Elecciones como las anteriores ¿para qué?

La democratización de Cuba es una demanda nacional pendiente desde 1952

Por Pedro Campos

Ilustración por Yasser Castellanos.
Ilustración por Yasser Castellanos.

HAVANA TIMES — El próximo 19 de abril se celebrarán elecciones municipales del Poder Popular. Se trata, como todas las anteriores, de elegir a un delegado que “ni pinta, ni da color” y cuya única función será pretender otorgar legitimidad al resto del proceso con el argumento de que fueron elegidos directamente por el pueblo en cada circunscripción.

La comisión electoral designada en cada circunscripción garantizará que sea propuesto y electo “el más indicado” y estará muy al tanto de cualquier movida a favor de una propuesta que no responda “a los intereses de la revolución”. Las biografías de los candidatos, demostrando su “lealtad a la revolución”, será la única información que tendrán los ciudadanos para elegir a los delegados a las asambleas municipales.

A su vez, esas asambleas elegirán a sus respectivos presidentes a partir de las candidaturas propuestas por las comisiones municipales del Partido Comunista de Cuba (PCC) y sus organizaciones dependientes.

Después, en el 2017 tendremos las elecciones a delegados provinciales y diputados nacionales, con candidaturas preseleccionadas por comisiones dirigidas por el PCC y sus “correas de transmisión”, como llama el marxismo-leninismo a las organizaciones de masas de la sociedad civil subordinada y financiada por el Partido-Gobierno-Estado.

Los delegados a las Asambleas Provinciales y los diputados a la Asamblea Nacional serán votados directamente por los ciudadanos, es verdad; pero la gente votara por candidaturas prefabricadas por el sistema del partido único a todos los niveles. No habrá espacios en blanco, habrá una sola boleta. Nadie sabrá, de nuevo, qué planes tiene el candidato para resolver los problemas de la provincia o la nación, solo estaremos seguros de que van a seguir las políticas de la dirección del partido.

Las Asambleas Provinciales elegirán a los gobernadores, jefes provinciales del Poder Popular, a propuesta de una comisión de candidatura controlada por el partido a ese nivel.

La Asamblea Nacional de diputados elegirá al presidente y vicepresidente de la República a propuesta del Buró Político del PCC.

Ni alcaldes, ni gobernadores, ni el presidente de la República serán electos para esos cargos por el voto directo y secreto de la población.

Ninguno de los elegidos a los distintos niveles defenderá ningún programa político económico y social, pues se supone que todos van a trabajar para aplicar los Lineamientos aprobados por el PCC, que es el que dirige la nación por encima de toda soberanía popular, según el articulo 5º de la Constitución vigente.

Cualquier cambio en la actual ley electoral que no implique la previa libertad de expresión, asociación y elección y que mantenga vigentes el unipartidismo, la elección indirecta, las comisiones de candidaturas y la ausencia de divulgación de los programas de los candidatos, no garantizará un proceso verdaderamente democrático e independiente.

Ilustración por Yasser Castellanos
Ilustración por Yasser Castellanos

Entonces, elecciones como las anteriores, ¿para qué? ¿Para seguir teniendo los mismos resultados?

Todos los que piensan en cambiar las cosas desisten de usar los mismos medios y métodos. Los que no quieren cambiar nada, aunque digan lo contrario, siguen haciendo lo mismo. No es que unos sean más sabios que otros, es que unos quieren cambiar y otros no. Porque, sin duda, también hay sabiduría en cómo hacer las cosas para que no cambie nada.

Raúl Castro ha pretendido que la austeridad caracterice su gobierno. Esta sería una buena oportunidad para ejercerla y, en vez de convocar a las mismas elecciones de siempre y si realmente hay voluntad de cambio en el Gobierno, ahorrar los gastos de ese proceso eleccionario al estilo soviético y dar un vuelco a la situación.

El camino podría ser la creación, primero, de un ambiente político de confianza nacional con libertad de expresión, asociación y elección, que permita un diálogo real inclusivo. Además, se debería convocar una nueva Constituyente hacia un Estado de derecho y aprobar una nueva ley electoral que garantice a las diferentes corrientes políticas la posibilidad de defender sus programas y presentar a sus candidatos a unas elecciones verdaderamente democráticas, pluripartidistas y libres de toda imposición. La Constitución y la ley electoral deberán ser debatidas en forma amplia, horizontal y libre y aprobadas en referendo nacional.

Ese proceso, hasta las nuevas elecciones, podría llevar más o menos un año o el tiempo que le quede a Raúl Castro de presidente. Sería una salida democrática que gran parte del pueblo siempre agradecería, aunque la vieja mentalidad que el mismo General-presidente ha llamado a superar no parece capaz de generar iniciativas en esta dirección.

El Partido Comunista, convencido de haber hecho lo mejor por el pueblo cubano en medio siglo y de contar con amplio respaldo popular, no tendría por qué temer a perder el apoyo mayoritario en unas elecciones verdaderamente democráticas y libres.

De esta manera se estaría haciendo justicia a la demanda del pueblo cubano que se levantó en armas contra la dictadura de Fulgencio Batista, que rompió la constitucionalidad con el golpe de Estado de marzo de 1952. El Gobierno que asumió el poder tras la Revolución de 1959 echó a un lado aquella demanda nacional de democratización porque sus dirigentes decidieron priorizar su programa social y el rumbo “socialista”, que generaron “la contrarrevolución”, las agresiones imperialistas y el bloqueo-embargo, justificantes para su postergación indefinida.

