Racismo ¿invisible? en Cuba

Por Regla Ismaray Cabrera Piedra   (El Toque)

Foto: Emilio Suárez

HAVANA TIMES – “¿Y tú qué tienes hecho en la cabeza?… ”, le preguntan a ella por llevar su pelo afro natural. “El día que pruebes un/a negro/a, más nunca viras para atrás…”, comentan entre amigas. “Tenía que ser negro”, le dice una persona a otra que, al pasar por el pasillo de una guagua, la empujó sin pedir disculpas. Todas estas expresiones cotidianas, algunas más sutiles que otras, pueden escucharse en cualquier momento en Cuba.

Si bien se trata de conductas y comentarios que algunos podrían considerar de bajísima intensidad, también son resultado de la interiorización de prejuicios racistas en la población.

El racismo no tiene que ser evidente ni expresarse radicalmente en la persecución, esclavitud y exterminio de personas, estas circunstancias extremas serían solo la punta del iceberg. Lo que no vemos es lo más preocupante porque no es agresivo, se vive como parte de la cotidianidad.

Cuando intento visualizar este asunto en mi historia de vida para encontrarle sentido, rememoro mis años de estudio en la vocacional Vladimir I. Lenin. Me recuerdo rodeada de jóvenes blancxs. Me sucede igual cuando pienso en mis años en la Universidad.

Ahora me cuestiono: ¿es casual que en un país de tan diverso mestizaje hayan pocas personas negras en las aulas universitarias y en los preuniversitarios de alto rendimiento?

Cuba es una nación de convivencias, integraciones y mezclas culturales diversas que emergieron a lo largo de nuestra historia. Inmigrantes negros e ibéricos (mayoritariamente españoles), indígenas y chinos fueron entrando en la sazón de lo que hoy conforma la “cubanidad”. Bien lo dijo el intelectual cubano Fernando Ortiz: “Cuba es un ajiaco (…). Mestizaje de cocinas, mestizaje de razas, mestizaje de culturas. Caldo denso de civilización que borbollea en el fogón del Caribe”.

En un país de 11,2 millones de habitantes —reportados en 2012 por la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI)—, la composición racial está estructurada de la siguiente manera: 64,1% blanca, 9,3% negra y 26,6% mestiza.

Aunque las cifras anteriores apuntan a un predominio de la población blanca, estos resultados han sido señalados por expertos como poco fiables, dado que provienen de valoraciones de los propios ciudadanos, quienes pueden que no se reconozcan como afrodescendientes, aun siéndolo.

Mientras, un estudio genético llevado a cabo por el Centro Nacional de Genética Médica en 2018 concluyó que todos los cubanos son mestizos, independientemente del color de la piel. El estudio ratifica que, en escala porcentual, el origen se estructura de la siguiente manera: 2% asiáticos (China), 8% aborígenes (poblaciones mesoamericanas y suramericanas), 20% africanos (principalmente de Benín, Nigeria, Camerún, Gabón y Angola) y 70% europeos (predomina España y algunas partes de Italia).

Sin embargo, estas cifras no son suficientes porque no nos dicen nada sobre lo que significan a la luz de la realidad cubana actual, tampoco nos hablan de la connotación que revisten y de lo que representan. Por ejemplo: ¿qué relación guardan con la diferenciación social existente según colores de piel? Silencio absoluto.

El hecho de que no se reconozca el problema es uno de los mayores desafíos. En el Informe presentado por Cuba en agosto de 2018 en la Tercera Reunión de la Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo de América Latina y el Caribe, se asegura que el término “afrodescendiente“ es ajeno a nuestra realidad.

Se ignora así el bagaje intelectual que existe sobre el tema, mediante el que se ha defendido la causa antirracista, así como también se deslegitima el reconocimiento identitario de grupos poblacionales que sí se reconocen como tal.

“Si negamos la existencia del tema y las insuficiencias sociales que lo alimentan, entre nosotros, estaremos comprometiendo, no solo el futuro de los aún discriminados, sino de toda la sociedad cubana. Pues el tema racial continúa siendo uno de los más complejos, desafiantes y desatendidos de nuestra realidad social actual”, asegura el investigador y analista político Esteban Morales.

Cuba tiene méritos en torno a la lucha contra el racismo que deben ser tenidos en cuenta en la positiva contribución al problema, pero no por ello debemos darlo por superado, como se empecinan en demostrar los funcionarios desde la agenda gubernamental.

El racismo viene constituyendo ese “gran desconocido” por la invisibilidad del tema. El informe anteriormente citado lo demuestra.

En ese mismo documento se arguye que la legislación cubana vigente condena y sanciona todo acto de discriminación racial contra personas, grupos de personas o instituciones. Pero la realidad sigue siendo otra. La falta de estadísticas es un problema latente del que se sirve este informe para diluir datos desactualizados y negarlo, borrando así toda huella de la existencia de minorías étnicas.

