La Conferencia del PCC puede ser la última oportunidad

Hay que acabar de hacer la revolución social pendiente

Por Pedro Campos, photos: Caridad

HAVANA TIMES, 30 nov. — Grandes fantasmas están recorriendo el mundo: libertad, democracia, justicia social, ecología. Varios pueblos del Medio Oriente derriban gobiernos corruptos, despóticos, feudales. En Grecia renuncia Papandreu, en Italia renuncia Berlusconi, los indignados estremecen España y piden cambios en el sistema político-económico, en Portugal los militares protestan por recortes a sus salarios.

El Euro enfrenta dura prueba y el control de los bancos es cuestionado en todas partes. En EE.UU. desempleados, estudiantes y trabajadores ocupan Wall Street, en Colombia los estudiantes toman prácticamente Bogotá, en Chile están en las calles. En Bolivia miles de indígenas marchan sobre la capital y logran impedir proyectos que afectarían la Pacha Mama. Los proyectos de desarrollo nuclear en Irán aterrorizan a Israel, el gran aliado norteamericano en Medio Oriente y la amenaza de un conflicto bélico, muy peligroso para toda la humanidad, es latente.

El imperialismo, en su afán por sacar provecho de todo lo que pasa en el planeta, hace barbaridades como las de Libia.

El mundo está convulso y Cuba vive una complicada situación económica y política.

Ya se ha reiterado: la revolución política del 59, cambió las fuerzas y figuras en el gobierno y estatizó toda la propiedad, pero no la socializó, ni cambió la organización asalariada del trabajo que tipifica el capitalismo. Del capitalismo privado, pasamos a un capitalismo monopolista estatal y correspondientemente a esa base económica, se estableció un orden político centralizado. Aquella revolución, allí se estancó y no avanzó en la revolución social, nunca realizó los cambios democráticos y socializantes necesarios en la forma de producir y convivir.

Los déficits libertarios, democráticos y socializantes del modelo estatalista, su inherente corrupción extendida, son reconocidos en buena medida por el propio partido/gobierno; pero las soluciones que aporta no van a las causas sistémicas.

Ni el proceso de socialización y democratización del poder económico y político y ni siquiera las tímidas reformas de la “actualización” pueden avanzar claramente por las muchas trabas burocráticas y monopólicas. El Presidente se ha quejado públicamente; pero ahí siguen y hasta se amplían.

Algunos no pueden o no quieren percatarse, del descontento existente y de la imperiosa necesidad de cambios esenciales en el sistema económico y en la forma de gobierno.

Dadas estas circunstancias nacionales e internacionales, si no hay una clara evolución hacia un socialismo más participativo y democrático, ante el pueblo cubano se abriría claramente la perspectiva de una nueva revolución política.

Que en Cuba tengamos otra revolución política, no depende de los deseos de alguien, sino del desarrollo de los acontecimientos, de varios factores, incluso casuales; pero entre los previsibles-importantes estarían la disposición de los que detentan el poder para evolucionar y  llevar adelante los cambios democráticos y socializantes que demandan la situación, el impacto de las transformaciones que se implementen en el ánimo de los trabajadores y del pueblo, la capacidad de éste para articular un nuevo consenso social y su auto-valoración de sus  posibilidades reales de alcanzarlo. Puede haber otros.

La multi-millonaria ayuda soviética mantenía al modelo estatal-parásito. La que hoy recibe de Venezuela no le alcanza y no está muy claro, si en el futuro cercano podrá mantenerse. Deja su parasitismo, que no puede ser ahora a costa del pueblo, o se va por el abismo.

Tratando de evitar el colapso, el nuevo gobierno de Raúl Castro, ha iniciado un lento movimiento a partir de modificaciones, que el partido/gobierno llama “actualización.”

Pero la “actualización,” no cambia las bases del esquema, mantiene como fundamental la organización asalariada del trabajo para el estado, y concentrados, centralizados y monopolizados en el aparato central burocrático estatal, los resultados de la producción y las decisiones económicas y políticas que a todos atañen; pero añade la introducción de nuevas contribuciones al estado, más controles económicos a los cuentapropistas, mayor fiscalización bancaria sobre el dinero de la población y medidas que tienden a limitar su papel distributivo benefactor, reducir empleos y  cortes en la seguridad social. Todo eso que provoca indignación por doquier.

