Un palestino en La Habana

Salir de Cuba ¿un sueño imposible? II Parte

Fernando Aramis

Fernando-Aramis-3HAVANA TIMES — ¡Allí están las cámaras! ¡Esa es la fachada! ¡Me voy a la capital! Ese es el pensamiento en Cuba de casi todos los provincianos con respecto a La Habana. Imagino que en todos los países del mundo un ser provinciano piense así. Casi siempre sucede que las personas nacidas en pequeños pueblitos buscan la grandes ciudades para poder encausar sus sueños, pero…

¿Será que también, como en Cuba, un pueblerino es una persona ilegal en la capital de su país? ¿De qué manera se puede ser ilegal en tu nación de origen, dentro de la misma tierra que te vio nacer? ¿Sabía usted que los provincianos son personas ilegales en La Habana? ¿Y que pueden ser deportados dentro de su misma tierra? ¿Ocurrirá en otros países? No lo sé, lo que sé es que en la capital cubana nos llaman “palestinos” y si las autoridades te encuentran, para tu cruel destino, serás deportado para tu provincia. ¿Insólito verdad?

Con esta preocupación nos quedamos en La Habana mi novia y yo (Nadiezka Rodríguez Reyes) después de una gira por toda la Isla que venía desde Santiago de Cuba nombrada: “Nosotros los que amamos”. Fue una noche infernal. Yo de Bayamo y ella de Ciego de Ávila, los dos provincianos. Si nos sorprendían, no tendríamos alguna oportunidad de salir ilesos de la deportación. Sin dinero caminamos toda la avenida de línea desde la calle L hasta la calle 24 del municipio de Vedado, para buscar una posada, que nos habían dicho era el único lugar donde podríamos pernoctar. Caminamos más de dos kilómetros.

-¡No tenemos sábanas limpias, no los podemos albergar! – nos dijeron los empleados de la posada.

Fernando-Aramis-2Con las manos atadas y vacías regresamos por la misma avenida hasta los portales de una iglesia, allí pasamos la noche. Pero por más tenaz que pudiera ser la situación, para darme algo de consuelo, pensaba que no podía ser peor que el año 1992, cuando pasaba todo el día en el portal de mi casa limpiando zapatos con mi cajón de limpia botas, y después lavaba mis manos con queroseno, para ir con la guitarra a cantar en la casa de la trova. El trovador insigne de la ciudad limpiaba zapatos por el día y cantaba en la noche. Los míseros 20 pesos cubanos que ganaba de la limpia de zapatos, se los dejaba a mi suegra para la compra de la poca comida que aparecía. No, no podía ser peor que eso.

De esa manera comenzó mi odisea habanera, la cual duró solo dos años para mi alivio y felicidad. Porque algunos amigos que ya vivían hacía más de 5 años en La Habana aún no habían visto la luz. Al mismo tiempo que rodé de casa en casa de amigos, durmiendo en el suelo, un día aquí y otro allá, fui adentrándome en el mundo de la farándula artística. Cantando en casi todas las peñas habaneras di a conocer mí obra.

Fernando Ramírez y su esposa Carina, amigos de los primeros tiempos de trova en Bayamo, nos albergaron en su cuarto, que era más pequeño que un grano de maíz. Una cosa de locos, cuatro personas viviendo en menos de un cuarto de tierra.

Raúl Torres, Diego Cano, trovadores cubanos, me tendieron su mano. Julián Hernández, presidente de la Asociación de Esperanto en la Isla y su vez un gran compositor desconocido, permitió que me quedara en la sede de dicha asociación.

La actriz cubana Mercedes Arnaiz, con ella pude trabajar para los niños, pensé que sería mi salvación y a final terminó siendo mi ruina matrimonial. La covacha inmunda de la Habana Vieja. Pero hubo una persona que en este bregar se convirtió en mi hada madrina: Ana María Jiménez, chilena que vivía hacía mucho en tiempo en Cuba. Aparte de ayudarme con albergue, me entregó todo su amor, me enseñó el camino del buen arte y se convirtió en el más severo juez de mi obra. Todo por alcanzar el sueño imposible. Mientras rodaba cual paria del destino, se fueron abriendo los caminos gracias a mi fe y talento.

