¿Qué puede esperar la comunidad afrocubana de la oposición y el exilio?

Por Yusimí Rodríguez López  (Diario de Cuba)

Santiago de Cuba.  Foto: Vivienne Maricevic

HAVANA TIMES – La muerte del afroamericano George Floyd debido a un uso excesivo de la fuerza por parte de un policía blanco, y las posteriores protestas del movimiento Black Lives Matter y de muchas personas indignadas por el hecho, han generado polémica entre los cubanos en las redes sociales.

Algunos de los comentarios vertidos obligan a preguntarse si el racismo, que el Gobierno de la Isla no ha tenido voluntad real de eliminar en 60 años, está igual de presente en la oposición y el exilio cubanos.

Días atrás, Juan Antonio Madrazo declaraba a DIARIO DE CUBA que “durante mucho tiempo, los cubanos de la otra orilla han sido indiferentes a la causa de la comunidad política afroamericana y esto responde al propio imaginario racista de gran parte de nuestra diáspora”.

Eliécer Ávila, fundador del movimiento opositor Somos+ y exiliado desde 2017, parece darle la razón al sugerir, en un debate con un joven llamado Sandor Valdés, que si el índice de desempleo de los afroestadounidenses en los últimos 60 años siempre ha sido el doble que el de los estadounidenses blancos (dato que fue aportado por el interlocutor de Ávila) se debe a su falta de voluntad para trabajar.

“Yo pensaba que era más, porque desgraciadamente no tenemos las estadísticas para comparar la voluntad de trabajo de los blancos con la voluntad de trabajo de los negros”, dijo Ávila. “La experiencia que yo tengo, que he trabajado con ambos, es que yo pensaba que era como ocho veces superior (el índice de desempleo de los afroamericanos con respecto al de los norteamericanos blancos)”.

Respecto a los siglos de esclavitud, discriminación y segregación que sufrieron los afroamericanos, Ávila afirmó: “Si estoy esperando cien años para poder trabajar, porque yo quiero trabajar, y tú mañana apruebas la ley, yo pasado mañana trabajo”.

Sobre este debate, al igual que sobre la muerte de Floyd y las protestas que provocó, hay opiniones divididas. Muchas personas han calificado a Ávila de racista y otros se han manifestado de acuerdo con sus declaraciones.

La activista Liu Santiesteban calificó de “valientes” las declaraciones del líder de Somos+ en un post que respondía una crítica de la artivista Tania Bruguera por las afirmaciones de Ávila en cuanto al desempleo de los negros en Estados Unidos.

“Decir que el problema de la raza en Estados Unidos es que los negros son vagos, cito ‘que es su culpa que no encuentran trabajo’, es de una ignorancia política sin precedentes y es el argumento de los blancos racistas”, había escrito Bruguera.

Recordemos que el fundador de Somos+ pretendía postularse —antes de exiliarse— como candidato a delegado de circunscripción, y se sentía con posibilidades de ganar. En ese futuro democrático que aún parece lejano para nuestro país, podría tener la muy legítima aspiración de ocupar un cargo político.

Teniendo en cuenta sus declaraciones sobre los afronorteamericanos, ¿qué podría esperar de él la comunidad afrocubana? ¿Podría aspirar a un compromiso por su parte para solucionar las inequidades raciales que el castrismo ha sido incapaz de resolver? ¿Si Eliécer Ávila minimiza los efectos de siglos de esclavitud, discriminación y represión que han sufrido los negros en Estados Unidos, cuál será su opinión sobre los efectos de la desigualdad que han padecido y aún padecen las personas negras en Cuba?

¿Racismo o desconocimiento?

También ha sido polémico el rostro pintado de negro del influencer Alexánder Otaola, aunque la imagen corresponde al año 2017, cuando imitó al reguetonero Chocolate y este lo amenazó con demandarlo.

Pero ante tantas blackface que han inundado las redes sociales a raíz de la muerte de George Floyd, en muchos casos con la intención de mostrar solidaridad, su cara pintada de negro también salió a relucir y fue considerada por algunos como una expresión de racismo.

Aunque es cierto el argumento de Otaola de que en Cuba la cara pintada de negro se usó dentro del teatro vernáculo para interpretar al personaje del negrito, junto al gallego y la mulata, es importante saber que este maquillaje teatral fue prohibido en Estados Unidos en la década de los años 60 de siglo pasado, pues contribuía a la burla y a fijar estereotipos negativos sobre las personas negras.

La acción de Otaola muestra al menos una falta de conocimiento que resulta desafortunada en un influencer con tantos seguidores entre los cubanos.

Por su parte, el coordinador de Candidatos por el Cambio (CxC), Juan Moreno, afirmaba en recientes declaraciones a DIARIO DE CUBA que la Policía cubana “reprime sin distinción de raza”.

Sobre el impacto de las medidas del Gobierno para enfrentar la pandemia del coronavirus, el opositor dijo que iban “más allá del color de la piel”.

Sus afirmaciones contrastan con el Informe de País presentado recientemente por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en el que se llama la atención sobre la desventaja de los cubanos negros y mestizos en cuanto al acceso a agua potable y vivienda, ya que “las personas afrodescendientes que residen en condición de hacinamiento severo, es decir, donde en promedio hay más de cinco personas por dormitorio, son más del doble que las personas no afrodescendientes en esta condición”.

Más que descalificar como racistas a nuestros compatriotas opositores, exiliados y activistas, a los cuales nos une el anhelo de democracia para Cuba, tendríamos que preguntarles a los distintos partidos y organizaciones de la oposición si tienen consciencia de las desigualdades raciales en Cuba, y si la erradicación del racismo forma parte de sus planes para sacar adelante el país en un futuro sin dictadura.

Lo que está sucediendo en Estados Unidos —una nación democrática, aunque no perfecta, donde un hombre negro ganó la Presidencia dos veces— demuestra la importancia de erradicar a fondo cualquier forma de discriminación. Incluso si es la izquierda castrochavista la que está detrás de los actos vandálicos en que han derivado muchas protestas tras la muerte de Floyd, como han publicado algunos medios, esa izquierda se habría aprovechado de las tensiones raciales que aún persisten en aquel país.

 

 

2 thoughts on “¿Qué puede esperar la comunidad afrocubana de la oposición y el exilio?

  • El racismo es de las razas, los chinos no quieren que las demás etnias se mesclen con ellos, los negros no quieren que los blancos se mesclen con ellos, los blancos no quieren que se mesclen con ellos, los musulmanes no quieren que se mesclen con ellos, entonces quien es el racista, la sociedad, las personas por separado, los gobiernos, o todo es un problema de intereses

  • Interesante como ahora se llaman los negros cubanos: afrocubanos. Hasta eso se quiere copiar de los Estados Unidos.

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