Al referirse, en algunos casos, a “cubanos que tienen color de piel no blanca” se produce la omisión expresa de una etnia que tiene nombre propio, además de que no existe un análisis de minorías sociales porque se declaran inexistentes.

Mujeres y hombres, negrxs y mestizxs, entran todxs en el mismo saco roto, malamente tejido con parches que intentan disimular una supuesta igualdad.

La ecuación entre los resultados desactualizados de un censo que carece de un análisis más profundo sobre la problemática racial y las evidencias reales que la ratifican, hasta ahora, no han tenido una solución. Y no es tan sencillo como despejar una variable en una fórmula matemática.

Es preciso cambiar la ecuación enfocando el problema con lupa, de manera que nos permita ver que nuestro ombligo no carece de imperfecciones, que los supuestos “vestigios de discriminación racial” que cita dicho informe, tienen mayores dimensiones de lo que se cuenta.

 

3 thoughts on “Racismo ¿invisible? en Cuba

  • El tema del racismo en Cuba es muy complejo, en ocasiones nace desde adentro del individuo de una raza u otra, es otro problema dentro de la gama de situaciones que existen en el país.

  • Tema muy interesante y polémico este que traes hoy y como dijo un forista, anteriormente, tiene muchas aristas. Por tanto, abordaré –según mi experiencia personal- algunas de ellas. Es cierto que en la sociedad cubana existen muchos prejuicios con relación al tema racial, pero ¡Ojo! Aquí todo el mundo “le aguanta la pata a la vaca”; tantos los –supuestos- “blancos”, como la personas incluidas en colectivo de mestizaje en toda su gama de colores. Existe una tendencia a victimizar a las personas no blancas (y aclaro que soy de piel negra). La –llamada- “revolución” cubana, ha tenido cientos de fallos, pero si tuvo un acierto -al menos estructuralmente y, al principio de su existencia; fue ofrecerle la oportunidad a los negros –véase capas bajas de la sociedad- y sus variantes para estudiar para a fin de su superación para mejorar su estatus como grupo social. Pero ¿Cuántas personas negras o mestizas aprovecharon esta oportunidad? Lamento decir que muy pocas. Mi negra familia, ya antes de la revolución; y con mucho trabajo, no lo niego; supo ocupar un lugar digno en la sociedad de entonces. Yo no la viví porque nací después, pero mis hermanas mayores y mis padres; sí me contaban de sus éxitos y de cómo nunca se sintieron discriminados ¿Saben por qué? por algo que nos enseñaron muy bien. No tener en cuenta como un “hándicap” el color de nuestra piel, sino procurarnos por ser mejores personas en la vida. Desde que tengo uso de razón, esa ha sido mi premisa y así he cosechado amigos –los cuales conservo hoy día- de todos los pigmentos. Porque siempre he dejado claro que soy, sobre todo, un buen ser humano. Mi vida ha estado marcada por el adjetivo ÙNICO: en la universidad estuve entre los poquísimos negros que estudió Periodismo, he sido de los pocos que abrazó al Rock como bandera, ha sido un hombre de cultura amplía y siento pasión por la música clásica y el Rock, el teatro, el ballet, la literatura, la poesía… (sin complejos de que me vean) y hoy día; en el extranjero donde radico, soy el único de mi raza y origen latino quien trabaja como Lector (Profesor) en una universidad privada. Pero ¿saben qué? Ahora que vivo por más de 20 años en un país europeo, capitalista y “reservorio” de personas rubias y ojos azules (prácticamente el 90% de la población) ésta marcada diferencia la veo como algo favorable y de lo cual me siento orgulloso porque JAMÀS he sentido complejo por lo qué (y cómo) soy, porque el concepto de raza jamás ha tenido valor para mí: pues me considero, simplemente: CIUDADANO del MUNDO y quien yo no le guste, simplemente. Se lo pierde. Es su problema. El Lapón Libre.

  • Tienes toda la razón Lapón, las mismas personas se discriminan, se es ser humano antes que nada, y somos seres individuales. La colectivización ha hecho mucho daño en todo. Hay que separar a cada persona, darle una voz y dejar que se desarrolle por si misma. He escuchado discriminación a los blancos a menudo: “el blanquito ese”, “los blancos son mala hoja”, etc, etc. Los negros no son superiores en el sexo ni los mejores, es un mito que ellos han inventado, otra de las mentiras para no sentirse relegados por los blancos. Es cierto, nadie esta libre de la mezcla de razas que ha habido en Cuba. Yo tengo de españoles y de chinos. Se habla de la influencia de la cultura negra, pero dejan de lado la mayor que es la española. La religión yoruba se ha cambiado y actualmente se encarga de estafar a la gente inocente, sacarles dinero, y quien tiene la culpa: personas casi todas negras, que son sus mayores practicantes. Ese hecho no se puede negar.

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