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Fernando y su padre en Varadero.

Una ironía del destino fue un viaje de trabajo que hicimos un grupo de artistas justamente a mi ciudad. Conocí a Niurka Rodríguez, una productora del Centro de teatro y danza de La Habana, la cual sería unos meses después mi representante.

Al llegar a Bayamo pude percatarme que el trato hacia mí había cambiado. La ciudad que me vio crecer, los representantes de la cultura que nunca me apoyaron, que en un tiempo me hicieron la guerra a capa y espada, ahora me decían maestro y me mostraban, como si fuera un rey, sus reverencias. Tuve que irme de Bayamo para que se cumpliera a total cabalidad el viejo refrán que reza: “Nadie es profeta en su tierra”. Obviamente, ellos ignoraban que yo aún, como decimos en el argot popular, me estaba comiendo un cable en La Habana.

Al regreso a la capital a raíz del festival Los días de la música organizado en 1997 por la AHS (Asociación Hermanos Saiz), organización a la cual yo pertenecía desde el año 1986. Me seleccionaron entre los diez mejores trovadores jóvenes del país.

Por esa distinción fui contratado en el Centro Nacional de Concierto como trovador, y como había podido cumplir mi meta de llegar evaluado de trovador a La Habana, condición de la cual todos se asombraban, y la cual logré en Bayamo después de mí regreso de la provincia de Las Tunas, mi salario fue de 148 pesos cubanos, que al cambio eran 5.60 USD mensuales.

Era el sueldo obligatorio para todos aquellos artistas que entraban al sector del arte por primera vez, pero para mí esa era la tercera ocasión. Y me preguntaba: ¿Será este mi sueldo de por vida? En Cauto Cristo y en Niquero me pagaban 148 pesos cubanos, en el Centro provincial de la Música de Bayamo y de Las Tunas igual ¿Y aquí también? ¿Será una tortura o una burla?

Fernando-Aramis-1Llegaron las entrevistas de radio. El rumor de que existía un trovador guajiro, o “palestino”, que la decía muy bien. Siguieron las peñas y los conciertos. Hasta que por fin se abrió una puerta, se encendió una antorcha en el medio de la cueva. Gracias a mi representante llegó la propuesta de cantar en dos de los lugares más importantes de La Habana, el café El Gato Tuerto y El Delirio Habanero. La ayuda desinteresada de la actriz Daidí Veloz fue pieza clave para conseguir el espacio de El Delirio Habanero. He aquí la famosa frase en Cuba “El que tiene padrino se bautiza”, y aunque estos establecimientos cobraban en divisas (USD) no entendía por qué continuaba ganando 148 pesos cubanos. Era realmente ilógico.

En ese tiempo vivía con un matrimonio en el Nuevo Vedado, justamente a un costado del cementerio de Colón. Ellos me alquilaron por 35 USD al mes el único cuarto de la casa. Pagué el alquiler con el dinero de las ventas de los casetes clandestinos de mi música, ellos dormían en la sala. Era unas de las tantas concepciones que debían hacer las personas después del periodo especial para de alguna manera salir a flote y llevar alguna comida decente a su mesa. En las noches abría las ventanas del cuarto para dejar entrar la briza sepulcral procedente del cementerio. Se respiraba la tranquilidad del mundo de los muertos, más que darme miedo, me regalaba una paz que serenaba mi alma y hacía olvidar todo lo que estaba viviendo. Djavan y su música también eran parte del cuadro.

Al fin logré alquilar un cuartico pequeño en el Vedado, para ser exactos en 14 y línea, que costaba 15 dólares al mes. Mi salario pasaba por mis manos como el agua, no alcanzaba ni para comer algunas pizzas gordas y grasientas, diga usted para pagar un cuarto. Ya para esa fecha mí madre y mi padre se habían mudado conmigo para el cuartico de la calle 14, ella me acompañaba, y mi padre luchaba con su Acordeón en el malecón de La Habana, él también se obstinó de Varadero y quiso probar suerte en la capital, fue la única opción que le dejaron después de ser expulsado del Centro provincial de la Música de nuestra provincia de Granma por una inexplicable reducción de plantilla, institución a la que había pertenecido casi toda su vida.

