Un Grito de Libertad para Cuba
Por Javier Herrera
HAVANA TIMES – Hace 155 años el insigne patriota Carlos Manuel de Céspedes y López del Castillo protagonizó el llamado Grito de Yara, que resonó en toda la isla de Cuba dando inicio formal a nuestras guerras de independencia. Aclaro inicio formal pues ya se venían sucediendo diversos alzamientos, en toda la geografía nacional, en contra del dominio español sobre Cuba y en pos de la libertad de los esclavos.
Patriotas como Salvador Cisneros Betancourt, Belisario Álvarez, Vicente García González, Francisco María Rubalcava, Félix Figueredo, Donato Mármol, Carlos Manuel de Céspedes, Jaime Santiesteban, Isaías Masó, Vicente Aguilera y Maceo Osorio, nucleados en Logias Masónicas que les servían como sitios de reunión conspiraban contra el dominio español y decidieron recurrir a la insurrección armada para lograr la independencia de Cuba, eligiendo el 24 de diciembre de 1868 para iniciar la rebelión.
Carlos Manuel de Céspedes, impaciente, decidió adelantar la fecha para el 14 de octubre. El descubrimiento de la conspiración y la orden de aprehensión dictada contra Carlos Manuel provocó que la fecha debiera adelantarse aún más.
El 8 de octubre el Padre de la Patria (Carlos Manuel de Céspedes) convoca al resto de los patriotas a su finca La Demajagua, donde se van reuniendo en número significativo. En estos momentos se redacta el Manifiesto de la Junta Revolucionaria de la Isla de Cuba, donde se expresan los objetivos del alzamiento y se declara la soberanía de la isla.
El día 10 de octubre, ante la inminencia de que actuaran las autoridades españolas, se lanzó el grito de “Viva Cuba Libre” y se le dio la libertad a los esclavos de la mencionada finca. Al mando de 147 hombres se alzaron en armas los dignos cubanos dando comienzo a la Guerra de los 10 Años.
La guerra iniciada en el oriente del país en 1868 se extendió a todo el territorio nacional y al cabo de los 10 años terminó aún sin lograr los objetivos trazados producto de diversos males políticos dentro de las tropas insurrectas como son el regionalismo, el caudillismo y demás divisiones internas.
Dentro de los logros de la primera guerra de independencia podemos señalar la libertad de todos los esclavos que participaron en la gesta armada, la consecución de la libertad del resto de los esclavos de manera paulatina hasta terminar con la ominosa práctica y la concesión de algunos derechos económicos a los hacendados cubanos.
A pesar de los objetivos logrados el principal no se alcanzó y esto trajo como consecuencia que los patriotas involucrados en la guerra continuaran conspirando en los preparativos de una nueva insurrección, la que tuvo lugar a partir de 1895, bajo la dirección ideológica de Jose Martí. Martí logró unir a los patriotas cubanos participantes en las primeras luchas, dejando a un lado las diferencias y centrándose en el objetivo fundamental. Esta segunda etapa insurreccional, denominada Guerra del 95, dio finalmente al traste con el dominio español sobre la isla dando inicio a la vida republicana de Cuba.
¿Y ahora…?
A 155 años de iniciadas nuestras gestas revolucionarias Cuba se encuentra nuevamente bajo un régimen de semiesclavitud. La única gran diferencia entre esta sumisión de la isla y la impuesta por España es que ahora no es un Estado extranjero quien ejerce su poder despiadado sobre la ciudadanía… esta vez el ente opresor es el Partido Comunista de Cuba, conformado por cubanos que se han adueñado de la vida económica, política y social de la isla.
El régimen cubano hoy vende la mano de obra de médicos, docentes, deportistas y otros profesionales a diversos países. Mientras cobra cifras justas por la labor de los trabajadores cubanos a estos les paga sueldos irrisorios que muchas veces apenas alcanzan el 20 % de lo que el régimen recauda.
Los trabajadores que entregan su sudor al interior de la nación lo hacen en condiciones precarias y con sueldos de burla que no alcanzan ni para alimentarse, al punto de que un cubano hoy consume menos carbohidratos y proteínas que un esclavo en Cuba en 1870.
Cualquier intento de protestar la esclavista situación es reprimido brutalmente por las fuerzas del orden (otros esclavos pero un poco mejor pagados). En su soberbia infinita, el gobierno de la isla no se conforma con la represión física, donde se incluye golpizas propinadas por turbas pro régimen, torturas durante la detención y otras violaciones de los más elementales derechos y recurre a la persecución penal y jurídica, encarcelando a los que se atreven a alzar su voz condenándolos a largos encierros por causas penales inventadas, conculcando sus derechos a la libre expresión, a la libertad de comunicación y hasta a su libertad de movimiento tanto dentro del territorio nacional como al salir del mismo. Semejante al régimen español sobre Cuba, no son pocos los patriotas cubanos que en la actualidad se encuentran desterrados en contra de su voluntad y sin acto jurídico que los refrende.
Pero, como hace más de un siglo, el grito de “libertad” ha resonado nuevamente en nuestras tierras en las palabras de “Patria y Vida”. El 11 de julio del 2021 una gran masa de los esclavos actuales del régimen, impulsados por la miseria, salieron a las calles a reclamar la libertad tan necesaria para lograr que cualquier tierra prospere. Como el régimen español, el cubano reprimió brutalmente el grito libertario y hoy más de 1000 jóvenes padecen cárcel y vejaciones por su sentir.
Como hace 155 años los cubanos se encuentran divididos por regionalismos, rencillas, caudillismos o corrientes políticas y a pesar de haber tantos que ansían la libertad no nos ponemos de acuerdo sobre los medios y métodos para alcanzarla. Ya tenemos un Padre de la Patria (Carlos Manuel de Céspedes), también tenemos un Héroe Nacional (Jose Martí) que nos enseñaron que nadie nos va a regalar la libertad que buscamos y que solo si nos unimos tenemos posibilidades de victoria, es hora de poner nuestro grano de arena.
El grito de libertad ya está dado, solo falta que nos unamos… como hace 155 años ya gritamos nuevamente “Viva Cuba Libre”, pero esta vez del imperio y despotismo del Partido Comunista.