Roberto Carcasses comenta sobre el nuevo proyecto de constitución cubana

Roberto Carcasses. Foto: diariolibre.com

HAVANA TIMES – La dirigencia y la Asamblea nacional de Cuba han pedido a los cubanos opinión sobre, cómo quisieran que fuera la nueva constitución. Y me he sentido aludido.

Nunca imaginé poder tener esta oportunidad en mi vida, teniendo en cuenta cuánta gente nace vive y muere sin esa posibilidad. En este sentido creo que es un paso importante dado por las autoridades.

Algunos amigos y conocidos me han comentado: ¿Para qué voy a opinar si ellos van a hacer, como siempre, lo que les dé la gana?

Y les he respondido que yo, sí voy a decir lo que pienso para que, si ellos hacen lo que les da la gana una vez más, y todo (o casi todo) sigue estando igual de mal, no quedarme con la espinita trabada de no haberlo dicho.

En lo que aquí comparto, no estoy representando a nadie más que a mí mismo. Me gustaría pensar que cada persona pueda representarse a sí y vivir con libertad, responsabilidad y sentido común. Pero por el momento, acepto las convenciones democráticas, que son perfectibles, y lo mejor que hemos podido alcanzar hasta ahora como especie o animales pensantes que somos.

Creo que uno de los puntos más importantes que deben estar consignados en el documento definitivo que se apruebe, es la garantía de derechos a todas las formas de pensamiento político.

Partiendo del consenso de que, ni la violencia física ni la verbal son medios para el progreso y la prosperidad. Las constituciones son hechas por los seres humanos y ninguna persona o grupo puede determinar un sistema social como eterno e irrevocable, porque entonces la constitución dejaría de ser laica como se proclama, para otorgar el papel de ungido o dios a ese individuo, o de iglesia a ese grupo. Y, tanto las personas como los grupos se equivocan.

Ningún cubano que tenga la sincera intención de mejorar su país por medios pacíficos, mediante razones y buenas acciones, puede ser considerado traidor a la patria, incluso si no está de acuerdo con el socialismo como sistema; porque entonces también podría ser considerado traidor, quien quiere perpetuar un sistema que, económicamente ya ha probado su ineficacia, e ideológicamente es, cuando menos, discutible.

El socialismo y la revolución, en mi opinión, trajeron cosas buenas y malas. Despertaron en millones de cubanos la capacidad de soñar una vida mejor. Se elevó el nivel cultural y espiritual de la nación con la preparación de profesionales en todas las ramas del conocimiento humano y se intentó implantar el estado de bienestar, espejismo que se vivió en muy cortos periodos de tiempo. Pero la rigidez ideológica, la represión y la pésima gestión económica del programa socialista hicieron que mucha gente se fuera desencantando desde el mismo principio para dejar de comulgar con sus ideas y por consiguiente con sus líderes.

Millones emigraron, otros se quedaron aquí. Miles están volviendo. Todos ellos deben tener los mismos derechos que los que defienden el actual proyecto. Todos formamos parte de lo que se define como el pueblo de Cuba y creo que estamos en un punto en el que, todos y cada uno, podemos dialogar y tener la capacidad de escuchar al otro, ese que no piensa como yo pero me trata con respeto y de quien puedo aprender algo. Esto, de lograrse, lo podría ver incluso como “una conquista de la revolución.”

Ya crecimos espiritualmente, ahora necesitamos crecer económicamente para vivir mejor. ¿A quiénes, si no a los propios cubanos nos interesa más que esto suceda con la mayor brevedad posible? para verlo nosotros mismos y dejarles a nuestros hijos un país del que se sientan orgullosos y del que no se quieran ir. Por eso creo que, más que la inversión extranjera, se debe promover y apoyar la inversión de los cubanos en su propio país, en la pequeña, mediana y gran empresa dependiendo del capital que dispongan. En materia económica está todo por hacer.

Aquí no hay cemento, no hay clavos, ni frazadas de piso ni transporte etc. Sólo los cubanos, vengan de donde vengan o estén donde estén y piensen como piensen, serían los más interesados en poner su creatividad y recursos para que todos y cada uno crezcamos según nuestra capacidad e inventiva, sin que nadie nos ponga límites, con verdadero poder económico y político para realizar nuestros sueños, y sin dejar de ser solidarios ni de tener conciencia social.

Si todo esto se cumpliera, el Gobierno de los Estados Unidos no tendría otra alternativa que eliminar el Bloqueo, al ver que los cubanos entre todos, nos ayudamos a nosotros mismos.

One thought on “Roberto Carcasses comenta sobre el nuevo proyecto de constitución cubana

  • Otra más con buen par de coj… bien puestos, como nuestro estimado Osmel Ramírez Àlvarez. Vamos a ver si tantos granitos de arena disueltos, nos unimos y ¡por fin! formamos la digna playa que empuje por la taza del baño a la charca apestosa que es ese amorfo Socialismo cubano.

Comentarios cerrados.