Continuará…

*Fernando Aramis: Nací en Cuba, crecí en Cuba, estudié en Cuba, lloré en Cuba, reí en Cuba, maldije en Cuba, pero no soy de allí, ni de acá, ni acullá, soy terrícola.

17 thoughts on “Un palestino en La Habana

  • Bueno señores en este capítulo al bayames se le complicaron las cosas: ilegal y trovador en La Habana en pleno periodo especial. Mis respetos.

    Yo conozco muy bien la violacion de los derechos humanos de ser deportable en tu propio pais, pues cuando vivía en Cuba ayude a dos amigos orientales a ser legales inscribiéndolo en mi dirección. Ellos me decían que sin dirección en La Habana en el carne no los dejaban trabajar en ningún lado del estado.

    No olvidaré jamás la cara de alegría de estos amigos cuando recibieron el carne de identidad con residencia en La Habana. Era como una visa en su propio pais. Hoy dia son dos excelentes profesionales con sus familias y casa propia.

    Que tal si proponemos a la Asamblea Nacional una Ley de Ajuste Oriental?

  • jajajjaa recoger firmas nada mas sobre el asunto te metera en problemas …
    Aun es comico leer en algunos carteles viejos, ‘Bienvenidos a la capital de todos los cubanos’.. jejeje la capital de los que viven en la habana, porque si no eres gente de zona vas deportado como el primero ..

  • Pues yo un buen dia decidi mudarme para la capital de mi patria adoptiva y nadie me lo impidio…

  • Un luchador de primera! espero la tercera entrega. Slds desde la Argentina.

  • También me tocó de cerca el tema de la ilegalidad: una de mis grandes amigas, oriunda de provincia Habana, tuvo que inscribirse en mi casa para poder acceder a sus sueños. Inaudito que en Cuba ocurran esas cosas, y lo peor es que hasta hace poco estaba la pancarta a la entrada del túnel de la Bahía (viniendo de Habana del Este): “Bienvenidos a la capital de todos los cubanos”! qué hipocresía!

  • Lo peor de todo que quienes deportan a los que dicen son ilegales en su propio pais son tan palestinos como ellos

  • Y la Habana no aguanta mas! (Desde haceeee raaattoooo)

  • La Habana es a los provincianos como el avion para los habaneros:. Proximo paso,el avion !!!

  • Recuerdo una canción tuya que decia que ellos no son los elejidos”algo asi, que genio no pasa trabajo.Bayamo esa ciudad que guarda tus canciones te recuerda con agrado de ese peregrinar de dolor no hubieras conocido mejor la vida,no hubieras cantado cun tu papa en esos lugares,no hubieras experimentado el amor y conocido las personas que te dieron alberge y arte.no serias el gran Fernando aramis de canciones tan lindas como gentil bayamesa, fidelia,pintame tu color,elmachimbrao y tantas más yyy

  • Que susto! Gracias a la curiosidad lei el articulo completo, de lo contrario hubiera pensado que de verdad se esta llenando la Habana de palestinos (falestines)

  • Así mismo es. Yo fui ilegal en Labana y es así mismo. Sin trabajo y sin libreta. Resolví un alquiler, para esa época era obligatorio que te metieran en la dirección y así pude conseguirme un trabajito. Eso sí, me mataba para sacar lo del alquiler así tuviera que dejar de comer.

  • Gracias por compartirnos tu historia Fernando y lo haces de tal manera q aunque estoy sin mis lentes me quede totalmente enganchado Hasta la próxima!

  • Bravo Fernàn la saga se advierte impresionante, como tu obra. Abrazos desde el otra lado de Quito!!!

  • Bueno, por lo que veo los “palestinos” en La Habana la pasan bastante peor que los indocumentados aquí en USA.

  • Dania Gonzalez dice:
    24 febrero 2016 a las 13:36

    pues a mucho se lo han impedido. y que se lo impidan a uno solo ya es una injusticia colosal.

  • Jajaja, peor que los verdaderos palestinos en la franja de Gaza, porque al menos allí son legales.

  • Es que la familia de los Castro ha sido la especie mejor dotada en recoger lo peor que tiene el mundo para aplicársela a los cubanos.

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