Relaciones EE.UU.-Cuba: desastre potencial
Alberto N. Jones
HAVANA TIMES, 3 dic. — La edición del 27 de noviembre del periódico Daytona Beach Journal, reprodujo un artículo aparentemente benévolo e inofensivo. El trabajo con título “Ily dirigirá los asuntos extranjeros”, hace referencia a la cubana-americana Ileana Ros-Lethinen que encabezará el Comité de Asuntos Internacionales de la Cámara de Representantes, lo que tendrá un efecto catastrófico, a largo plazo, entre las relaciones de Estados Unidos con los países más importantes de Latinoamérica y muchos otros alrededor del mundo.
La congresista norteamericana Ileana Ros-Lethinen ha demostrado durante sus 25 años en la legislatura de la Florida y en el Congreso de los EE.UU., que es una política extremista y viciosa, capaz de dejarse llevar por su odio visceral contra Cuba y sus sentimientos vengativos contra el gobierno de la Isla por haber “herido mi papa» y llevar a este país (EE.UU.) al precipicio solo por sacar su amargura interna.
En América latina solamente, la señora Ros-Lethinen pondrá a EE.UU. en posición de choque con Venezuela, rica en petróleo, con Brasil y Ecuador, además de Argentina, Paraguay, Cuba, Nicaragua, Bolivia, México y las islas del Caribe.
Lo hace sin tener en cuenta el hecho de que 50 años de confrontación con Cuba solo ha servido para provocar dolor indescriptible, hambre, destrucción y la muerte de cubanos a quienes ella dice amar. El objetivo del bloqueo norteamericano de destruir al gobierno de Cuba ha fallado hasta ahora, y seguirá fallando mientras sigamos en este camino beligerante que puede traer de vuelta los terribles días de la crisis de los misiles de 1962.
Una vida incitando al odio
Trabajando en contra de los intereses del país que la adoptó, la señora Ros-Lethinen ha dedicado su vida a incitar y encender las llamas del odio entre Cuba y EEUU. Ella ha hecho todo lo que ha podido para cerrar o para acabar cualquier posibilidad de diálogo, amistad y comprensión.
Mientras tanto más de 20 Estados de la Unión envían constantemente delegaciones de negocio hacia Cuba, abriendo mercados en la agricultura y en la medicina que les han proporcionado millones en ventas a estos hombres de negocios.
Con la llegada de George W. Bush a la Casa Blanca, la señora Ros-Lethinen, los hermanos Diaz-Balart, Bob Menéndez, el senador Mel Martínez y otros extremistas impusieron, a través del Congreso Norteamericano, las leyes más inhumanas, contra la familia, contra los cubanos-americanos que se hayan visto jamás. Estas leyes reestructuraron la familia cubana, pues excluyeron a tíos y tías, permitiendo las visitas solamente de los miembros más cercanos durante una semana y cada tres años, además prohibió a los visitantes gastar más de 50 dólares diarios.
Acciones malignas
Un ejemplo ilustrativo de las malvadas entrañas de los que apoyaron estas leyes fue la respuesta dada, por un alto funcionario del Departamento de Estado, durante una conferencia de prensa, cuando se le preguntó ¿qué sucedería si un cubano-americano necesitaba visitar un familiar enfermo en Cuba y el aquejado moría un tiempo después? La respuesta lo dijo todo: “ellos son los que deben decidir si visitan un familiar moribundo o si van a un funeral”, fin de la cita.
Desgraciadamente el daño y la miseria causada por estas acciones malvados, ha sido sentido también en Miami. El gran mercado de la calle 36 con sus cientos de pequeñas empresas cerró, y calle 8 sufrió daños irreparables. Lo mismo ocurrió con la agencia de viajes Concourse del Aeropuerto Internacional de Miami, que sufrió grandes pérdidas financieras y cientos de cubanos-americanos acabaron siendo mendigos de la calle 103, en Hialeah.
Solo 5 meses después de que el presidente Barack Obama quitara estas crueles sanciones, tanto los vuelos como los pasajeros hacia Cuba se han multiplicado por seis. La calle 20 que era un antro, ahora es una exitosa área de negocio de Miami, tan así que mereció salir en la revista Time. Mucho más beneficio mutuo pudiera existir si la razón y la lógica vencieran sobre el odio y la destrucción.
La persistente obsesión de Ileana Ros-Lethinen’s con Fidel Castro y con Cuba, la llevó a pronunciar las abominables palabras de “agradecería la oportunidad de que cualquiera asesine a Fidel Castro”, y a lanzar toda su fuerza política detrás del fallido intento de secuestro del niño de seis años, Elián González. El niño náufrago que vio ahogarse a su madre y a nueve amigos, y que debe haber sufrido mayor trauma que la mayoría de nosotros en todas nuestras vidas. Él realmente no recibió simple amor maternal y comodidad de esa banda.
Miles de personas en Miami le han pedido a la congresista Ros-Lethinen y al resto de la delegación de cubanos americanos en el Congreso que se centren en la crisis masiva de la vivienda que existe en la Florida, en la creación de empleos, en la crisis en la educación y la salud, en el uso abusivo de las drogas y otras decenas de problemas que tienen impacto directo en la vida de los habitantes, en lugar de lanzar su odio y frustración en cualquier lugar.
El estado de la Florida con clima similar, proximidad geográfica, lazos culturales e históricos relacionados con Cuba, debería comenzar a desarrollar la relación socio-económica, con su vecino más cercano y que será beneficiosa para ambos. Si fallamos en lograr esto sería como reconocer las numerosas debilidades que tenemos en EE.UU. comparados con Cuba, y podría, en un futuro inmediato, causar estragos a nuestra economía y a nuestras vidas, ahora que Cuba ha comenzado a abrir y expandir su desarrollo.