Raúl Castro no dejará el poder en el 2018

Vicente Morín Aguado

HAVANA TIMES – Según la percepción de los comentarios en la calle, una buena parte de los cubanos, mayoría a mi entender, repiten superficialmente que el actual gobernante Raúl Castro “dejará el poder el próximo año”. La frase obvia detalles de la Constitución vigente, soslayados intencionalmente por el sistema de propaganda política imperante en el país.

Hacer dejación de los cargos de presidente de los Consejos de Estado y de Ministros no significa, en Cuba, dejar el poder, la razón es que, atormentados por la diaria lucha existencial, la inmensa mayoría de la población se ha desinteresado de la política, actúan cual zombies. La gente no le presta atención a los artículos constitucionales que rigen su destino.

El artículo # 5, auténtica aberración en cualquier carta magna,  esencia copiada del modelo comunista soviético desaparecido, dice textualmente:

“El Partido Comunista de Cuba, martiano y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista.”

El controvertido artículo determina, en la práctica, que es el Partido Comunista de Cuba (PCC)  quien gobierna el país. Hasta el día de hoy el actual mandatario nada ha definido respecto a renunciar a su cargo principal, Primer Secretario del PCC, por  tanto, puede afirmarse que seguirá con las riendas del poder.

La estrategia parece ser delegar funciones hasta hoy concentradas en una sola persona, incluyendo al segundo al mando del binomio Partido Estado, José Ramón Machado Ventura. Raúl Castro tiene 86 años, Machado Ventura 87. Dice el argot popular que a esa edad se está para mecer sillones balances.

Figuras de buena presencia y mucho menor edad se encargarían de las tareas ejecutivas, entre las cuales destaca Miguel Díaz Canel Bermúdez de 57 años. Los abuelos no están para tanto ajetreo, pero tampoco renuncian a un poder que llaman en Cuba “histórico”, porque al decir de muchos cubanos, “ellos tiraron tiros y se lo ganaron tumbando al dictador Batista”.

La cacareada decisión de abandonar el poder es otro gesto al estilo lampedusiano, es decir, cambiar algunas cosas para realmente no cambiar nada. Ni siquiera alcanzan al ejemplo del tan proclamado en nuestro país, éxito del comunismo chino. En el gigante asiático, al menos cada diez años, cuando se produce el relevo de los dirigentes, las decisiones comienzan por el primer Secretario del Partido Comunista.
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Vicente Morín Aguado: ememultiplicada@nauta.cu