. “Hay que justificar que los recursos necesarios para enfrentar los problemas locales estén en manos superiores, centralizados para su mejor uso”. O, hay que mentir sobre el cumplimiento del plan para seguir en el cargo.
También “hay que evitar que la prensa extranjera se entere de las epidemias porque eso puede reducir el número de turistas internacionales que vienen, hay que mantener la propaganda de potencia médica para seguir exportando médicos”. “Hay que demostrar que la oposición es mínima”. Y así por el estilo, todo ese secretismo, todas esas prohibiciones, tienen “razones de estado” o burocráticas.
En fin, mientras tengamos un estado absoluto por encima de los intereses del pueblo, de los trabajadores, de los ciudadanos y las comunidades, donde los de arriba “eligen” a los de abajo, cuando debiera ser al revés, estaremos en las mismas.
Una ley de prensa podría dar solución a muchos de estos problemas, si fuera hecha bajo principios democráticos, con participación abierta, horizontal y no censurada de los periodistas, todos, sin exclusiones por razones políticas e ideológicas, por los que creen en la necesidad de que la prensa no se subordine a poderes establecidos y luche por decir la verdad.
Pero hasta ahora el gobierno se ha negado a discutir esa ley e incluso rechazó la propuesta en el último Congreso de la UPEC, demostrando su falta de interés en la libertad de expresión y prensa.
Para que tengamos una prensa libre de ataduras burocráticas y prejuicios políticos en Cuba, capaz de generar procesos investigativos que no puedan ser obstaculizados por los poderes fácticos y puedan no solo informar con la mayor objetividad, sino difundir también puntos de vistas distintos a los del gobierno, se precisa de una democratización del poder político en Cuba.
Los artistas del teatro y los plásticos cubanos han ganado espacios de libertad a puro coraje, igual que algunos músicos y cantantes. Los cineastas cubanos han plantado batalla por su libertad de creación y por un cine libre de imposiciones. Los escritores y poetas libran escaramuzas. Los periodistas se han quedado rezagados.
La batalla por la libertad de expresión y prensa es muy difícil en un país tan centralizado. Lo evidencia la reciente polémica en torno a unas declaraciones del laureado escritor Leonardo Padura, “acusado” por algunos colegas suyos de no citar las agresiones y el bloqueo imperialista al referirse a los problemas de Cuba, de dar declaraciones a un órgano de prensa reaccionario extranjero y de opinar injustamente sobre la dependencia estatal de parte de la intelectualidad.
Los interesados en que exista esa prensa libre y responsable en Cuba, no importa su ideología, también tendrán que poner en primer plano la lucha por la democratización del sistema político.
Pedro,
El problema de la prensa cubana oficial consiste en que no está formada por verdaderos periodistas sino por propagandistas políticos. A los periodistas oficiales no les pagan para hacer periodismo sino para hacer apología del régimen.
Conviene recordar que la función de un verdadero periodista no consiste en hacer propaganda política sino en informar a la gente del mejor modo posible, es decir, contando las cosas tal como son, sin ningún tipo de adornos ni interpretaciones, porque para eso —para interpretar los datos— ya están los lectores, que en Cuba son los más cultos del mundo.
Campos, libertad de prensa y libre acceso a Internet son derechos que ningun estado totalitario y/o dictaduras pueden permitirse. Es su arma mas potente para someter a sus pueblos y adoctrinarlos.Yo le llamo «la prueba del acido de la democracia»
Hay que decirlo claramente y sin tantas palabras rebuscadas. En Cuba no hay medios de comunicacion social, son medios de hacer propaganda del PCC-Estado-Gobierno. Tampoco hay periodistas, son simples propagandistas asalariados.
La comunicacion y la informacion son derechos ciudadanos que ningun gobierno puede arrogarse la potestad de cuartarlos.
