Hay que avanzar hacia la democracia participativa directa

Por Pedro Campos

Foto por Caridad

HAVANA TIMES, 8 abril – Las recientes discusiones en las bases sobre los Lineamientos Económicos del VI Congreso han dejado importantes experiencias sobre la conveniencia de contar con las opiniones de todos los ciudadanos, más allá de las de los especialistas y políticos y la necesidad de avanzar en el perfeccionamiento de nuestro sistema democrático y hacerlo más participativo, transparente y directo.

Ha quedado claro que muchas cabezas piensan más y mejor que unas pocas, a pesar de las grandes limitaciones que tuvo el proceso respecto a la falta de horizontalidad, al sectarismo predominante en la prensa del partido que es de todo el partido y no de una parte de él, las presiones de algunos para que fueran “aprobados” los lineamientos, en lugar de ser discutidos y otras.

Se trata de la nunca bien ponderada inteligencia colectiva, capaz de aportar soluciones a un mismo problema desde las más disimiles posiciones, experiencias, culturas y niveles de conocimiento, más allá de los “especialistas” cuyos limitados, parcializados e interesados puntos de vistas, no podrían nunca abarcar la variedad de aportes de los ciudadanos todos.

Esta experiencia debería ser perfeccionada en su horizontalidad y ampliada hasta el referendo, para ser aplicada a todos los grandes planes, inversiones, presupuestos, leyes y decisiones que afectan a todos los ciudadanos, de manera que pueda realizarse una formación colectiva, horizontal y pública de lo que se elabore finalmente y, además, sea sometido a votación en referendo, en lo cual jugarían un papel fundamental las modernas técnicas de telecomunicaciones, como parte de la democracia participativa directa.

Foto: Caridad

Sería la forma de trascender la estrecha dirección sobre la sociedad ejercida por el grupo que encabeza al gobierno/partido y que demanda el nuevo país socialista que aspiramos a construir entre todos, con todos.

Opositores de la democracia participativa directa argumentan que sería complicado, engorroso, costoso, lento y poco efectivo consultar a todos los ciudadanos sobre cada uno de los problemas importantes que los afectan. Se sabe que todo eso sería muy fácil usando las redes de telecomunicaciones que ya existen en el país y gracias a las políticas educacionales que ha desarrollado el propio proceso revolucionario.

Hoy en Cuba existe una amplia red interna de comunicaciones y de computación que con una política de verdadera apertura hacia las nuevas tecnologías y usando los medios de las entidades estatales y ampliando la disponibilidad para los particulares, facilitaría el acceso de quienes lo deseen a páginas web en las que se sometan a discusión los proyectos en cuestión y posibilitarían recoger automáticamente e incorporar los aportes concretos de la población. Esto facilitaría el ansiado intercambio horizontal.

Cada cubano tiene un número en su carnet de identidad y huellas digitales, que pueden ser usadas como base de datos, seña y contraseña, para garantizar la legitimidad de los aportes y que las personas voten una sola vez, como se hace en muchos procesos electorales modernos.

Todo esto podría ser ahora más fácil con el cable coaxial de banda ancha que acaba de llegar desde Venezuela, próximamente operativo, y que permitirá acceso amplio y barato de Cuba a la red de redes.

En función del amplio desarrollo de la democracia participativa y directa y de las redes horizontales informáticas, el gobierno podría permitir la entrada libre de impuestos al país de computadoras, equipos y sistemas afines, sean para particulares, instituciones sociales, estatales, cuentapropistas y cooperativistas.

La neutralización de las actividades de las inteligencias enemigas, en esas redes, es cosa que corresponde a la Contra Inteligencia y sus medios, como todos los gobiernos hacen en todas las redes tradicionales de comunicaciones.

Es muy fácil neutralizar la actividad enemiga eliminando las vías y medios de comunicación, pero por ese camino volveríamos a las señales de humo y a los toques de tambor. Claro que siempre habrá quien desee controlar o desaparecer el humo y los tambores, pero esos no deben tener ningún poder en una sociedad socialista.

El cable de fibra optica ya llegó a Cuba en Febrero. Estará en función este verano. Foto: Caridad

De hecho hoy en Cuba se vienen desarrollando importantísimos proyectos macro-económicos, que involucran y comprometen, para bien o para mal, el futuro de todos los cubanos, en los que se están haciendo grandes inversiones de recursos técnicos y medios financieros, con importantes consecuencias sociales y ecológicas que la población conoce solo parcialmente y cuya importancia demanda que no solo fueran discutidos por todos, sino hasta votados en referendo.

Entre esos proyectos destacan:

1-Gigantesco plan de establecer un super-puerto en el Mariel para barcos de gran calado, plataformas de contenedores, grandes marinas, zonas francas y producción industrial a base de maquiladoras transnacionales, y sustituir las actuales instalaciones portuarias del puerto de La Habana, para darle a éste solo carácter turístico.

2-Enorme plan agrícola estatal para la producción masiva de soya y maíz (¿transgénicos?) en función de sustituir importaciones y exportar derivados.

3-Plan para el establecimiento de 16 campos de golf con zonas residenciales y lujosas viviendas que podrán ser compradas por los millonarios extranjeros.

4-La división en cuadrantes para la prospección y explotación petrolera en la plataforma marina cubana del golfo de México

Respecto a estos planes debería producirse una amplia discusión nacional, donde participen todos los ciudadanos y no solo el grupo de especialistas, inversionistas y gobernantes que decidieron, puesto que estamos hablando de deudas que se están contrayendo de miles de millones de dólares que el pueblo cubano tendrá que pagar en un futuro.

Foto por Caridad

Estos grandiosas inversiones en rubros que pueden no estar en la prioridad que entiendan muchos cubanos, de la continuación de formas de explotación ubicadas en la lógica capitalista del salario y la producción para un mercado lucrativo, y de graves afectaciones al medio ambiente cuyos efectos no están muy claros para todos y valdría la pena valorarlos colectivamente, por solo mencionar algunos de los aspectos más importantes.

Cuba, hace muchas décadas, antes de 1959, sin el desarrollo de los actuales medios de comunicación, enfrentó la discusión pública del canal vía Cuba, que dividía la Isla en dos, para facilitar el trasiego de mercancías entre el sur de EE.UU. y el resto del mundo. El pueblo cubano rechazó el proyecto.

En la reunión ampliada del Consejo de Ministros, de fines de febrero, el Presidente Raúl Castro habló de la necesidad de dar al CITMA, Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente, el lugar que le correspondería en el estudio, concepción y aplicación de estos planes.

El papel decisorio que corresponde al pueblo, a los trabajadores, a todos los cubanos en todos los planes y proyectos que afectan su vida, debe y puede ser también reconocido y materializado con el avance hacia un sistema democrático participativo y directo.

Es hora de entender que más afectan al proceso revolucionario las políticas erradas decididas centralmente por unos pocos, que las críticas a las mismas y que tal fenómeno tiene su base en los déficits democráticos del actual sistema político.

Por eso obviar la discusión del sistema político es uno de las deficiencias fundamentales de los lineamientos presentados por el gobierno/partido para el VI Congreso.

Sin socialización y sin democratización, no hay socialismo posible

Para contactar con Pedro Campos: [email protected]