La Conferencia y las contradicciones de la “actualización”

Por Pedro Campos

HAVANA TIMES, 16 feb — La Conferencia: En la recién concluida 1ra Conferencia del PCC, plagada de funcionarios designados desde arriba, el 1er Secretario del PCC y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército, Raúl Castro dijo al clausurar el evento.

-No se abandonará la doctrina marxista-leninista.

-Ratificó el concepto de que el Partido Comunista, único, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del estado, en correspondencia con el artículo 5to de la Constitución vigente.

-Como somos una “plaza sitiada” por la agresión y hostilidad permanente del Imperialismo, el pueblo cubano no tiene derecho a militar en otro partido que no sea el “único”.

-Pero terminó su discurso de clausura, pidiendo una vez más, la crítica de frente y esta vez, un clima de confianza para el intercambio de opiniones, así como la mayor democracia para el partido y la sociedad.

-Mientras, quedaba claro que el papel del partido era impulsar los acuerdos del VI Congreso y dejar los problemas de la administración económica al gobierno, sus ministerios y empresas.

El “marxismo-leninismo”: Al respecto, conviene recordar que el “marxismo leninismo” fue la variante del marxismo enunciada por Stalin en su recopilación de artículos “Cuestiones del Leninismo”, que “academizaron” –dogmatizaron debería decir- los manuales “soviéticos”, basados en la experiencia de la URSS sobre la construcción del socialismo y, que la III Internacional Comunista, trató de generalizar, desentendiéndose de los conceptos y críticas sobre el socialismo emitidos por Lenin en los últimos años de su vida, a favor del cooperativismo y contra el burocratismo acelerado del estado, cuando ya enfermo y aislado no tenía fuerzas para defender y hacer llegar sus posiciones al partido.

El “marxismo leninismo” y su “socialismo” sustentan la esencia de su teoría política en la “dictadura del proletariado”, un sistema de gobierno que encabeza el partido comunista –representante de la clase obrera-, el cual dirige a toda la sociedad; la esencia de su teoría económica, en la propiedad estatal sobre los medios de producción explotados en forma asalariada, la planificación centralizada y el control absoluto del estado sobre el mercado interno y externo y la esencia de su teoría social, en la igualdad de todos los trabajadores convertidos en una sola clase social: la obrera, la clase vanguardia y constructora de la nueva sociedad.

De acuerdo con tales principios, el partido funcionaría sobre la base del llamado “centralismo-democrático”, que en virtud de la subordinación de los órganos inferiores a los superiores, pierde todo balance y convierte la organización en una estructura vertical de mando de político-militar.

Las contradicciones: Veamos como la “actualización” del modelo económico, concebida a partir de criterios pragmáticos y mecanismos propios de la economía capitalista en busca de eficiencia económica, está generando contradicciones con muchos de los preceptos políticos que se tratan de defender y mantener como principios.

-El partido es reconocido como rector de la sociedad, pero se deja fuera de la administración directa de la economía, con un papel como de policía, para concentrarla en el estado, sus ministerios y dirigentes empresariales.

-Las principales medidas de la actualización fueron aprobadas, convertidas en decretos y empezadas a ejecutar por el gobierno, antes de haber sido aprobadas por el Congreso del PCC y la Asamblea Nacional del Poder Popular.

-La propiedad estatal está cediendo paso –aceleradamente- a la propiedad privada, que en forma de usufructo se está apoderando de buena parte de las tierras de cultivo para ser explotadas en forma capitalista clásica con trabajadores asalariados, forma laboral que se extiende ampliamente al transporte, el comercio minorista, los servicios gastronómicos, los moteles privados y otros. Aunque Caridad Diego, una de las máximas figuras del aparato ideológico del PCC y otros, se esfuercen por demostrar que el trabajo asalariado que propugnan no es explotación.

-La planificación centralizada se mantiene de nombre, pero de hecho toda la economía en divisas está orientada al mercado para vender todo lo que se pueda producir, los planes de producción agrícola nunca pueden cumplirse, pero los productores, vendedores privados y los burócratas corruptos se llenan los bolsillos por la ley de oferta y demanda.

-El estado está dejando amplio espacio a las mercaderías que importan los privados, sobre todo ropa y zapatos, equipos electrodomésticos y otros y el mercado interno al por menor está pasando en buena parte a los privados.