El estado enfatiza su carácter controlador y recaudador de las finanzas y los recursos, al tiempo que trata de desentenderse de sus compromisos sociales.

Se queda con lo peor del “socialismo de estado” y suma lo peor del capitalismo neoliberal.

Esto no puede conducir a ningún buen.

No es como dicen algunos de nuestro críticos, que estamos lanzados contra las medidas reformistas del nuevo gobierno, es que el grueso de las medidas es inconsecuente con el socialismo y hasta con sus propósitos enunciados.

Y no vamos a esperar a que el enemigo imperialista o la oposición lo digan y se aprovechen. Hay que denunciar revolucionariamente ese rumbo, para cambiarlo. Raúl pide opiniones. Las damos dónde y cuándo podemos. Pero se nos ataca por tratar de ayudar a salir de la situación con criterios sinceros, comprometidos y desde dentro.

Los pasos anunciadas para compensar el abandono paulatino del papel paternalista del estado: descentralización, autonomía de las empresas, aflojamiento de las restricciones al trabajo por cuenta propia, el cooperativismo (que espera por una ley) y la eliminación de muchas absurdas disposiciones, se realizan a cuentagotas, desde una visión estado-céntrica, y manteniendo muchas limitaciones, impuestos y regulaciones monopólicas que están obstaculizando su aplicación y desenvolvimiento.

De la doble moneda, que succiona los ahorros y las remesas del pueblo, devalúa el trabajo de los obreros cubanos y sirve para mantener el aparato burocrático, sus prebendas y corrupciones más/menos autorizadas, nadie quiere hablar. No hay, que se conozca, ningún plan concreto para eliminarla.

La consecuente implementación de la filosofía desestatalizadora enunciada con la “actualización,” que en la práctica está resultando lo contrario, rompería el estancamiento actual al que ha llevado la burocracia anquilosada y neoestalinista; pero la prioridad que otorga al desarrollo del capital estatal y privado, sobre la libre asociación de los productores, esencia económico-social de la organización de la producción en el socialismo, tiende a inclinar el modelo en dirección a un capitalismo mixto estatal/privado.

La parte económica de la “actualización,” concretada en los lineamientos del VI Congreso, acaba de quedar completada en su parte política, con el “documento base” de la Primera Conferencia del PCC que, en esencia, sujeta al estado y al partido a los principios “leninistas,” o sea, la interpretación totalitaria, sesgada y dogmática de Stalin sobre la visión general de Lenin  respecto a la revolución socialista, expuesta en su recopilación de artículos “Cuestiones del Leninismo” y que trató de generalizar a todo el movimiento revolucionario mundial.

En consecuencia, la “actualización,” parece ser una variante criolla del modelo chino: economía capitalista, con participación del estado en esferas importantes, predominio paulatino del capital privado nacional y extranjero y control político absoluto del partido “comunista.”

Capitalismo estatal más capitalismo privado, suma capitalismo. Pero si le agregamos capitalismo extranjero en el caso de Cuba y, como aspiran muchos burócratas, con el ansiado levantamiento del bloqueo, ese capital proviniera de EE.UU., lo cual pudiera ser una realidad en una segunda administración Obama, pues entonces tendríamos como resultado de la ecuación, un tipo de anexión real o virtual, si, como esperan algunos, este “modelo” (¿?) encontrara cómo mantenerse par de años más y no hubiera otros acontecimientos determinantes en el ámbito nacional e internacional.

Concretado el “abrazo de la muerte,” la extrema derecha tendría que agradecer, el haber alcanzado sus propósitos, a los economistas que diseñaron la “actualización” y a los políticos que la aprobaron e impulsaron.

Si Cuba desea seguir siendo un país independiente, económica y políticamente hablando, tendrá que ser socialista en sentido marxista, no en sentido figurado. Nunca olvido aquella frase de mi siga y camarada Celia Hart: “Cuba es socialista, o no es.”

