¿Qué hacemos ahora en Cuba?

Manifestación pública frente al Capitolio de La Habana, 11 de julio de 2021. EFE

El punto número uno en la agenda de cada grupo opositor, de cada activista, podría ser el apoyo a los presos políticos y por tanto el fortalecimiento nuestro, de la gente.

Por Yania Suárez (Diario de Cuba)

HAVANA TIMES – La parte incompleta del vaso es que existe una dictadura capaz de acosar, golpear, encarcelar y matar con tal de mantener el poder. Su objetivo inmediato es recuperar el miedo que le teníamos. Últimamente suma a la represión directa la publicación de nuevas leyes que amenazan con castigarnos si llamamos a una manifestación o insultamos al poder. Leyes innecesarias o reiterativas; hechas para asustarnos.

La parte llena del vaso es que ya lo sabemos. El mismo movimiento que ha empujado al pueblo al mundo de la oposición (donde la violencia autoritaria es la realidad) ha propiciado también su conciencia. Ya no hay espacio para la ingenuidad, fingida o ingénita. Ya un estudiante universitario (por lo demás socialista) publica las palizas que vivió en la cárcel; una madre humilde sabe que encarcelan a su hijo discapacitado y además le niegan el tratamiento; una adolescente que invitó a sus amigos a protestar en las calles es procesada como una delincuente.  “Estamos dispuestos a todo”, dijo el funcionario dictador el 11 de julio y ha sido minucioso en el agotamiento de esa totalidad.

Pero hay una parte llena de vaso y es de la que quiero hablar ahora: en el vórtice de la rebeldía y el castigo han salido líderes espontáneos movidos por la conciencia que ya tenemos. Algunos hablan como activistas de toda la vida: una muchacha en Matanzas quiere ser youtuber porque le preocupa demasiado la situación. Un médico en Las Tunas pierde el miedo y nos cuenta las penurias del precario sistema de salud cubano… No les son extrañas las palabras “dictadura”, “represión” y “comunismo”  (de la manera en que se entiende en el exilio).

El régimen, por su puesto, quiere impedirlos. Es el pulso que libramos ahora en Cuba: por un lado los cubanos queriendo avanzar hacia la libertad que probamos en las calles, por el otro la dictadura dispuesta a todo. La pregunta es en este punto, después de la primera gran batalla es: ¿qué hacemos ahora? Ambos bandos deben reorganizarse. El poder ha tomado sus provisiones, pero, ¿qué hacemos nosotros, la gente?

Por mi experiencia en el activismo creo que debemos apelar a la estrategia que mejores frutos ha dado a la oposición: apoyar a los otros. La solidaridad. Práctica difícil de ejecutar porque, también, es el principal objetivo de la Seguridad del Estado, que busca minar cualquier alianza y crear todo tipo de malquerencias, pero que si se consigue jugar bien, dará resultados extraordinarios.

He tenido la oportunidad de ver el nacimiento de varios activistas (entre ellos, Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel Osorbo) y puedo decir que, más allá de su arrojo personal, no hubieran llegado tan lejos sin la conciencia de que habría un grupo de amigos en las afueras de la estación policial dispuestos a elevar todo lo posible el costo político de su encierro cuando los detuvieran.  La organización más fuerte de la oposición de las últimas décadas surgió de la solidaridad. Tan exitosa fue que consiguió hacer acciones de calle cuando a nadie se le permitía imaginar siquiera. También logró que el régimen sustituyera la práctica de aplicar largas condenas a los disidentes por la de las detenciones repetidas pero cortas: todo para no dar tiempo a que unas mujeres resolvieran vestirse de blanco y salir a protestar por la 5ta Avenida.

Observa Erik Jennische que pocos años después de la Primavera Negra, cuando encarcelaron a 75 disidentes con el fin de menguar el movimiento democrático, el régimen se encontraba con más o menos la misma cantidad de opositores en la calle que antes, más el enorme problema de las Damas de Blanco sin resolver. Quizás ha sido la derrota más importante que ha sufrido la dictadura: la creación de las Damas de Blanco los puso ante una espiral desesperada donde cada vuelta de la represión grosera que ejecutaran iba a repercutir en su contra. Ellos mismos estarían fortaleciendo a la oposición si seguían encarcelando en masa a disidentes. Las Damas se alimentaron de la crueldad del régimen.

