Submarinos nucleares en Cuba
Por Javier Herrera
HAVANA TIMES – En el nublado amanecer del día 12 de junio arribó al puerto de La Habana una escuadra naval rusa. La flota esta compuesta por la fragata Gorshkov, el submarino nuclear Kazan y dos naves de apoyo —el petrolero Pashin y el remolcador de salvamento Nikolai Chiker—, visita que fue anunciada por la Cancillería cubana la semana pasada en un comunicado, que indicó que el atraque se produciría entre el 12 y el 17 de junio.
La visita se produce en uno de los peores escenarios bélicos y políticos a nivel mundial. Hace apenas unos días el gobierno norteamericano dio luz verde a Ucrania para el uso de armamento de procedencia norteamericana para atacar blancos en el interior del territorio ruso. Mientras, el presidente ruso Vladimir Putin respondió diciendo que podría armar a sus aliados con cohetes y misiles de largo alcance como contrapeso al apoyo occidental a Ucrania.
Si analizamos el contexto geopolítico actual podemos llegar a la conclusión de que el mundo esta más cerca que nunca de una tercera Guerra Mundial si no es que ya estamos inmersos en ella, solo que los conflictos aún se están dirimiendo a niveles de baja intensidad… guerra mundial que podría representar el fin de la humanidad, al menos como la conocemos.
Por una parte tenemos a Rusia, que ha invadido a Ucrania mientras amenaza a varios países vecinos llevando a discusión las fronteras marítimas en el mar negro y el báltico.
Lituania, Letonia y Polonia han expresado su disposición a participar en las denominadas «coaliciones de capacidad» para apoyar a Ucrania en diversos ámbitos e incluso se ha mentado a Francia como líder de una coalición que lleve tareas de entrenamiento en suelo ucraniano, habiendo defendido en más de una ocasión Emmanuel Macron la posibilidad de desplegar tropas en Ucrania, bajo la premisa de que «Rusia no puede ganar esta guerra».
En Asia, China amenaza constantemente la integridad territorial de Taiwan y reivindica la pertenencia del mismo a la República Popular China, mientras Corea del Norte juega a lanzar misiles ínter continentales al Mar de Japón y otras provocaciones a Corea del Sur.
En Oriente Medio Israel se encuentra inmerso en una dura batalla contra el movimiento HAMAS, apoyado este por Irán y el Líbano, conflicto que ha dejado más de mil israelíes muertos, más de cien secuestrados, la espeluznante cifra de más treinta y cinco mil palestinos muertos (incluidos mujeres y niños) -según los datos ofrecidos por instituciones bajo el mando de HAMAS- y casi dos millones de desplazados. Mientras los rebeldes Huties mantienen el mar rojo bajo asedio atacando navíos israelíes o aliados de Israel.
Para colmo en América, en pleno Caribe, declarado zona de paz por los países que integran la CELAC, el régimen de Maduro en Venezuela amenaza con usar la fuerza para solucionar el diferendo fronterizo con Guyana por la Guyana Ezequivo.
Por el otro lado el mundo occidental apoya abiertamente a Ucrania, mediante la OTAN y con los EEUU a la cabeza, suministrándole créditos, entrenamiento y armamento moderno a Ucrania para la guerra con Rusia. En Asia, los mismos EEUU apoyan la determinación de Taiwán a continuar siendo un territorio independiente de la China continental mediante la permanencia de tropas norteamericanas en la zona y la realización de ejercicios militares conjuntos.
Con el tema de las dos Coreas, Estados unidos igualmente juega el papel de soporte de Corea del Sur y realiza ejercicios militares de defensa con Corea y Japón. Mientras que en América los EEUU le presta su apoyo político a Guyana, abogando por una solución negociada al diferendo que la enfrenta a Venezuela.
En medio de un escenario tan sombrío Cuba se da un tiro en el pie. Hace apenas pocas semanas los Estados Unidos sacó a Cuba de la lista de los “Países que no cooperan plenamente en la lucha contra el terrorismo”, lo que constituye un primer paso para que el país sea sacado de la lista de “Países patrocinadores del terrorismo”. Es de señalar que la pertenencia a estas listas conlleva sanciones económicas, financieras y diplomáticas que redundan en el nivel de vida de una nación de por sí ya azotada por una fuerte crisis económica que parece no tener fin.
De momento el Departamento de Estado norteamericano ha declarado que no ve la visita naval rusa como una amenaza directa a los Estados Unidos… Pero a pesar de las declaraciones formuladas efectivos navales y aéreos de las fuerzas armadas norteamericanas y canadienses han monitorizado el desplazamiento de las fuerzas rusas por el Atlántico, región en la que realizaron ejercicios lanzando misiles de mediano alcance.
Dentro de la respuesta norteamericana es de destacar que desde la llegada de la armada rusa se han mantenido patrullando los mares aledaños a la Habana y Matanzas una pareja de destructores que se encuentran entre 20 y 30 millas náuticas de las aguas cubanas. Parte de la misma respuesta es el submarino nuclear norteamericano USS Helena, que ha sido destacado en aguas cercanas a la Base Naval de Guantánamo.
Con esta visita Rusia y Cuba torpedean impúdicamente el acercamiento que estaba teniendo lugar entre la potencia del norte y la maltrecha isla de Cuba, tan urgida de mejores relaciones comerciales y políticas con su vecino.
Es de preguntarse ¿quién se beneficia poniendo a Cuba en el ojo de la tormenta una vez más igual que sucedió en octubre de 1962? En caso de escalar las tensiones, ¿tendría Rusia la capacidad militar y la voluntad política de defender el territorio cubano o sería Cuba otra vez apenas una pieza sacrificable en el ajedrez político?
Pero la pregunta más importante para el cubano de a pie es:
¿En qué se beneficia Cuba sirviendo de portaaviones rusos a despecho de cualquier consideración política o diplomática?
Y cuando digo Cuba no me refiero al régimen y los tres o cuatro tiranuelos embriagados de poder que desgobiernan la nación, me refiero al pueblo llano, a ciudadanos que ven su economía y su vida en general languidecer a pasos agigantados.
Solo resta desear que el análisis esté equivocado… desear que la visita militar rusa no tenga implicaciones mayores, desear que no estemos viviendo una Crisis de Los Misiles 2.0.
ME GUSTA MUCHO ESTA REFLEXION. FELICIDADES. Yo estoy viviendo el desastroso panorama mundial desde Vermont. EUA. Toni Basanta, cubano-americano desde el 2007.
«Con esta visita Rusia y Cuba torpedean impúdicamente el acercamiento que estaba teniendo lugar entre la potencia del norte y la maltrecha isla de Cuba, tan urgida de mejores relaciones comerciales y políticas con su vecino.
Es de preguntarse ¿quién se beneficia poniendo a Cuba en el ojo de la tormenta una vez más igual que sucedió en octubre de 1962? En caso de escalar las tensiones, ¿tendría Rusia la capacidad militar y la voluntad política de defender el territorio cubano o sería Cuba otra vez apenas una pieza sacrificable en el ajedrez político?
Pero la pregunta más importante para el cubano de a pie es:
¿En qué se beneficia Cuba sirviendo de portaaviones rusos a despecho de cualquier consideración política o diplomática?