1-Ley de Transparencia (que elimine los delitos de secreto estatal y administrativo y obligue a todo funcionario público a suministrar a cualquier ciudadano la información que solicite, que obligué a hacer públicos los salarios, viaticos y bienes muebles o inmuebles asignados a cada funcionario)
2-Ley de Contrataciones Públicas (que obligue a licitar todas las compras que se hagan con dinero del Estado, que exija que dichas compras tengan asignada una partida en el presupuesto anual aprobado, que imponga un algoritmo de selección del proveedor, que se hagan públicas todas las ofertas recibidas )
3-Ley de Carrera Administrativa (que establezca un sistema de idoneidad en base a ternas y puntajes para ocupar cargos públicos, donde la afiliación política no tenga ningún peso y sí la formación académica, los años de experiencias y el desempeño y los logros en puestos similares, que se evalúe anualmente a los servidores públicos )
Bobo. Usted podría decir que la prensa en Cuba es una basura si quiere, pero eso no explica nada. De lo que se trata es de exlicar los fenómeos sus causas y eventuales soluciones. Y desde luego es totalmente injusto juzgar a todos los periodistas cubanos como simple propagandistas del sistema. Quienes desde fuera juzgan esquemática y maniqueamente los acotecimientos en Cuba, poco podrán aportar al futuro que necesitamos todo los cubanos.
Pedro:
Para ponerlo sencillo: no se puede ser juez y parte…
Amen!
Lo primero sería eliminar del código penal esos delitos de secreto estatal, administrativo y económico, porque son una camisa de fuerza para la entrega de información.
Y acto seguido, declarar y aceptar que el Estado es la cosa pública, y que por lo tanto toda su informacion de e ser pública y estar disponible para el ciudadano que la requiera.
Si ese ciudadano es periodista y quiere y puede y se lo permiten publicarlo en un medio, excelente.
Campos, yo no dije que la prensa cubana es una basura, yo reafirmo que en Cuba no hay prensa sino medios de propaganda y herramienta de adoctrinamiento politico e ideologico al pueblo cubano y ese trabajo lo han realizado con calificacion de excelente.
Marti resumio magistramente el papel de la prensa en la sociedad «latigo y cascabel» y todos sabemos que el «latigo» no existe en los medios de comunicacion en Cuba.
Existe un debate mundial sobre si los medios de comunicacion deben ser privados o publicos por la funcion informativa y educativa de los mismos, pues la comunicacion es un derecho de los ciudadanos que nadie debe arrogarse la facultad de cuartar.
Pienso que deben existir en igualdad de condiciones medios de comunicacion privados, publicos, gubernamentales y de la sociedad civil.
«Pero los blogueros deben ser conscientes de que la batalla decisiva por informar mejor a la nación la llevan adelante los periodistas. Ellos son los que están dentro los medios –radio, tv y periódicos- que llegan al grueso de la ciudadanía.»
Sentenció el señor Ravsberg
Hay un axioma del periodismo (De un periodista lo aprendí); y que dice que la credibilidad de un órgano de prensa es inversamente proporcional a su sumisión a un gobierno. Yo creo que, cuando Raúl Castro dijo públicamente que «los acuerdos de 5 congresos del PCC O se olvidaron, o se incumplieron», ni él mismo estaba consciente de la gravedad de la acusación que estaba haciendo entre líneas contra toda la prensa oficial cubana: Que le ocultaron la verdad y que le habían mentido descaradamente al pueblo por nada menos que 3 décadas, cada vez que hablaban de «logros, victorias y metas cumplidas y sobrecumplidas» Ahora, el detalle está en quién autorizó, oriento y defendió esas publicaciones, e incluso silenció toda voz disidente o, simplemente contradictoria. ¿Quiénorientó ocultar lo que estaba sucediendo, y que dio pie, en ese mismo discurso,a que se hablara sobre estar «al borde del abismo?¿Quién fue?
Lo que pasa es que las nuevas tecnologías de comunicación han propiciado varios fenómenos:
1- Han erosionado cada día más el monopolio de la información que, hasta entonces detentaba el gobierno cubano.