De manera que todos los que  proclaman su intención de hacer el socialismo en Cuba, y de mantener un país libre, independiente y democrático, deberían saber que tienen dos escasos años, antes de que nos pongamos voluntariamente en el pico del águila imperial, para que nos engulla, atraída por los campos de golf, las marinas, la “Zona Especial” del Mariel, el petróleo expuesto al mejor postor, otras posibilidades de inversión y las políticas ventajistas-entreguistas de una burocracia que pierde, por días, la vergüenza revolucionaria.

Pero dada nuestra historia, tal desvarío, al que conduciría la variante criolla del modelo chino, no parece posible. Existen muchas diferencias entre China y Cuba, explicadas en otros artículos y por otros compañeros.

No obstante sería conveniente refrescar algunas: No tenemos la cultura ni la idiosincrasia de China, ni su población, si su territorio, ni sus recursos naturales, ni estamos en el otro extremo del planeta, sino al lado del centro mundial del imperialismo, el gigante histórico aspirante a anexionarse nuestra pequeña isla, al que siempre nos han unido multitud de vínculos. La nacionalidad cubana es una y muy fuerte, mientras los chinos son un conjunto de nacionalidades, dialectos y etnias, más fácil de dividir.

El rechazo de los cubanos al imperialismo, y especialmente al imperialismo norteamericano,  hace muy difícil aquí reintroducir el capital del Norte en amplia escala; no así sus productos.

Las historias de China y Cuba, como naciones son muy distintas, como lo son los antecedentes del capitalismo privado en cada país. Un aspecto muy importante: cuando China torció el camino a fines de los 70, no existía la experiencia socialista reciente, que nosotros podemos aprovechar si la entendemos en su dialéctica complejidad y si somos capaces de encontrar las vías para salir satisfactoriamente del entuerto estatalista.

La mayor diferencia que puede apreciarse es que el desarrollo particular del capitalismo en Cuba, históricamente vinculado a la esclavitud y, ya en el último medio siglo a las experiencias laborales, sociales y políticas de muchos cubanos, dentro y fuera del país, ha generado en nosotros un sentimiento muy fuerte contrario a la explotación, a la sumisión, a la dominación, a trabajar para otros: los cubanos preferimos trabajar para nosotros mismos y nuestras familias, lo cual nos hace autogestionarios, por principio, algo que no está tan enraizado en la conciencia social china de carácter cuasi-feudal.

Por eso los cubanos, mayoritariamente, hemos acogido con satisfacción las medidas, aunque insuficientes y limitadas de la “actualización,” relacionadas con una mayor apertura al trabajo por cuenta propia, esperamos ansiosamente una ley de cooperativas y abogamos por una verdadera descentralización económica y una mayor participación directa de los trabajadores en las decisiones y en las utilidades de las empresas.

Sin embargo las muchas restricciones monopólicas estatales, obstaculizan el desarrollo de las medidas económicas descentralizadoras y verdaderamente socializantes, lo que unido a la reiteración del sistema político burocrático, impiden el avance consecuente en dirección a la necesaria socialización y democratización del poder económico y político, esencia de la revolución social socialista.

Baste señalar que el trabajo por cuenta propia está limitado a un grupo de actividades que excluyen a la mayoría de las profesiones del país y está constreñido por la actual ley impositiva, y  por las otras leyes monopólicas del estado sobre el mercado interno y externo y por la ausencia de una política de créditos.  La inexistencia de una ley sobre cooperativas para la industria y los servicios, habla por sí sola.

No existe, tampoco, una ley que garantice la propiedad privada de los pequeños productores, ni la propiedad cooperativa, ante eventuales desmanes de los aparatos estatales, ni se acaba de concretar la municipalización de los poderes, en particular sobre la economía local.

Si no somos capaces de imponer una evolución democratizadora y socializante de las actuales estructuras, medios y sistemas de producción, distribución y consumo, de participación de los trabajadores y del pueblo en los presupuestos y en las decisiones que los afectan directamente, la crisis política del modelo estadocéntrico se seguirá acentuando y entonces llegará un momento en el que se abrirán las puertas a esa revolución política. En dependencia de las fuerzas que la capitalicen, apuntará al capitalismo privado –quien sabe cuán bárbaro- o a la verdadera socialización.

