Período especial en Cuba: que viene el coco

Por Ernesto Perez Castillo  (Progreso Semanal)

La bicicleta fue un símbolo de los años más duros del “Periodo Especial” en Cuba.

HAVANA TIMES – Un fantasma revolotea otra vez sobre La Habana y sobre la Isla toda: el fantasma del regreso al Período Especial. Primero desaparecieron los huevos, después la harina y el pan, luego el aceite de cocina. Enseguida el pollo y, tras él, el resto de los cárnicos en unas tiendas que, de todos modos, nunca han estado sistemáticamente surtidas, con lo cual nadie en particular quedó sorprendido.

Pero antes, muy antes que todos ellos y en silencio, sin que nadie dijera nada, poquito a poco fue desapareciendo de todas las bodegas el arroz. Hablo del arroz brasilero, del guyanés, del uruguayo: todos esos arroces importados entre los que podías elegir a cuál mejor, de los que hasta esta mañana no queda un grano y solo se consigue el arroz de Vietnam.

En medio de todo es curioso que, mientras la gente que puede y lo encuentra, compra los pollos por cajas, por montones, cuantos mases mejor, a nadie le ha ocurrido comenzar a acaparar el arroz, como dando por sentado que el grano no se va a acabar nunca.

Eso para hablar de la comida, porque otro asunto que pone los pelos de punta es levantar por un solo segundo la mirada del mercado y poner los ojos en la puerta de la farmacia de la esquina: hay tanta cola para el pollo que no aparece como para las medicinas que no llegan. Solo en el año anterior, los medicamentos imposibles de conseguir oscilaron entre los 45 y los 150 faltantes.

Con la temperatura más alta que de costumbre, toca comenzar a preocuparse. Que los más jóvenes no lo vivieron ni falta que les hace, pero en el año noventa también todo fue desapareciendo de a poquitos y cuando nos vinimos a dar cuenta pasábamos más tiempo sin electricidad que con ella, comíamos picadillo de soya y enfermamos de polineuritis.

Eventualmente las ausencias de los últimos meses han sido explicadas por los impagos a los proveedores extranjeros y la consecuente falta de materias primas, pero nunca como el síntoma inicial de un desastre cercano. Raúl Castro, en su discurso al proclamar la Constitución, adelantó: “La situación pudiera agravarse en los próximos meses. No se trata de regresar a la fase aguda del Período Especial de la década de los años 90 del siglo pasado; hoy es otro el panorama en cuanto a la diversificación de la economía, pero tenemos que prepararnos siempre para la peor variante”.

Aunque en la prensa nacional es rastreable el momento exacto en que se proclamó oficialmente el establecimiento del llamado “Período Especial en Tiempo de Paz”, hasta el sol de hoy nadie jamás se ha atrevido a decretar que tan especial período haya terminado. O sea que, si el Período Especial no ha vuelto, ni volverá, es porque seguimos y hemos estado viviendo hace casi 30 años en medio de él.

Si ya la idea rondaba amenazante en la cabeza de todo el mundo, ahora, mencionado el asunto por el mismísimo Raúl, se impone asumir la gravedad de lo que se nos viene encima. Pero no solo a los cubanos nos toca prepararnos y resistir, unidos, las adversidades; también a los decisores del país les toca asumir responsabilidades, cambiar lo que deba ser cambiado y actuar con inteligencia y sin demoras burocráticas: básicamente romper una larga y tediosa inercia.

Una, entre muchas otras peculiaridades, distancian este momento de aquel en el año noventa cuando se decretó aquella caída libre: estaba Fidel. Y en torno suyo había toda una generación de entre cuarenta y cincuenta y tantos años que junto a su líder hicieron la Revolución y pondrían rodilla en tierra con él. Y no hablo de los dirigentes, sino de la gente, la que escuchaba los discursos de siete horas en la Plaza y luego se iba a hacer lo que hiciera falta. Hoy la mayoría de esa generación descansa en paz o ha cedido naturalmente su sitio a la generación siguiente, que tiene opiniones y vive, crece, en un tejido social diferente a los años noventa.

Otra marcada diferencia, objetiva, se puede distinguir entre aquel momento del definitivo comienzo de la crisis, y este otro que no es más que una nueva vuelta de tuerca: su desencadenante, su origen, su punto de inicio.

En aquel entonces, increíblemente, y casi que de la noche a la mañana, desapareció la Unión Soviética. ¡Y mire que aquello era grande! El colapso del gigante rojo arrastró consigo a medio mundo: Cuba perdió algo así como el ochenta y cinco por ciento de sus importaciones, perdió el petróleo que le llegaba a borbotones, perdió el aliado que le apuntalaba por todas partes, y la Isla se quedó sola.

Cuando se recuerda aquello y se levanta la mirada, se tropieza con una gran verdad: errores más, errores menos, la causa principal de aquella crisis fue el derrumbe de la URSS.

Hoy, que no se ha caído otro muro en Berlín ni en ninguna otra parte, que Rusia se porta como un aliado decente, que China está más presente que nunca en la economía cubana y que Venezuela aguanta todo lo que puede, no hay un solo hecho, un aliado, o una causa a quién responsabilizar exclusivamente. A este retorcijón de ahora lo agudizan todas las inconveniencias del escenario internacional, de una balanza que se inclina desde hace años de forma radical hacia la derecha, y en medio de este escenario el país tiene que asumir con prontitud cambios necesarios, enlentecidos unos, aplazados otros. He ahí otra diferencia.

One thought on “Período especial en Cuba: que viene el coco

  • ¿Periodo especial? ¿ahora el argumento cuál es? Venezuela ha sido una mierda en la planta del zapato desde hace 5 años, las sanguijuelas cubanas han chupado la sangre(o el petróleo, los granos, medicinas, etc., etc., etc.) todo este tiempo pero no el país del sur no es la URSS, para nada, ni de lejos. ¿Es el mismo grupo de pillos el que maneja los hilos de Venezuela y dirigió la URSS? No, por supuesto que no. Es un grupo medio muerto en tantos aspectos, expulsado de diversos campos económicos, y el gobierno cubano no se encuentra ahora mismo bajo la misma situación que cuando cayó el bloque socialista. No ha puesto absolutamente todos los huevos en la misma canasta, tiene diversificada su lambisconería: juega una perversa partida del lado de Trump, mediando Putin(encarnado colega del de pelo naranja), en ciertos aspectos político-económicos, mientras reparte su amor también con la basura europea, finalmente ha cedido plenamente ante la invitación de China a formar parte de su megaproyecto de la ruta de la seda. ¿Periodo especial entonces? Lo dudo, es más de las cabronas actitudes cleptómanas con las que han actuado estos al frente de la “administración”.

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