Radio y TV Martí fuera del aire

HAVANA TIMES – Esta semana sorprendió la salida intempestiva del aire de las señales de Radio y TV Martí, lo cual fue festejado en grande por el Gobierno cubano, pese a no ser un cierre definitivo.

El presidente estadounidense, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva para recortar los fondos destinados a la Agencia de Estados Unidos para los Medios Globales (USAGM, por sus siglas en inglés), que atiende a ambos medios, lo que implica el «cierre técnico» además de la Voz de las Américas, Radio Free Europe/Radio Liberty y Radio Free Asia.

Varias organizaciones defensoras de la libertad de prensa como Reporteros Sin Fronteras (RSF), el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) cuestionaron la medida.

Thibaut Bruttin, director general de la ONG (RSF), consideró «una medida que amenaza la libertad de prensa en todo el mundo» e hizo un llamado al Gobierno y al Congreso estadounidense a «respetar de inmediato la autonomía» de ambos medios.

Igualmente, el CPJ emitió un comunicado en el que instó a los líderes del Congreso de EEUU a proteger a la USAGM y tachó de «indignante» que la Casa Blanca intente desmantelar la agencia que apoya el periodismo independiente que cuestiona las narrativas de los regímenes autoritarios en todo el mundo.

Finalmente, la SIP recordó que se trata de medios que durante décadas «han sido un pilar fundamental en la difusión de noticias e información objetiva para audiencias en países con regímenes autoritarios.

Desde Cuba, el líder opositor José Daniel Ferrer dirigió un mensaje al presidente Trump, instándolo a garantizar la continuidad de Radio y Televisión Martí, a las que considera fundamentales en la lucha por la libertad y la democracia en Cuba.

«Radio y Televisión Martí son un símbolo necesario e inseparable de la causa a favor de la libertad y la democracia en Cuba. Trascienden nuestras fronteras geográficas», escribió Ferrer en X.

Por su parte, la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) expresó «profunda consternación» ante lo que considera «abandonar al pueblo de Cuba en estas circunstancias».

La FNCA en un comunicado pidió a Trump que «reconsidere esta decisión» porque considera a ambos medios la voz esencial de los cubanos, tanto para denunciar los abusos del régimen castrista como para proporcionar información veraz y empoderar al pueblo en la lucha por sus derechos.

Radio Martí nació en 1983 y trasmitió ininterrumpidamente desde 1985 hasta el pasado 17 de marzo, impulsado precisamente por el presidente-fundador de la FNCA, Jorge Mas Canosa, mientras que TV Martí salió a la luz en 1990,

Asimismo, el Consejo para la Transición Democrática en Cuba expresó su profunda preocupación por la suspensión de fondos y advirtió que esta medida representa un retroceso significativo en la lucha por la libertad en Cuba y un beneficio directo para el régimen cubano.

Tras el anuncio, sus empleados fueron colocados en licencia administrativa con goce de sueldo, pero no se les permitió entrar a las instalaciones, y la página web continuó operando, aunque con una notable reducción en el volumen de publicaciones y en el uso de imágenes de agencias de noticias, debido a la cancelación de contratos con las agencias Reuters, AP y AFP.

Hace apenas tres años 10 legisladores estadounidenses pidieron a la Administración de Joe Biden aumentar el presupuesto de Radio y TV Martí y de los programas creados con el fin de fomentar la democracia en Cuba, pero Trump lo considera una carga para los contribuyentes.

Según datos divulgados, RadioTV Martí contaba con alrededor de 100 trabajadores entre empleados federales y contratistas, y los 46 empleados profesionales registrados en nómina federal reciben salarios por encima de los 100 000 dólares anuales.

La Oficina de Transmisiones a Cuba tenía un presupuesto anual de 12 millones de dólares, tras recortes en los últimos años, y anteriormente, recibía más de 20 millones anuales del Congreso.

En particular la señal de estos medios ha enfrentado históricas interferencias por parte del régimen cubano, por lo que en la isla son prácticamente inexistentes, aunque en estos días aseguraron que superaron el millón de seguidores en Facebook y tienen millones de vistas en sus redes sociales provenientes de Cuba.

El cierre de estas plataformas ha generado un intenso debate sobre su impacto y efectividad, pues mientras algunos defienden su papel en la lucha contra la censura del régimen cubano, otros critican su falta de impacto.

Además, sus críticos señalan que son penetrados por la Seguridad del Estado (inteligencia del Gobierno cubano), y que los muchos recursos estatales que reciben contrastan con la poca eficacia comunicacional en comparación con los youtubers independientes.

Evidentemente hubo fiesta en el oficialismo con este ataque a lo que llamaron “dinosaurios del Gobierno de Estados Unidos en su política de subversión hacia la isla”.

La crisis energética y los renovables

Pero además de eso, esta semana pocas cosas se hicieron más virales que las declaraciones del director de política y estrategia del Ministerio de Energía y Minas, Ramsés Monte Calzadilla, quien llegó a afirmar que Cuba estará entre los tres primeros países del mundo en energía renovable.

Venimos de quedar completamente a oscuras luego de otro apagón generalizado por cuarta vez en los últimos seis meses por la caída del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), pero este energúmeno sigue soñando.

“Lo que nuestro país está haciendo este año, el salto que vamos a dar en energía renovable, probablemente esté entre los tres primeros países del mundo en avanzar tan rápidamente en la transición hacia la energía renovable”. Este año y el próximo, se atrevió a decir el muchacho.

Sería cosa de risa si no se tratara de un tema tan serio y sensible para la población cubana como el de los apagones, que los tienen en vilo dese hace varios años.

En ocasiones anteriores nos referimos al tema, y son bien altos los costos para la implementación de estos programas, que de hecho ya se incumplen.

Entonces, resulta ridículo que nos sigan vendiendo esa idea, que se está aplicando en otros países, pero lleva una inversión que Cuba sencillamente no puede asumir.

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