Putin y la imagen de Rusia que nos están regalando

Vladimir Putín y Raúl Castro. Foto: Presidentes Putin y Castro. Foto/archvo: aporrea.org

 

HAVANA TIMES – La prensa estatal cubana, única permitido, se empeña en el oficio de limpiabotas, al lustrar un resultado electoral esperado, que confiere al nuevo zar de Rusia seis años más de mano dura, según su peculiar manera de interpretar la democracia.

Lamentablemente, los  habitantes del secular imperio euroasiático están acostumbrados a los ukases . Desde el exterior la alternativa rusa a los estadounidenses trae algunas felicitaciones.

Los mensajes de congratulación publicados en Cuba coinciden en un punto al alabar la gestión mañosa de Putin, alternando con Dimitri Medvedev su condición de presidente con la de primer ministro, a punto de redondear 24 años de gobierno casi absoluto: Se habla únicamente de Poder, en especial poderío militar hasta el sin límite de las ansias no satisfechas de sus aduladores.

Evo Morales ha dicho: “Rusia respeta la dignidad de los pueblos y garantiza el equilibrio geopolítico y la paz mundial ante la arremetida del imperialismo.”  Las misivas entusiastas de otros mandatarios no precisan comentarios, basta considerar  los sistemas políticos que les sustentan, por ejemplo, China, Venezuela, Irán, Kazajstán, Siria, y…Cuba.

Nadie lo duda, desde el Kremlin se maneja el mayor arsenal de armas de destrucción masiva del planeta. La desaparecida Unión Soviética llegó a fabricar unas 16 mil ojivas nucleares, el doble que Estados Unidos, con el objetivo de obtener una paridad estratégica aproximada.

Ante la imposibilidad de implementar el extraordinario despliegue de su armamento tal y como lo hace Washington a través de su sistema de alianzas, sustentado por un poderío económico del que carece Moscú, la solución primera devino en más ojivas impulsadas por cohetes de largo alcance.

Conquistar Rusia es imposible, otra cosa es ejercer su poderío lejos de sus fronteras.  No por gusto el experimentado Winston Churchill le comentaría a Stalin en el invierno de 1942, cuando visitó la capital soviética, asediada por la Wehrmacht: “Ustedes son animales terrestres, nosotros animales marinos.”

Otra respuesta hábilmente utilizada por Putin antes de las votaciones ha sido resaltar su novedoso sistema de defensa antimisiles, lógica alternativa ante las limitaciones expuestas.  Salvado el orgullo imperial, reprimida la oposición interna, y explotando hasta el peligro de una catástrofe ambiental la mayor producción mundial de combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón), la “victoria” del pasado 18 de marzo era asunto resuelto.

Lo curioso es constatar la buena fe con que juzgan a este Vladímir “Ilich” del tercer milenio los altos representantes de la nueva izquierda internacional, especialmente los mandatarios latinoamericanos. La imagen que nos regalan olvida  deliberadamente la historia:

Las guerras ruso finesas  terminaron con la conquista del 10 % de Finlandia, incluida su segunda ciudad en importancia, Viipuri, rebautizada Viborg. (Década del 40 del pasado siglo) Precisamente en 1940 Stalin decidió la anexión de las tres repúblicas bálticas, acción nunca aceptada por la comunidad internacional. El colmo fue el alevoso reparto de Polonia entre la URSS y Alemania al comenzar la Segunda Guerra Mundial.

Los remanentes de la persistente política imperial rusa se viven hoy en Ucrania. Como si se tratara de un trozo de pastel, el ucraniano Nikita Krushov regaló Crimea a la administración de su tierra natal y, ni corto ni perezoso, César Putin recuperó el tajo cercenado, aprovechando la mayoría de rusos hablantes que habitan la estratégica península del Mar Negro.

¿Quién garantiza las buenas intenciones de la segunda potencia militar del mundo?  Rusia y China hacen frente a la hegemonía estadounidense, así mismo Estados Unidos y China frenan los excesos de un poder emergente que resurge armado hasta los dientes y, no olvidar a China invadiendo Viet Nam, luego ocupando el Tíbet, Estados Unidos y Rusia intentan un PARE a los apetitos de Pekín.

Queda, sin embargo, el mayor de los olvidos si de la imagen rusa se trata, este 19 de marzo el articulista Rodolfo Bueno firmó el siguiente resumen apologético en Granma, matutino impreso de los comunistas cubanos:

“El meollo del éxito de Putin consiste en ser el porta estandarte de la ideología rusa, que restaura los más altos valores nacionales, morales, religiosos, culturales, artísticos y filosóficos que desde siempre constituyeron la civilización rusa.”

Es motivo de admiración la pléyade de aportes rusos, en general del universo eslavo, a la cultura universal, pero tratándose de un mensaje publicado para los cubanos, hay cifras elocuentes:

Forbes informa (año 2015), que de 1426 multimillonarios (billionaires) reconocidos en el único espacio habitado del sistema solar, Estados Unidos contaba con 442, China 122 y Rusia iba tercera con  110.

Uno de tales nuevos ricos, Román Abrámovich, propietario del Chelsea Futbol Club, y amigo personal de Yeltsin y del recién electo presidente Putin, no tenía un Kopek en 1991 cuando se disolvió la URSS. En la actualidad su fortuna sobrepasa los 8 mil millones de dólares, mucho más que el muy comentado caudal de Donald J. Trump.

Amañadas, acompañadas de la anulación de sus posibles rivales por medio de una bien calculada represión, al menos los rusos votaron por uno de entre varios candidatos a la máxima magistratura de su país.

¿Con cuál Rusia nos quedamos? ¿La de las 16 mil ojivas nucleares o la del propietario del Chelsea Futbol Club?

 

Vicente Morín Aguado: [email protected]

2 thoughts on “Putin y la imagen de Rusia que nos están regalando

  • Sálvese quien pueda.

  • La Rusia de hoy se parece bastante a la Alemania antes de Hitler: chauvinismo, nacionalismo, racismo y discriminacion contra quienes fueron sus hermanos cuando la URSS, ocupación y amenazas a territorios vecinos, adoración por un caudillo y necesidades economicas acumuladas. Excelente caldo de cultivo

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