2- Han hecho posible el surgimiento de personas qque, desde la disidencia o desde la posición oficial, incluso, han abordado críticamente, con mayor o menor honestidad, la realidad cubana, sin cortapisas de ningun tipo en numerosos casos, sin tener que pedir el visto bueno de nadie para eso; e incluso enjuiciando aspectos de esa realidad inéditos para el gran público, por lo menos desde el punto de vista del periodismo oficial.
3- Como consecuencia de lo anterior, y sin ser necesariamente un objetivo de quienes escriben en estos medios, se ha puesto de manifiesto, por carambola, que la prensa oficial cubana, con popcas y gloriosas excepciones (La mayoría «tronadas»), no ha sido más que una prensa cobarde sumisa, complaciente y mentirosa, que ha funcionado más como propagandista del régimen , que como una verdadera prensa comprometida con la verdad.
Y eso el periodismo oficial lo sabe. de ahí los resquemores: Los blogueros, sin distinciones de posturas ideológicas, han tenido los cojones de exponer ante la opinión pública lo que ellos no fueron, ni son, capaces de tocar ni con el pétalo de una rosa, auqnue les hagan un millón de llamados a terminar con el «secretismo». Algunos ya han sufrido represión por eso; o tienen que aguantar los denuestos de los «verdaderos periodistas». Cada aspecto de la realidad expuesto y criticado verazmente por un bloguero, y que la prensa oficial no haya tocado, es una prueba más del triste papel que ha jugado esa prensa. Hoy por hoy los blogueros les sacan una buena ventaja
Entonces ¿Para que nos hacemos los amnésicos o los chivos con tontera?
La es exigi, como ciudadanos, que la prensa oficial cumpla con la función de un verdadero periodismo. Tampoco es un problema generaciona, como pretenden algunos: es un problema de verguenza y de compromiso con la verdad, ambas cosas de las que carece buena parte de la prensa oficial cubana de hoy. y si no les gusta que se lo digan, pues que no se lo busquen. Y punto.
Pedro pienso que ha sido muy acertado que desde la oposición estes revindicando una ley de prensa planteada por la UPEC y rechazada por el castrismo para que quede fuera del amurallamiento castrismo \UPEC pienso que a partir de este relanzamiento hecho por ti se debería desarrollar un debate amplio en la sociedad incluyendo a los medios alternativos contestatarios que por carambola debe rebotar en la prensa oficial lo que podría desembocar en una discusión, como tú has dicho “bajo principios democráticos, con participación abierta, horizontal y no censurada de los periodistas, todos, sin exclusiones por razones políticas e ideológicas, por los que creen en la necesidad de que la prensa no se subordine a poderes establecidos y luche por decir la verdad”
Efectivamente Esopo, hay que retomar ese planteamiento de varios periodistas y abogar por todas las vias posibles por una ley de prensa en esas condiciones. Aprovecho para reiterar a todos los foristas que la prensa ofcial digital está permitiendo comentarios en todas sus notas y articulos, incluso con posiciones diferentes, aunque desde luego con lenguaje mesurado y respetuoso. Creo que es una via que se puede utilizar para hacer llegar opiniones a la prensa, a sus periodistas, para ayudarlos en sus batallas contra la burocracia.
Esopo la ley de prensa en Cuba ya existe. Es la ley 88 mas conocida como ley mordaza con la cual han puesto en prision a varios periodistas.
Artículo 7.1: El que, con el propósito de lograr los objetivos de la Ley «Helms-Burton», el bloqueo y la guerra económica contra nuestro pueblo, encaminados a quebrantar el orden interno, desestabilizar el país y liquidar al Estado Socialista y la independencia de Cuba, colabore por cualquier vía con emisoras de radio o televisión, periódicos, revistas u otros medios de difusión extranjeros, incurre en sanción de privación de libertad de dos a cinco años o multa de mil a tres mil cuotas o ambas.
Con esta ley muchos de los cubanos que colaboran con HT y otros sitios de Internet pueden ponerlos en prision en cualquier momento, por lanzar una critica al gobierno de Cuba.