Un Doi Moi o Renovación para Cuba

Por Alberto N Jones

Nguyen Phu Trong (C), Secretario General del Partido Comunista de Vietnam, durante su visita a La Habana, el 29 de marzo de 2018. Foto Marcelino Vázquez Hernández /ACN

HAVANA TIMES – El 20 de febrero de 2018 escribí el post  El futuro de Cuba está en Asia, con la única intención de compartir con nuestros lectores mi extraordinaria experiencia en una reciente visita, y desde la cual todos podían sacar sus propias conclusiones.

Los ideólogos anticubanos de todos los estratos, que están radicados fuera de Cuba, y que se oponen a todos los avances en la Isla, coincidieron con los extremistas dentro del país que también están en contra de los débiles cambios socioeconómicos introducidos por el Gobierno.

Ellos están dispuestos a denunciar el más mínimo error, así como negligencia o crímenes cometidos por las anémicas empresas privadas con amenazas, multas o el cierre por los mismos crímenes, aunque en una cantidad mucho mayor, cometidos con impunidad por las empresas administradas por el Gobierno.

Muchos amigos se alarmaron por el aluvión de fuego de artillería pesada que se dirigía hacia mí, lo cual me recordó los riesgos y el efecto negativo que podría tener en mis futuros viajes a Cuba, como le ocurrió al periodista Pedro González Munne, a quien se le prohibió visitar la Isla, aunque dedicó gran parte de su vida profesional en promover mejores relaciones entre los Estados Unidos y Cuba poniendo, incluso, en riesgo su vida personal en Miami.

Lo que es bastante curioso, las mismas palabras y puntos de vista expresados ​​en mi artículo se pueden encontrar ampliamente debatidos en las portadas de Granma, Juventud Rebelde y Cubadebate, sin que exista reproche o condena por parte de ninguno de los que estaban dispuestos a crucificar una presa fácil.

Lo que realmente me importa es compartir con el pueblo cubano mis ideas y conocimientos limitados, con la esperanza de mejorar su suerte, reducir su sufrimiento y permitir que el país continúe su solidaridad con los necesitados.

Desde el Período Especial, en la década de 1990, Cuba ha sufrido una caída financiera crítica, la cual ha revertido la mayor parte de los avances de la nación; desmoralizado su fuerza de trabajo; corrompido la sociedad; malogrado la población; cuestionado el valor de la educación; reducido el nacimiento de niños y niñas; estimulado la migración con la pérdida de muchos miles de jóvenes, y de hombres y mujeres educados; alentado el robo y la violencia, y ha dejado a la vulnerable sociedad envejecida sin recursos ni cuidados.

Vietnam experimentó una gran agitación sociopolítica tras la colectivización de 1975, lo que provocó hambre y desesperación, y que millones de hombres, mujeres y niños abandonaron el país por aire, tierra y mar.

En 1986, el Congreso del Partido Comunista introdujo el Doi Moi o Renovación, que eliminó la participación gubernamental en áreas no básicas del sector industrial y agrícola, entre otros, liberando de esa forma las fuerzas humanas y fomentando el desarrollo de las pequeñas y las medianas empresas.

De las cenizas y la devastación dejada por la guerra brutal con los Estados Unidos, Vietnam se convirtió en un modelo de sociedad próspera, agrícola e industrial, también redujo la pobreza y el desempleo del 70 al 10% en menos de 35 años. Actualmente es el segundo mayor productor mundial de arroz, café, flores, y entre otras ramas se encuentran en desarrollo, con una floreciente industria de la construcción, manufacturada, marítima, pesquera y de bienes personales. Por otro lado, Cuba, persistió con su viejo modelo socioeconómico que incluso Fidel declaró que ya no funcionaba.

La reciente presencia en la Isla de Nguyen Phu Trong, secretario general del Partido Comunista de Vietnam, resultó ser un ejemplo de hermandad, solidaridad y esperanzas de un futuro brillante, condonando la deuda de Cuba y firmando acuerdos importantes en el sector de la Agricultura, la Construcción, el Medio Ambiente, la Ciencia, entre otros.

Pero los males sociales perdurables y urgentes que han afligido a Cuba durante décadas, exigen que la nación vaya más rápido y concluya acuerdos más profundos que borrar deudas, distribuir y aceptar donaciones, que de manera inevitable volverán a surgir, si Cuba no lleva a cabo nuevos, decisivos, profundos y estructurales cambios, como los adoptados por los vietnamitas en 1986.

Construir un hotel de cinco estrellas y administrar otro, no hará mella alguna en la economía de Cuba y su gente. A pesar del inmenso desarrollo humano que el país asiático ha logrado en 35 años, todavía tiene 10 millones de personas viviendo bajo la línea de pobreza y Cuba tiene millones de hectáreas de tierra sin producir. ¿Por qué,en lugar de importar cientos de miles de toneladas de arroz desde miles de kilómetros de distancia, no consideran ofrecer a los vietnamitas la oportunidad de arrendar tierras en Cuba y poner fin a esa flotilla anual del vital grano?

