Papel de Cuba en la integración latinoamericana

Elio Delgado Legón

Foto: Raquel Pérez

HAVANA TIMES — Acaba de celebrarse en La Habana la segunda cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), de la cual Cuba desempeñó la presidencia pro-témpore durante al año 2013, fue miembro de la troica directiva durante el 2012 y lo será durante el 2014.

Algo así era impensable unas décadas atrás, cuando Cuba fue suspendida de la OEA y todos los gobiernos de América Latina, con la honrosa excepción de México, rompieron relaciones con este país, siguiendo instrucciones del gobierno de Estados Unidos.

Tener reunidos a los 33 países de América Latina y el Caribe, más que en una organización, en una comunidad, era lo que faltaba para cumplir el sueño de Bolívar, retomado luego por Martí y argumentado más de una vez por Fidel Castro, como la gran necesidad para hacer fuerte a esta parte del Continente que Martí llamó nuestra América.

Creada en diciembre de 2011 en Caracas, con el esfuerzo y la voluntad de todos, pero especialmente con el empuje del carisma político del Comandante Presidente Higo Chávez, la CELAC estuvo bajo la presidencia de Chile en 2012 y de Cuba durante el 2013.

Al celebrarse la Segunda Cumbre en La Habana el 28 y 29 de enero pasado, después de un arduo trabajo de los dirigentes cubanos para lograr unidad en la diversidad, como es el objetivo fundacional, se demostró el enorme poder de convocatoria del gobierno de la Isla, al contar con la asistencia de casi todos los jefes de Estado o gobierno, y los que no pudieron asistir se excusaron alegando las razones que se los impedía, pero enviaron a otros funcionarios de alto nivel.

Todos los mandatarios que hicieron uso de la palabra destacaron la eficiente labor de Cuba al frente del organismo durante el año 2013 y felicitaron al gobierno de la Isla, además, por la extraordinaria organización de las actividades.

Entre las personalidades invitadas, estuvo el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, y otros altos representantes de agencias de esa organización. Al contestar preguntas de la prensa acreditada a la Cumbre, Ban Ki-moon se declaró convencido de la importancia de la CELAC y del papel que puede desempeñar para la ONU, y de que las naciones de América Latina y el Caribe están en excelente camino para encarar los desafíos. También alabó el hecho de que los países de la región “están elaborando puentes que facilitan la economía y el comercio entre sí y con otras regiones”.

El Secretario General de la ONU se refirió también al destacado papel de Cuba al frente de la CELAC y a la importancia de los documentos elaborados y aprobados por la Cumbre.

Se destacan entre los documentos aprobados la Declaración de La Habana, cuyo texto fue publicado en HT, pero me permito incluir aquí uno de sus párrafos, que a mi juicio resume los principales objetivos de la organización:

“Ratificando hoy nuestra voluntad irrevocable de fortalecer este espacio de diálogo político efectivo. Hemos sido, somos y seremos diversos, y a partir de esta diversidad es que tenemos que identificar los desafíos y objetivos comunes y los pisos de convergencia que nos permitirán avanzar en el proceso de integración de nuestra región. Fortalezcamos nuestras democracias y todos los derechos humanos para todos; demos mayores oportunidades a nuestra gente; construyamos sociedades más inclusivas; mejoremos nuestra productividad; estrechemos nuestro comercio; mejoremos nuestra infraestructura y conectividad y las redes necesarias que unan cada vez más a nuestros pueblos; trabajemos por el desarrollo sostenible, por superar las desigualdades y por una más equitativa distribución de la riqueza, para que todas y todos sientan que la democracia les da sentido a sus vidas. Esa es la misión de la CELAC, esa es la tarea a la que hemos sido convocados y esa es la responsabilidad política que tenemos por delante y de la cual deberemos dar cuenta a nuestros pueblos.”

Otro documento de suma importancia es el que declara la América Latina y el Caribe “Zona de Paz” además de una treintena de declaraciones especiales, sobre los más diversos temas que preocupan a la región.

El papel desempeñado por Cuba en la elaboración de esos documentos fue decisivo y su importancia para el trabajo futuro de la CELAC fue destacado por muchos jefes de Estado, lo que demuestra el cambio que se ha operado en América Latina y el Caribe desde que Cuba fue sacada de la OEA hasta los momentos actuales.

Elio Delgado Legon

Elio Delgado Legón: Soy un cubano que ha vivido ya 80 años, que conoce bien la etapa anterior a la Revolución porque la sufrió en carne propia y en la ajena y a quien le duele que se escriban tantas calumnias sobre un gobierno que lucha a brazo partido para darnos una vida mejor, y si no lo ha podido hacer a plenitud es por tantos obstáculos que se le han puesto en el camino.

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4 thoughts on “Papel de Cuba en la integración latinoamericana

  • Quien le dijo a Usted que el sueno de Bolivar era reunir a un grupo de gobernantes, entre los cuales hay asesinos, servidores del imperialismo, estalinistas que impiden las libertades democráticas y otros especímenes que responden a los intereses más oscuros?
    Quédese en el pluralismo que se logró y no pretenda hacer pasar esta cumbre por el sueno bolivariano.

  • Ahi va Elio con su cuota de humor semanal

  • Mira Elio, concentra tu atencion en todos los acuerdos en los que se comprometio tu jefe para que le reclames si no los clumple, como siempre hizo tu otro jefe, y no empiecen a coger a Bolivar para sus cosas como cogieron a Marti, que hasta ahora a Bolivar no se le mencionaba en Cuba. Ni el suen~o de Marti ni el de Bolivar como muy bien le dice Campos fue el que se pudieran reunir tanta partida de descarados firmando acuerdos que ellos mismos saben que no lo van a cumplir.

  • Elio, el foro de la CELAC debe ser positivo en todos los sentidos: en cuanto a reflejar la volunrad unánime (y más allá de diferencias ideológicas) de devolver a Cuba su sitio en la región; de dejar claro a los halcones de Washington que ya nadie al sur del Río Bravo apoya sus políticas injerencistas y de fuerza, como logró hacer con la OEA a principios de los 60; de marcar una diferencia, renunciando al uso de la fuerza por conflictos entre países miembros (leáse Nicaragua con Costa Rica, Chile con Perú y Bolivia; Colombia con Venezuela y Ecuador, etc); de procurar una mayor concertación regional en todos los ámbitos posibles; de plantarle cara a la arremetida comercial china a modo de bloque, y no de uno en uno como se hace hasta ahora. En fin, hay mucho que destacar.

    Por otra parte, y esto es de singular importancia para nosotros los cubanos todos, el hecho de que la Isla pueda ir distendiédose gradualmente, al menguar el sentimiento de plaza sitiada, debe ser aprovechado para dejar de demonizar la pluralidad de pensamiento y a la vez fomentar la diversidad económica, tratando de atraer un mayor flujo de capital,sí, pero a la vez permitiendo que nazca como contrapeso un movimiento sindical genuino (no la organziación vertical y repetidora de consignas en que ha devenido la CTC), y que se fortalzcan sectores de autogestión, entre otras variantes.

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