De iniciarse esa revolución, si los de abajo deciden no seguir soportando más a los de arriba, porque tales no sean capaces de hacer lo que desean los de abajo, no importa que el actual partido/gobierno prepare fuerzas represivas para tratar de impedirla. Esas mismas fuerzas se pondrán al lado del pueblo, porque aquí un aplastamiento popular como el de  Tiananmen es impensable, dada la naturaleza de nuestras fuerzas armadas y porque todos saben que el imperialismo no perdería esa oportunidad para acabar con esto. Bueno, locos hay.

Hacer otra revolución política, en la Cuba de hoy, tiene otro peligro, aparte del asecho imperialista: el rechazo popular al “socialismo” -que nunca fue- puede llevar el péndulo político al otro extremo. Lo sabemos todos. Por eso los enemigos del socialismo se contentan con el fracaso que augura la limitada y obstaculizada “actualización,” que poco socialismo aporta.

Para no correr tan graves riesgos, es preferible la evolución.

Muchos revolucionarios y comunistas cubanos, venimos hace muchos años tratando de empujar esa evolución del “socialismo de estado,” hacia un socialismo más participativo y más democrático, desde dentro y fuera del gobierno/partido.

 

Que haya esa evolución, eso queremos, como Silvio. Rechazamos la violencia. Ya hicimos una revolución política, la del 59, que ha costado mucha sangre, sudor y lágrimas mantener. Profundicémosla, democratizando el poder político que se le debe al pueblo y socializando los medios de producción que concentró el estado.

No dejemos que unos cuantos obcecados, desviados por los vicios, egos y ánimos de lucro que engendra el poder, nos arrebaten la revolución, que es de todos los cubanos y no de nadie en particular y la destruyan.

En el 59 triunfó la revolución política; pero hay que hacer la revolución social pendiente, pasar del capitalismo monopolista de estado al socialismo participativo y democrático, para que no haga falta otra revolución política.

Se puede, si el poder establecido fuera capaz de abandonar sus prejuicios y dogmas, su mentalidad obsoleta, su apego al poder y se decidiera a compartirlo con el pueblo y los trabajadores y a avanzar en las fases democrática y socializadora del proceso revolucionario.

Si al pueblo no queda otra opción que la revolución política, no culpen a los revoltosos, a los inconformes, a los desposeídos, a los revolucionarios, a los que decidan cambiar el gobierno a como dé lugar. Los únicos culpables serán los que desde el estado/partido hayan impedido la evolución socialista imponiendo su inmovilismo contrarrevolucionario.

Vivimos, como bien dijo el Presidente ecuatoriano Rafael Correa, no una época de cambios, sino en un cambio de época, de paradigmas. Hoy soplan vientos anticapitalistas y democratizadores, muy fuertes, desde y hacia todos los puntos cardinales y Cuba está en el crucero del mundo.

Pronto, los revolucionarios cubanos podríamos enfrentar el dilema de asumir una nueva revolución política, porque las fuerzas retardatarias hayan hecho imposible la evolución de la burocratizada y estancada. La Conferencia puede ser la ultima oportunidad.

Para contactar con Pedro Campos: [email protected]

 

 

9 thoughts on “La Conferencia del PCC puede ser la última oportunidad

  • muy profundo articulo, interesante, y comparto en gran medida lo expuesto, o mi nick no fuera lare_evolucion..
    Seria necesario que muchas personas entendieran y debatieran estas ideas, el partido solo no juega ningun papel cuando de pueblo se trata..

  • Brother, cuando acabaras de entender que pasar directamente a tu economia cooperativista, que tanto pregonas causaria un desastre peor a la economia cubana que la crisis de los 90….ºasi si seria ponerle en bandeja de plata al imperialismo nuestro pais….Pecas de idealismo al pensar que solo por cambiar el metodo de propiedad de las empresas estas pasarian de ser ineficientes a eficientes…..pecas de estupido al no darte cuenta que el paso de la propiedad privada o estatal tiene que ser un proceso natural, no impuesto por decretos, pq sino seria pasar el control de la empresa del estado a las personas mas influyentes de la empresa, que podrian manipular a su gusto al resto de los trabajadores, y mi hermano, de ahi al capitalismo, hay un solo paso. Eso me recuerda una prueba en el pre que una profesora puso una pregunta que decia que comparara la fundacion de la URSS con el parto de una ballena, y asi mismo debe ser el nacimiento del socialismo cooperativo, de forma natural, sin imposiciones, de una forma que llegue sin apenas darte cuenta, caminando un paso todos los dias…Estamos de acuerdo que el futuro es el socialismo cooperativo, lo que no estamos es de acuerdo es en la via para llegar, tu lo quieres ya, por decreto y por ley, yo lo quiero sin darme cuenta, que cuando me de cuenta y me ponga a pensar diga, coño ya paso!!
    Dices que tus criterios no los toman en cuenta, te has puesto a pensar que si muchos de los que mas han estudiado economia y politica, consideran tus estudios estupidos, no sera porque lo seran?

