Porque me importa el día de las Madres

By Helson Hernández, Fotos: Caridad

HAVANA TIMES, 7 mayo — El segundo domingo de mayo es el día de las Madres, al menos en mi país que es Cuba, digo esto porque en argentina también tengo queridísimas madres, y dicha fecha se celebra en octubre, que coincidencia, porque a diferencia del mes, en ambos lados del mundo es la primavera…

Quizás no nos hayamos percatado de que la primavera es húmeda, como nuestros ojos cuando recordamos a mamá si ya no está cerca, o sencillamente cuando está junto a nosotros pero quizás no como queremos, o tal vez porque nuestros ojos son tan sensibles como el acto mismo del amor y se humedecen sencillamente por la emoción de verla o pensar en ella.

También la primavera deja ver la más hermosa expresión de las flores, que casi siempre florecen en esta época porque  a lo mejor esperan ansiosas por alguien que las elija con la iniciativa de ser ese el regalo más natural y sincero para mamá.

En fin, las madres pueden tener un día en el año, pero nosotros las tenemos toda una vida desde que ellas mismas nos soportan en su vientre y ponen toda su fuerza para que veamos la luz… Cómo entonces no felicitar a todas las madres de ustedes, mis grandes o pequeños amigos, o a ustedes mismas las que ostentan esta condición.

Gracias a la vida que me ha dado tanto, pero mas que nada, personas maravillosas, algunas mas cercanas otras mas distantes, con defectos y virtudes, pero son ustedes los que elegí o la vida eligió, para compartir mi existencia.

Entonces no puede pasar desapercibido un día como este en que gritemos con más fuerza que el resto del año, ¡Felicidades Madre!, porque fuiste tu quien nos diste la posibilidad de llegar, de conocer al amigo que hoy tenemos, de amar a la pareja que está a nuestro lado, felicidades madre porque tú trajiste al mundo a todos esos seres que hoy conozco y me apoyan en mis días difíciles, en mis locuras, en los ratos de placeres y alegría…

Sé que habrá quien hoy no pueda verle para celebrarla físicamente, pero ella si estará con nosotros aunque por un instante lo dudemos, porque habita en la sangre que nos transita, en el alma, en cada imagen de nuestra memoria, cómo no estar con nosotros, si llevamos en cada pedazo nuestro, su eterna huella.