Ese proceso, unido a la liberación de todas las trabas, monopolios y regulaciones que frenan el despliegue de las fuerzas productivas, que impiden un Internet libre de amplio acceso popular, que no permiten a los médicos, dentistas, arquitectos, abogados y otros profesionales ejercer por cuenta propia, que obstaculizan el desarrollo del cooperativismo independiente y demás formas de producción libres-asociadas, que mantienen el estatalismo asalariado como eje de la economía y entorpecen el desarrollo de otras formas de producción e inversión necesarias, es el único camino expedito hacia la sociedad con todos y para el bien de todos.

Los partidarios de la democratización de la sociedad cubana de todas las tendencias, sin perder nuestra particular identidad ni renunciar a nuestros programas a mediano y largo plazos, podríamos ponernos de acuerdo en el programa mínimo siguiente: 1-Dialogo nacional con libertad de expresión, asociación y elección, 2-Nueva Constitución 3- Estado de derecho y 4-Nueva ley electoral.

5 thoughts on “Elecciones como las anteriores ¿para qué?

  • Campos lo que planteas es muy similar a las exigencias y hoja de ruta para la transición a la democracia de la opción dentro de Cuba. A los socialistas democráticos de tu grupo los ningunean, pero a los opositores como Damas de Blanco, Carillas, Antunez, Yoani y Ferrer, la dictadura les da como respuesta el linchamiento mediático y las palizas de la policía política dentro y hasta fuera de la isla como acaban de hacer en Panamá y a Yoani Sanchez en Brasil.

    Ya viste la bajeza que hicieron con las biografias de los candidatos a delegados municipales opositores propuestos democráticamente por su comunidad. En Cuba hay una dictadora de corte fascista y tratar de convencerlos solo con artículos y proclamas no ayuda. Hay que organizar al pueblo y concientizar los para que pierda el miedo como hacen Damas de Blanco, Somos Mas, UNPACU, FANTU, etc. También participar en eventos y giras internacionales para que se conozca la verdad dentro de Cuba.

  • pedro.

    ¿Cuándo ud se convencerá de que un peral no da melones?

  • Hace ya algún tiempo participo en los debates relacionados con los artículos de PC inicialmente en Havana Times, posteriormente en DDC y más recientemente en 14YMedio, una gran parte de los foristas se manifiestan contrarios a los criterios de PC con relación a sus ideas como unos de los promotores del socialismo democrático en Cuba, pasando desapercibido que PC tiene una propuesta de salida democrática a la gran crisis de la nación cubana, aunque generalmente sus propuestas la hace a partir del socialismo democrático, digo generalmente, porque en el presente artículo su llamado, a mi modo ver, es muy nítido porque lo hace desde una posición democrática, independientemente que como socialista democrático, mantenga su programa específico, que se puede intuir que lo desarrollen en régimen democrático en el marco de un estado de derecho. Llamo la atención a foristas y lectores que deberían captar la esencia democrática de este escrito y fundamentalmente la propuesta que trae para la solución de la problemática cubana, también habría que tener en consideración al respecto, que tres grupos de la izquierda democrática cubana concertaron una plataforma programática común, en la cual se enmarca este artículo de PC. A continuación un comentario que le hice a un artículo de Chaguaceda en DDC que está muy relacionado al presente comentario a pesar que él aborda otra temática actual. “Es muy oportuna esta caracterización de la sociedad civil castrista, más teniendo en cuenta que unos de los autores es el intelectual, politólogo y parte de la izquierda democrática cubana, Armando Chaguaceda, autor de muchos ensayos sobre América Latina y Cuba, por lo que la izquierda enfermiza castrista internacional no tendrá la osadía de acusarlos de traidores y mercenarios al servicio de una potencia extranjera por aportar sus conocimientos para denunciar las artimañas castristas, con su forma mesurada, respetuosa pero con la firmeza que lo caracteriza. Por otro lado caracteriza a la Oposición Leal al Castrismo encabezada por los ex-editores de Espacio Laical, lo que niega las denuncias de algunos dentro y fuera de Cuba que la Izquierda Democrática Cubana está constituida por una oposición leal, este artículo, otros de PC al respecto y la Plataforma Programática concertada por tres organizaciones de izquierda en el interior Cuba sobre sus compromisos con la democracia de Cuba y los pasos a seguir para lograr ese objetivo niegan fehacientemente a esos que espantados por la terminología izquierda y socialismo democrático participativo, calumnian a estas corrientes políticas de fantoches al servicio del castrismo COMENTARIO de Esopo”.

  • Coincido con la hoja de ruta que plantea Pedro y reconozco que nunca esta corriente ha tenido las posturas timoratas de la supuesta “oposición leal” que acaba de firmar su muerte política por su contubernio con las posiciones de la sociedad civil gubernamental y sus actos de repudio.
    Por otra parte también coincido con Esopo y el Bobo de Abela. Con Esopo por la valía que reconoce a esta corriente que encabeza Pedro y con el Bobo de Abela por la necesidad de comunicarse con el resto de la oposición civil independiente cubana.

  • Marlene pienso que Pedro está participando activamente además en los grupos de izquierda en otros grupos de la sociedad civil como he podido intuir en una noticia de 14Ymedio sobre una reunión del grupo abierto de la sociedad civil donde él aparece en una foto entre los cuales están Elizardo Sánchez Santa Cruz, Miriam Celaya, Reinaldo Escobar, Dagoberto Valdez, Fariñas, José Daniel Ferrer de UNPACU, Hector Maceda de la Primavera Negra y viudo de Laura Pollan, Eliecer Avilas, y Gómez Manzano entre otros. Además Participo en una reunión en Méjico de la oposición interna auspiciada por la Fundación Adenauer en la foto aparece al fondo entre Dago y Daniel Ferrer

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