Testimonio de desalojo por intimidaciones de la policía política cubana

Por Adonis Milán

Adonis Milán en Gloria 301

HAVANA TIMES – ¿Qué pasa cuando tu vida es reducida al silencio y a la soledad por manifestar un pensamiento contrario a las normas establecidas? La existencia en Cuba de una persona que se pronuncia contra el Gobierno ya nunca será la misma.

Perdí mi teatro y mis actores, los amigos ya no contestan las llamadas, los vecinos se vuelven tus vigilantes, los conocidos cruzan la calle para no saludarte y, por último, mi propia familia sirve como instrumento de la Seguridad del Estado para reducir aún más las posibilidades de vivir con tranquilidad en la Isla. 

Esta es la historia de cómo fui sacado de mi hogar con amenazas de la Seguridad del Estado.

 Como algunos conocen soy director de teatro y disidente. ¡Como si pudieran estar separadas esas definiciones! Desde que rompí mis lazos con las instituciones culturales he trabajado para sostener mi teatro desde lo independiente.

Taller de máscaras en Casa-Teatro S.A

Así comencé a utilizar mi casa como espacio de ensayo, reuniones, clases y alguna que otra función de teatro clandestino.  Dicha vivienda pertenece a mi tía paterna Dignorah Valdés, desde hace más de dos años ella viajó a los Estados Unidos, donde ha permanecido todo este tiempo; antes de irse dejó a mí cuidado el domicilio y me inscribió en la dirección.

Es un apartamento situado en Gloria número 301 entre Suárez y Factoría, Habana Vieja. El lugar fue bautizado por la actriz Lynn Cruz como Casa-Teatro S.A.

Era obvio que la contrainteligencia trataría de impedir, a toda costa, que aquel recinto se volviera un espacio de arte independiente. Como es el caso de la casa-galería El Círculo, El Museo de la Disidencia o la sede del Instituto de Artivismo (INSTAR), lugares atacados por la policía política para impedir sus funcionamientos.

Ellos han utilizado durante años la estrategia de marginar dentro de la sociedad a cualquier disidente. Comienzan por destruir tu reputación y llegan a poner incluso a tu familia en contra tuya.

Tal es el caso, que en reiteradas ocasiones mi tía me llamaba exigiéndome que me fuera de la casa, porque según decían la llamaban los vecinos y le contaban que aquello era un sitio de encuentro para la contrarrevolución y todo tipo de inmoralidades. 

Les confieso que mi relación en general con mi familia siempre ha sido tensa, pues para la tradicionalista familia cubana, soy algo así como la oveja negra. Las razones: que soy gay, artista, anarquista y transgresor en todos los sentidos de lo que se contempla como un patrón preestablecido de comportamiento.  Solo faltaba una cosa para que mi familia se convenciera de que estoy loco de atar, y era que me manifestara contra el Gobierno.

Ensayo en casa

Aunque mi familia está lejos de ser un molde revolucionario, han marchado a la par de todos, callando y asintiendo. El miedo irracional es una enfermedad que afecta a la sociedad cubana, pues quieras o no, te hace cómplice de un régimen que viola los derechos de su pueblo y los somete al silencio y la miseria. Por las razones que sea, hay quienes rompen el silencio, destruyen el letargo y se enfrentan al miedo infundado de decir la verdad. ¡Me enorgullece decir que estoy en ese grupo!

Mi tía, quien solicitó asilo en los Estados Unidos, regresa a Cuba después de dos años para no perder la casa. Es la fecha límite que establece el Estado cubano para sustraer la propiedad a quien se encuentre fuera del país por más de ese tiempo.

Ella es solo un ejemplo de los miles de cubanos que emigran a USA para cobrar la ayuda del Gobierno de ese país y recibir la residencia. Después entran y salen de la Isla, conservando su propiedad y con el dinero que traen se pasan unos meses tranquilos.

Eso crea una dicotomía, porque se supone que si pides asilo en un país es porque al tuyo no puedes regresar, y menos vivir con tranquilidad.   Lo que significa que miles de cubanos han logrado alojarse como bacterias, en un cuerpo enfermo que es el de las relaciones de Cuba y Estados Unidos.

Vivir lo bueno de las dos partes, sin tener un mínimo de compromiso por ninguna postura o principio.  Cuando se vive por tantos años en una nación en la que impera el oportunismo y la mentira, el principio superior en sobrevivir a toda costa.

Ella me expulsa de la casa, tras una citación que recibió de la policía. Dice que se presentó en la estación y de ahí la trasladaron a Villa Marista, donde la atendió una teniente coronel, que por los rasgos físicos que señaló se parecía a Kenia María Morrales Larrea, una conocida represora del Departamento 21 de la Seguridad del Estado. Esa esbirro es conocida por la represión sistemática de otros artistas contestarios como Tania Bruguera, El Sexto y Lia Villares.

Adonis Milán dirigiendo un entrenamiento en Casa-Teatro S.A

Según me contó fueron claros en decirle que, si me dejaba en la casa, la vivienda sería decomisada de inmediato.

Una sarta de reproches e insultos, le dieron más sazón a que me estaba sacando de la casa sin contemplaciones. Recuerdo que utilizó la palabra ¨gentuza¨ para definir al grupo de personas con las cuales dice ella que yo hago contrarrevolución.

Es asombroso como la dictadura cubana puede cercar el cerebro de un individuo tan fácil. A quien ella acusaba de gentuza son solo algunos de los que han logrado, a través de los años, que el Gobierno de los Estados Unidos conceda privilegios para los emigrantes cubanos, prerrogativas de las cuales tanto mi tía como toda su familia se benefician hoy al máximo.

Decidí que todo fuera con la mayor paz del mundo, porque ella es una mujer mayor, es mi familia y tiene problemas de hipertensión.

El 5 de diciembre del 2018, día de mi cumpleaños, salí con todas mis cosas de su casa, a la 5 am. Ya el cambio de dirección estaba hecho, de nuevo para casa de mi abuela materna, un hogar disfuncional en su totalidad con varias personas enfermas. 

Paradójicamente me encontraba trasladando maletas y decenas de libros de teatro por unas doce cuadras en la Habana Vieja, de una casa a la otra.  Recuerdo que lo último que trasladé fue un ventilador viejo (emblema del teatro cubano por la obra Aire Frío, de Virgilio Piñera), una máscara veneciana de la Comedia del Arte y más libros de Shakespeare, Brecht, Havel… Era como un mal sueño, el sentido de arrastrar cosas que te hacen quien eres, pero ningún lugar te representa ni te mantiene a salvo de la pudrición guardada durante 60 años en el alma de un pueblo de zombis.

Si visceral puede resultar en ocasiones mis palabras sobre los cubanos, prefiero ser así que tener mis instintos y pensamientos hechos polvo ante el totalitarismo. 

One thought on “Testimonio de desalojo por intimidaciones de la policía política cubana

  • “A quien ella acusaba de gentuza son solo algunos de los que han logrado, a través de los años, que el Gobierno de los Estados Unidos conceda privilegios para los emigrantes cubanos…” WHAT?!

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