-El igualitarismo de clase que se pretendía por el marxismo-leninismo, está siendo destrozado por las diferencias sociales que está introduciendo la “actualización” del modelo económico, que no solo está generado una clase buro-burguesa, sino también una clase capitalista, donde lo mismo encontramos milenarios que millonarios y no de devaluados pesos cubanos.

-Quedó evidente en las intervenciones de varios delegados, que se estaban tomando medidas que violaban la Constitución vigente, por lo que, -se dijo-, había que hacerle cambios en próximas sesiones de la Asamblea Nacional, quizás sin percatarse de que algunos de los cambios afectan la esencia socialista de la Constitución, como el relativo a la explotación asalariada por privados, lo que, en todo caso, demandarían un referendo nacional.

– El Presidente-1er Secretario precisa que seguiremos con el partido único, cuando todo el mundo sabe que el pluripartidismo es una consecuencia de la división de la sociedad en clases, a donde nos está llevando la “actualización”. Que en Cuba existen diversos partidos a los que no se les quiera reconocer “legalmente”, no niega su existencia. Y, si como dijo el Presidente, -el pluripartidismo es abrir las puertas al imperialismo porque somos una plaza sitiada-, los que deseen militar en otro partido, tendrían que acabar primero con el imperialismo.

Aquí una aclaración necesaria: Para los partidarios del Socialismo Participativo y Democrático el poder debe estar en manos del pueblo y de los trabajadores libres asociados, organizados para producir y convivir y no en las de un partido de membrete alguno, pues a través de la historia, se ha demostrado que todos, al llegar al poder, han pretendido imponer a los pueblos sus maneras de concebir la sociedad, la política y la economía, según sus intereses. Por eso preferimos un sistema electoral apartidista, aunque existan asociaciones políticas que divulguen sus intereses, de acuerdo con la plena libertad que gusta al ser humano.

-Los claros llamados del Presidente a la mayor democracia en el partido y en la sociedad, a discrepar de los jefes y a decir las verdades de frente y a crear un mejor clima para el intercambio de opiniones, si bien pudieran estar reflejando una actitud pragmática, ecléctica, o si se quiere dialéctica, ante las realidades que enfrenta el partido-gobierno, también entran en abierta contradicción con preceptos establecidos, con viejas prácticas impositivas de tipo verticalista y con normas burocráticas como la subordinación de los órganos inferiores a los superiores, que abusivamente han servido para despedir o cambiar de puestos a protestones, rebeldes, perestroikos, disidentes, y otros, que se habían creído la segunda parte del binomio “CENTRALISMO-democrático”.

-En contraste con el discurso del Presidente, el centralismo siguió ganándole terreno a la democracia. Así, el Comité Central decidirá la renovación del 20 %… del Comité Central y los cambios que considere en los estatutos, tareas que corresponderían al Congreso. La “política de cuadros” obvia por completo que los líderes a los distintos niveles, salgan de las respectivas bases y sean elegidos democráticamente por ellas: la dirección del partido los selecciona, los prepara, los rota y los pone donde considere.

Ni critico, ni celebro, hago observaciones de cómo una práctica económica lleva a contradicciones y obliga a modificaciones en el discurso y en la práctica política. Y viceversa. ¡Qué bueno que haya contradicciones! De su desarrollo salen la luz, nuevas decisiones, nuevos modos de enfrentar la vida. No hay que temerlas, ni tratar evitarlas ni coartarlas.

Hasta hoy, la “actualización” no ha encendido los dos motores principales de una economía socialista: la autogestión de las empresas por los trabajadores mismos y el cooperativismo extendido a todos los sectores. El tercer motor, el del trabajo por cuenta propia arrancó sin extenderse a todos los oficios, profesiones y saberes; pero con la marcha atrás puesta, al aprobarse la explotación del trabajo asalariado por privados, que tipifica al capitalismo, con perdón de los ideólogos del partido.

Lo hemos venido advirtiendo: el “socialismo de estado” –en verdad una forma de capitalismo de estado-, se transmuta en predominio del capitalismo privado, por ley histórica natural del desarrollo de sus propias contradicciones, si no enciende esos motores de la socialización económica y si no desarrolla un proceso integral de democratización política, que posibilite la más amplia participación en el debate y el diálogo horizontal, de todas las tendencias políticas y económicas existentes en la sociedad cubana, que permita divulgar y esclarecer todas las posiciones, más allá de estereotipos e imaginarios maniqueos y llegar a un consenso entre todos sobre la sociedad que deseamos.

