Tornado en La Habana, el socialismo totalitario también tiene sus ventajas

Por Vicente Morín Aguado

Foto: cubadebate.cu

HAVANA TIMES – La capital cubana amaneció con lo insólito de un tornado severo que azotó en la noche del domingo—8:45 PM hora local— varios municipios de la periferia habanera, con daños mayores para el más poblado de la ciudad, Diez de Octubre. De inmediato estaban en el lugar las principales autoridades del país, encabezados por el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

No nos extendemos en detalles informativos de sobra divulgados: vientos entre 270-300 km/h, al amanecer tres fallecidos y 172 lesionados, cuantiosos daños materiales que incluyen centros de salud y sobre todo una suma de afectaciones de diversa clasificación al patrimonio individual que al sumarse, constituyen una tragedia para la población.

El socialismo totalitario, a no dudarlo, tiene sus ventajas y gana por ello un apoyo social imposible de subestimar si se trata de valorar las razones de su persistencia a pesar del evidente fracaso que acompaña a su gestión durante 60 años en Cuba. Se trata de la centralización de los recursos humanos y materiales, así como la capacidad de movilizarlos en la dirección deseada con el máximo de celeridad.

Sentir seguridad, saberse “protegidos”, es un buen dividendo bien explotado por los políticos, ningún régimen ha empleado con tanto éxito esta posibilidad como el sistema llamado socialista en su variante común, la única hasta hoy puesta en práctica, el totalitarismo.

Al rescate. Foto: granma.cu

En especial la mayoría de los ciudadanos, siempre son los pobres, aprecian en grado sumo la atención directa de las autoridades cuando enfrentan frecuentes desastres naturales. Es la contrapartida de males crónicos, la violencia indiscriminada de variados orígenes, una corrupción imparable y la apatía gubernamental que suela acompañar al triste destino de los damnificados.

En La Habana fuimos testigos esta vez de esa presencia directa acompañada de la movilización rápida de los medios posibles ante el desastre, nada nuevo en la Cuba de Fidel Castro, pero si acción renovada por el ejemplo de un joven dirigente designado por los hermanos del apellido dominante en Cuba.

Aunque en países similares al nuestro funcionan sistemas de atención a desastres naturales, resulta imposible para sus autoridades e instituciones pasar por encima de la enredada red que forma la propiedad privada. En nuestro país reza la frase ¡cuando habla el Mayimbe boca abajo todo el mundo!  

Me adelanto a los inevitables detractores de este comentario, los conocidos extremistas, el método antes descrito, llamado comúnmente de ordeno y mando, es en extremo peligroso, cuando se entroniza justificado por situaciones extremas, termina aplicándose a la cotidianeidad, violando los derechos de la ciudadanía y, como los desastres duran poco tiempo, la impunidad de las dictaduras se convierte entonces en ley suprema.

Revisando los daños del tornado de la noche del doming 27 de enero.

La justificación reiterada es sobrevivir, condición impuesta a los cubanos por la revolución triunfante al subvertir bases sacrosantas que permanecen en el mundo que nos rodea, todas derivadas de la prevalencia de la propiedad privada y la economía de mercado, categorías económicas a las cuales han regresado, en nombre de otro socialismo posible, hasta los vietnamitas, cuya historia impide cualquier sospecha de pronorteamericanos o patriotas menores.

Al paso de sesenta años el fracaso nos asiste junto a la justificación del mismo, diariamente reinventada, mientras sobrevivimos bajo la premisa bien aprendida de “priorizar”, frase que engloba una acción bien aprendida desde el Buró Político del Partido Comunista de Cuba, hasta cada estructura provincial y municipal, según sea la competencia administrativa sobre los recursos existentes.

En Cuba, como nunca alcanzamos a alcanzar, es obligado priorizar, es decir, determinar a quién le toca y a quien, por ahora no le toca, descontando a quiénes siempre les toca, los privilegiados del país que obvio nombrar. Por ejemplo, hay quien alcanza hasta un reloj de pulsera TAG Heuer, lo que no es necesario para llegar a tiempo al lugar indicado.

Pero una cosa es cierta, mientras la burocracia entronizada, siguiendo el ejemplo de su fundador, muestre públicamente energía frente a los desastres, así como sentido común al priorizar recursos siempre escasos, el socialismo totalitario contará con un inestimable apoyo popular que pronto encontrará nueva expresión en un país donde la incultura política está determinada por la propaganda avasalladora del Partido Comunista de Cuba.

Vicente Morín Aguado: Mardeleva287@gmail.com

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