Lo mismo puede decirse de Haití y otras islas de habla inglesa del Caribe, cuyas lágrimas, sudor y sangre de su comunidad inmigrante convirtieron a Cuba en el mayor  exportador de azúcar del mundo y en un importante productor de café, cacao y coco en el siglo pasado. Hoy tienen prohibido inmigrar a la Isla, lo que solo puede ser explicado por la xenofobia o el prejuicio.

Me ha impresionado  poderosamente la mentalidad del pueblo vietnamita, que luchó durante décadas contra las brutales guerras de conquista por parte de China, Japón, Francia y los Estados Unidos de América, pero aunque recuerdan esos actos criminales, se niegan a estar sujetos o quedar atrapados en el pasado, prefiriendo enfocar sus esfuerzos en su brillante futuro.

Cuba también puede aprender de Vietnam y superar actitudes indignas y vengativas, como prohibir a 100 mil expatriados cubanos visitar su Patria, o aplicar un sobreprecio a la visa cubanoamericana, al pasaporte y a los viajes, en lugar de realizar acciones como las que ha hecho Vietnam, que alienten el retorno de su emigrados y la inversión.

El Gobierno cubano está distraído en actividades monetarias menores, tales como penalizar a toda la población con un recargo mínimo de un 150 por ciento sobre todo lo que es vendido en “Moneda Dura”, mientras ignora el panorama general de promover la Zona Especial Mariel como uno de los grandes centros de distribución del continente americano  para el comercio electrónico de los gigantes Ali Baba, Tencent, IKEA, JC.COM, lo que impulsaría el negocio del envío y requeriría el empleo de decenas de miles de trabajadores.

El crecimiento del turismo en Cuba ha sido un boom para las compañías aéreas extranjeras, de las cuales la moribunda Cubana de Aviación recibe menos del uno por ciento. Mientras tanto el Caribe y América Central necesitan una mejora de las conexiones aéreas y marítimas, por lo que la Isla podría explorar y crear una empresa conjunta con, por ejemplo, Singapur Airlines, la mejor en el negocio, y permitirle a esta absorber a millones de turistas que llegan a Cuba y también ofrecerle al Caribe el servicio de calidad que se merece.

Si en esta coyuntura de vida o muerte, el Gobierno de Cuba no presenta su propio Doi Moi, pueden vivir para arrepentirse.

 

 

6 thoughts on “Un Doi Moi o Renovación para Cuba

  • Unas preguntas señor Jones, con todo respeto: Por qué tienen que ser vietnamitas quienes cultiven las tierras en Cuba, por qué tienen que ser obreros de la India quienes construyan los hoteles?, por que los extranjeros pueden invertir en la economía cubana y nosotros no?, acaso somos menos que ellos en cuanto a calificación e inteligencia?

  • Muy cierto.

  • porque independencia económica es independencia política y los gobiernos comunistas/totalitarios/socialistas/populistas no aceptan ni una cosa ni la otra en territorio nacional. Les importa poco si se enriquece un capitalista o el dinero va a parar a la cuenta de fulanito de tal en malasia, pero no van a permitir que TU tengas suficiente dinero como para destetarte del estado, del respirador artificial y te de por no ir a las marchas o no hacer las guardias del CRD o decir que la revolución no es buena y no quieras hacer lo que se te ordena.

    Recuerda que al gobierno cubano no le preocupa que los bombardeen porque eso hasta les vendría bien para jugarse el papel de victima de siempre, pero que no puedan controlar a la gente..??? jajaja eso si que no.

  • Seguir pensando que solo los extranjeros pueden ser autorizados a invertir en negocios en la isla hace de Jones otro complice de lo que el mismo critica. Vietnam y China han avanzado mucho en economia, pero sus pueblos siguen avasallados por partidos comunistas que , tras su posicion, esconden una gran corrupcion y favoritismo, dandole solo migajas al pueblo para que no se queje. Quienes son los billonarios chinos?, y los millonarios vietnamitas?. Es como proponer cambiar la dieta de los cerdos de Rebelion en la Granja de boniato salcochado a yuca hervida.

  • No habrá doi Moi ni ahora ni nunca.

  • “Los ideólogos anticubanos” Éste señor Jones, utiliza la misma palabrería de los propagandistas de la dictadura, no hay anticubanos señor, hay personas que critican el régimen cubano, que nunca podrá ser igualado a la nación cubana, una persona que ese mismo régimen lo avasalló, lo defiende, no me queda otra, que pensar que es una victima real del síndrome de Estocolmo.

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