  • Traduccion de google.translate:

    El camarada Pedro Campos expone, una vez más, su idea de que el modo de producción cubano es “capitalismo monopolista de Estado”. Esto es un error teórico profundo. Cuba es “el monopolio del Estado socialista”.

    El modo de producción a que se refiere es, en verdad, el socialismo “en el sentido marxista”, pero Pedro no se atreve a considerar tal cosa. Para él, Marx era una fuente infalible de sabiduría y conocimiento, y pensar que lo que ve en Cuba podrían venir de Marx es imposible.

    A pesar de que he señalado a él muchas veces que la fórmula de lo que él ahora llama “capitalismo monopolista de Estado” se encuentra en el Manifiesto Comunista, y volvió a confirmar un cuarto de siglo más tarde-en el prefacio de Marx a la nueva edición alemana del Manifiesto, Pedro sigue manteniendo que Joseph Stalin tomó el poder y obligó a este principio disfuncional en el movimiento socialista.

    A pesar de que la fórmula del Estado entrar en la propiedad de todos los instrumentos de producción ha sido, desde 1848, la base esencial de la economía marxista, socialista, Pedro simplemente no puede y no enfrentar la verdad.

    Si Pedro Campos, una de las mentes más brillantes teóricos de Cuba, no puede y no va a enfrentarse a la verdad, hay pocas esperanzas de rectificación del modo de producción cubano, o del Estado socialista cubano.

    Si Pedro y otros socialistas sinceros nunca debe darse cuenta de que Marx era un agente provocador que pasó de contrabando el error utópico de la abolición inmediata de la propiedad privada en la clase obrera movimiento socialista, a través de la absurda idea de ser dueño de todo el estado productivo, Cuba podría tener un combate oportunidad de salvar a su revolución socialista. Por favor, Pedro. . . Despertar.

  • En en eso tienes razon…en lo que escribes…!!pero tienes que ver,que no es lo mismo 1848..a 2011??
    Pero la teoria “sigue” lo “jodido” que esa teoria las hacen los hombres!!

  • Kurt, cuando te des cuenta, lo que vas a tener es a Ramiro Valdés de dueño de la empresa. Sin una ley que permita la fundación de cooperativas no agrícolas, cómo van a surgir? Apenas alguien haga una, le caen 20 años por “actividad económica ilícita”. Eso si no le aplican la ley 80

  • @ otrodiferente:

    The relevant theoretical point is that the “state monopoly ownership” formula for a socialist economy is erroneous, not when it was formulated or even by whom.

    The problem that continually hangs up comrade Pedro is that he cannot and will not acknowledge that the form of socialism experimented with in both the Soviet Union and Cuba is a form of socialism. His criterion seems to be: If it sucks, it must be capitalism, and Marx must have been against it. He insists, against all reason and all proof, that the Devil, Joseph Stalin, put this retrograde formula onto the socialist movement, and created all these horrid bureaucrats and all this economic and social constipation.

    Traduccion de google.translate:

    El punto teórico relevante es que el “monopolio de la propiedad estatal” fórmula para una economía socialista es errónea, no cuando se formuló o por quién.

    El problema que continuamente se cuelga el compañero Pedro es que no puede y no quiere reconocer que la forma de experimentar con el socialismo en la Unión Soviética y Cuba es una forma de socialismo. Su criterio parece ser: si es una mierda, debe ser el capitalismo, y Marx debe haber sido en contra de ella. Insiste, contra toda razón y prueba de todo, que el diablo, Joseph Stalin, puso esta fórmula retrógrada en el movimiento socialista, y ha creado todos estos burócratas horrible y todo esto estreñimiento económico y social.