La crueldad del 11J también pude ser aprovechada. Muchas familiares de estas víctimas ya hacen denuncias públicas y ganan la conciencia de que es mejor encarar al abusador que obedecer callados su chantaje. Pudieran organizarse. Pero incluso si esto no ocurre: desde la sociedad civil pueden surgir iniciativas solidarias hacia los cientos de presos políticos con quienes el régimen quiere escarmentarnos. Similar a la iniciativa desaparecidos#SOSCuba, que cuenta a las víctimas del 11J y les brinda consejo legal, puede haber proyectos que se dediquen a ofrecer apoyo material a las familias (con colectas surgidas de la sociedad civil), a visibilizar cada uno de los casos, a presionar con acciones concretas para su liberación —como la marcha que anunciara el dramaturgo Yunior García Aguilera—.

El punto número uno en la agenda de cada grupo opositor, de cada activista, podría ser el apoyo a los presos políticos y por tanto el fortalecimiento nuestro, de la gente. Será una utopía, pero me permito soñar con que un día ese apoyo sea tan orgánico que el régimen termine en una espiral desesperada donde cada vuelta de su represión grosera se torne en su contra.

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One thought on “¿Qué hacemos ahora en Cuba?

  • A raiz de las protestas el Presidente del Parlamento Europeo, en su tuitter en ingles pidio la liberacion inmediata de Bertha Soler, mientras ella en su twitter pedia la liberacion de los que habian sido detenidos en las protestas. Me parece una instrumentalizacion mas de las Damas de Blanco quienes, en mi opinion, no han sido apoyadas por el Vaticano como se merecian. Como tampoco las protestas cuando el Papa desde su ventana dijo “Paz”.
    Los anticlericales son tambien personas con creencias religiosas, pero prueban desconfianza y desdeno por el comportamiento del clero y se oponen a la injerencia del clero en la vida politica, social y cultural de la nacion.
    Pienso que los cubanos tenemos mas que razones fundadas para ser anticlericales y al mismo tiempo defender la libertad de culto.
    Como desde hace decadas el caso Cuba ha sido tan instrumentalizado por los partidos politicos de derecha y sobre todo de izquierda, pienso que es hora de pedir audiencia a los Jefes de Estado Europeos, esos que representan los valores europeos, principalmente el Rey de Espana y el Jefe de Estado italiano. Es necesario pedir ante el Palacio de la Zarzuela en Madrid y el Palacio del Quirinale en Roma, ser escuchados. La oposicion cubana esta con los valores de occidente, la oposicion cubana no es antiyanquista ni antioccidental. Me parece que la UE apoyando el gobierno comunista de Cuba va contra sì misma.
    Vista la ola antiliberal en el continente Americano, apoyar a la oposicion cubana significaria que por primera vez realmente Cuba se convirtiera en “un faro de luz hacia el continente.”
    Por ejemplo: ahora mismo en Mexico el gobierno decidio sustituir un monumento de Cristobal Colon, acto populista que demuestra una abismal ignorancia. No es quitando un monumento de Colon que se resuelve el racismo en Mexico hacia los pueblos originarios.
    Respuesta UE a periodista libre y abogado libre cubanos: “El Servicio de Acción Exterior de la UE, Jonathan Hatwell reconoció que no existe una solución fácil a los problemas de Cuba, ya que estos son “endémicos y muy profundos como para que haya soluciones rápidas”
    Soluciones rapidas obviamente no, pero posiciones inmediatas por parte de la UE seria una demostracion al mundo que se mantiene fiel a sus propios valores como dice de serlo. El comunismo no fue tratado como endemico en los paises del Este por parte de Europa Occidental, y no es etico que lo trate como endemico en Cuba.
    Aqui el link https://www.diariolasamericas.com/america-latina/denuncian-represion-del-regimen-cubano-eurocamara-n4231354

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