¿Qué son nuestros líderes: políticos o alquimistas?

Por Osmel Ramírez Álvarez

El mercado San Rafael de La Habana.  Foto: Juan Suárez

HAVANA TIMES – La política es un oficio de carácter público. Un gobernante local, regional o nacional no debe ser más que eso, un servidor público, alguien en quien el pueblo delega una función con determinado poder, un administrador, como acertadamente se le dice en los EUA.

Pero en Cuba es diferente, los dirigentes no son políticos ni administradores con delegación popular, sino “cuadros” seleccionados por el Partido Comunista, según sus métodos de captación. Es a lo que llaman “política de cuadros”.

De ahí proviene Díaz-Canel, de la política de cuadros del Partido Comunista. Raúl lo contó públicamente en la Asamblea Nacional mientras explicaba sus “virtudes” y el largo proceso de captación que lo llevó a ese importante cargo de “confianza” del Partido. No fue elección, aunque hubo una votación formal de los diputados previamente seleccionados, también por el Partido. Un verdadero círculo vicioso de autoselección y captación.

Miguel Diaz Canel, cuando fue proclamado el nuevo presidente de Cuba, con el saliente Raúl Castro, todavia el líder del todopoderoso Partido Comunista de Cuba.

Por eso el flamante presidente, que es más joven, sin el apellido Castro, que exhibe a su esposa como primera dama y emite comentarios por Internet a través de la red social Twitter, trata de dar la apariencia de renovación, de modernidad y hasta de posibilidad de cambios (sin importar que diga que su misión es “la continuidad”).

Incluso para hacerlo “popular” les han planificado varios viajes a provincias, con contactos populares y las cámaras de TV enfocadas en él. Con mucha cobertura de su actividad, como un presidente en acción y con nuevos bríos. Es la imagen que nos venden.

Pero más allá de lo superfluo, lo que importa es lo que pretenden con su proyecto-país y qué resultados tienen. Y en eso la cosa anda muy mal, da la impresión de que quieren convertir el barro en oro, cual si fueran alquimistas medievales. La situación de crisis se agudiza, la economía prácticamente no crece, las inversiones extranjeras no llegan al nivel necesario y los cubanos siguen emigrando en masa. Sin embargo, desde el Gobierno insisten en que van por el camino correcto.

La reciente pifia del presidente en Twitter, donde se le ocurrió usar una frase de Fidel para su imagen de “continuista” y mencionaba que “no solo de pan vive el hombre”, es evidencia de muchas cosas. Fue una torpeza en medio de una crisis de carencia de pan en todo el país, (entre otros alimentos) y también una muestra del desfasaje de nuestros líderes con la realidad que vive el pueblo. Fue como “pasar el dedo por la llaga”. Hubo mucha reacción en las redes sociales.

Igualmente, la firma de un Decreto-Ley como el 349, apenas tomó posesión, que se lo entregaron como herencia, lo pone en entredicho. Una verdadera “papa cliente” en manos del novel mandatario, que subestimó la fuerza que ya tiene nuestra aún incipiente sociedad civil. Lo mismo sucedió con el intento de diezmar al máximo posible el desarrollo de los sectores más emprendedores dentro del cuentapropismo.

Esos que son las reservas de eficiencia de la sociedad, aún sin un espacio de desarrollo, sin un marco legal, con reglas que ilegalizan su crecimiento o lo hacen irrentable, y con licencias de cuentapropistas funcionan como pequeñas y medianas empresas.  Se vieron obligados a retirar las medidas más asfixiantes. Y en ese contexto de “echa para delante y echa para atrás” informan un microscópico crecimiento económico del 1%.

Cafeteria particular. Foto: Juan Suárez

El Mariel es una inversión suicida sin quitar el embargo-bloqueo, que además involucra una deuda con Brasil, donde ya no gobiernan los amigos; la caña de azúcar con rendimientos de 28 toneladas por hectárea, y para que dé resultado tiene que pasar de 50; la agricultura no respondió ni responderá a las inversiones millonarias por el exceso de burocracia de las empresas estatales mediadoras; y ahora perdieron miles de millones que ganaban con los médicos alquilados en Brasil, con dificultades para reubicarlos en otros países bajo igual trato, ya que es catalogado como semiesclavitud y tendría un tremendo costo político para el gobierno receptor. Venezuela en crisis tampoco rinde como antes, es un modelo de economía muy débil, que depende de la política.

Es en ese escenario dantesco, fruto de una pésima estrategia llamada “continuidad”, que se debate el nuevo proyecto constitucional. Que sin duda es parte de esa misma estrategia fracasada de la continuidad. Obama dio un sabio consejo para ambos lados del Estrecho de la Florida, más o menos así, “si queremos tener resultados diferentes hay que hacer las cosas de manera diferente”. Pero nadie lo escuchó y por eso estamos como estamos.

Persistir tras 60 años en lo mismo con lo mismo, en que tienen que funcionar las empresas estatales socialistas centralizadas y regidas por un plan estricto, mientras frenan al sector privado y cooperativo, es más que “tozudez de gallegos”, como se dice en la calle: es puro intento de hacer “alquimia política” en pleno siglo XXI. El barro nunca será oro. Y mientras el país sigue cayéndose a pedazos en forzada espera a que reaccionen los que detentan el poder, o cedan el timón a otros que lo hagan mejor, ¡pobrecita Cuba!

Osmel Ramirez

Soy de Mayarí, un pueblecito de Holguín. Nací el mismo día en que finalizó la guerra de Viet Nam, el 30 de abril de 1975. Un buen augurio, ya que me identifico como pacifista. Soy biólogo pero me apasionan la política, la historia y la filosofía política. Escribiendo sobre estos temas me inicié en las letras y llegué al periodismo, precisamente aquí en Havana Times. Me considero un socialista demócrata y mi única motivación comunicacional es tratar de ser útil al cambio positivo que Cuba necesita.

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3 thoughts on “¿Qué son nuestros líderes: políticos o alquimistas?

  • A este artículo le venía bien igualmente el nombre /Pobrecita Cuba\, con que termino. Pero quise resaltar lo de la alquimia, porque cuando los oigo hablar, especialmente a Homero Acosta que es el dueño del micrófono ahora, solo pienso en los alquimistas queriendo convertir el hierro en oro. Y aprovecho para rectificar que es hierro en oro, no barro en oro, lo que preferí poner barro porque el hierro es más valioso que el oro en el plano práctico. Y no cuadraba, lo que ellos quieren hacer que funcione es barro, no hierro. Ojalá pudiera compararlo con el hierro, solo se puede en lo duros que están para despegaslo, jj.

  • fiel retrato de la democracia cubana y a donde nos conduce

  • Cuidado Osmel, puedes caer en la nueva categoría fascista de los “ cubanos mal nacidos”. Nadie sabe, a lo mejor este año empiezan las razias contra ellos. Feliz Año Nuevo.

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