  • Es curioso como desde postulados radicalmente distintos acabo llegando a muchas de las conclusiones de Pedro Campos.

    Pedro Campos pretende explicar todos los conflictos humanos como resultado de un enfrentamiento entre el Capitalismo y el Socialismo. Yo lo veo como un conflicto entre individuos que luchan por sus derechos y organizaciones poderosas que quieren quitarle esos derechos a los individuos.

  • Si por casualidad has leido los reportes de prensa de cuba, se esta diciendo que se trabaja en el estudio de 3 nuevas medidas fundamentales:
    1ra: Reforma Migratoria.
    2da: Ley de Cooperativas
    3ra: Unificacion del CUC y el CUP en una sola moneda.
    Bueno, es pedirte demasiado, estudiar leer, razonar, esto va mas alla de las posibilidades de los admiradores de las utopias de campitos.
    Bueno, no creo tanto que sea erronea la teoria del monopolio de la propiedad en el estado, lo que si es erroneo es el inmovilismo de este monopolio.En las primeras etapas de la construccion del socialismo este monopolio es necesario para lograr el desarrollo economico para lograr la construccion del socialismo, para luego ir pasando paulatinamente los medios de propiedad estatal, en propiedad social.Este proceso debe ir acompañado de un desarrollo de las fuerzas productivos, tanto en la esfera intelectual, politico ideologico, cultura y democratico, asi como una sindicalizacion que permita la implicacion del obrero de una forma mas activa en la sociedad. Es como decia el Che, la conciencia para la formacion del hombre nuevo. Sin esta conciencia, caeriamos de nuevo en un bache sin salida, ya que los problemas actuales de ineficiencia, corrupcion y malos manejos de las empresas se amplificarian, cayendo en una divergencia de criterios, donde lo mas que se haria seria dicutir como trabajar, en vez de trabajar. Como pueden apreciar, en estos momentos las condiciones tanto economicas, como sociales, no estan creadas para dar ese gran paso que se llama propiedad social, este no debe ser un paso gigante, son pasos a pasos que se deben dar cada dia. Tratar de no cometer errores, como los que se caen por apresuramiento y por querer volar etapas. Y estos errores estan muy cerca en el tiempo.Por apresuramiento y por la presion de la URSS se elimino la pequeña propiedad privada, als pequeñas industrias particulares, que segun Lenin y el Che, podian perfectamente convivir en las primeras etapas de contruccion de socialismo, y que esats misma, con el paso del tiempo, seria las primeras en pasar a ser cooperativas, para asumir la competencia del estado. O los errores que quiere cometer campitos, que fueron lso mismos que cometio stalin(tanto que lo critica y parecerse tanto en los postulados), de cooperativizar por ley y decreto, en vez de por un proceso natural, llamesmosles de seleccion natural economica.
    por eso sigo diciendo, lo principal es moverse, las ideas son para exponerse, para renovarse en la marcha, pero es erroneo no apoyar un proceso de cambio por razones de vanidad, por pnsar que las otras ideas son la erroneas, por creer que una persona es ams sabia que un equipo de trabajo multidisciplinario,de personas talentosas….Ustedes creen que las ideas inteligentes no las aprovechan?O campitos piensa que es la unica persona inteligente en este pais?

  • Este senor claramente nunca a salido de cuba o no conoce la democracia que existen en muchos paises a los que llama imperialistas. Pero no del todo esta mal comparto algunos criterios.
    La introduccion del capital Americano en Cuba es inevitable. Mucho antes de la guerra Hispano-Cubano-Norteamericana EU dominaba casi el 90% de comercio de cuba. Todo depende de los futuros gobernantes de no corromperse y saber aprovechar el capital y el comercio con los EU en beneficio del pueblo cubano, no como en la epoca republicana, sea asi y vera usted como aliarse politica y economicamente a los EU traera de nuevo prosperidad al pueblo cubano.
    Pd: lea sobre como japon llego a ser la segunda economia de mundo luego de la segunda guerra mundial y dos sendas bombas atomicas.

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