La “actualización” y el Socialismo Participativo y Democrático. Ya en un artículo anterior expliqué que el programa de la “actualización” no es el programa del Socialismo Participativo y Democrático, pero eso no significa que no nos demos cuenta de que se abandonó la fase inmovilista y que se estén realizando acciones que están resquebrajando las bases teóricas de los llamados principios “marxistas-leninistas” al tratar de acomodarlos pragmáticamente a las modificaciones que está introduciendo la “actualización”.

Es más, sin triunfalismo ninguno y conscientes de que nuestro programa, ni siquiera el mínimo ha sido satisfecho, bien podemos considerar que nuestras acciones contribuyeron a que se hiciera una consulta amplia, aunque no fuera horizontal ni plenamente democrática como era nuestro propósito, a que se hiciera una crítica del sistema súper centralizado y a que se implementaran -aunque fuera limitadamente- algunas de nuestras sugerencias como la repartición de tierras ociosas, el cuentapropismo aunque no con la amplitud que deseamos y que el Congreso aprobara la extensión del cooperativismo a los demás sectores de la economía, todavía por implementar.

Sabemos que se está trabajando en una nueva ley de cooperativas y que a los sindicatos oficiales se le ha orientado que los trabajadores discutan en sus asambleas los planes de producción, los costos y los salarios, lo cual es insuficiente, pero evidencia que alguna influencia está haciendo la insistencia de los partidarios diversos -no solo los que nos nucleamos en torno al boletín SPD- de un socialismo más participativo y democrático en a ampliar la participación de los trabajadores en la propiedad, la dirección, la gestión y las utilidades de las empresas estatales.

Porque se llegue a concretar el llamado que acaba de hacer el Presidente sobre la “mayor democracia” para el partido y la sociedad, y porque se respete la diversidad en todo sentido, se establezca un diálogo nacional y se cree ese clima de confianza del que ahora habla el Presidente, venimos luchando hace tiempo. ¡Qué bueno que Raúl haga ese llamado!

Algunos nos pretenderán ingenuos porque “confiáramos” en que eso será posible en las condiciones de “dictadura del proletariado”. Sabrá Raúl sus intenciones detrás de ese discurso. No nos toca a nosotros cuestionarnos la honradez del planteamiento, ni juzgarlo, sino tener en cuenta, cuánto y cómo de lo que hace y dice el partido-gobierno, puede servir a las ideas socialistas.

Lo que corresponde a una nueva izquierda democrática, surgida del seno de la revolución, que no quiere la debacle; ni tampoco la restauración del viejo régimen de oprobio en nuestro país, es reiterar, con toda la claridad, cómo creemos nosotros que se puede lograr esa democracia mayor, según lo expusimos en nuestras Propuestas para el avance del socialismo en Cuba, presentadas al pueblo y al VI Congreso del PCC, divulgarlo y defenderlo en todos los espacios posibles.

Reiteramos las esencias de nuestra propuesta: avanzar del “socialismo de estado” -que ahora se pretende “actualizar” priorizando la participación del capital privado nacional y extranjero-, a un socialismo más participativo y democrático, camino al predominio de las relaciones de producción de tipo cooperativo-autogestionarias, genéricas del nuevo modo de producción. Donde sean los trabajadores y el pueblo los que decidan directamente sus destinos a través de la elección democrática de todos los cargos públicos y la aprobación por referendo de los presupuestos participativos de los Consejos, Municipios, y la nación y sean los colectivos laborales y sociales, los que administren colectivamente las empresas del estado o propias, las gestionen democráticamente y repartan equitativamente un tercio de las utilidades entre los trabajadores, como se planteó en la Historia me absolverá.

En eso seguiremos insistiendo y haremos todo lo posible porque llegue a todos los contornos sociales, en las circunstancias que sean, con las posibilidades que podamos.

El socialismo se alcanzará, no por la acción de grupos revolucionarios ilustrados, sino porque sus ideas sean asumidas masivamente. Para eso trabajamos. Solo entonces las ideas se convierten en fuerzas materiales invencibles. A eso temen, los que impiden su divulgación.

El “clima de confianza… para el más amplio y sincero intercambio de opiniones”; “decir la verdad de frente”, y la “mayor democracia para el partido y la sociedad”, de los que habla el Presidente, deberán servir para que se respete la divulgación amplia y horizontal de las posiciones de la amplia nueva izquierda democrática cubana.