Pagos de refrigeradores en Cuba

Por Warhol P.

Al final, la refrigedora es algo decorativo. Photo: Irina Echarry

HAVANA TIMES, 8 feb — En la actualidad de Cuba existen situaciones que son un tanto complicadas. Al menos para mí, saber que tengo una deuda con el Estado me hace sentir incómodo.

Hace ya un año dejé de trabajar porque me di cuenta de que el esfuerzo que hacía era en vano pues quincenalmente solo cobraba 25 pesos cubanos (1 dólar) entre interrupciones por falta de materiales de trabajo, y el pago por crédito del refrigerador apenas lo que ganaba me servía para pagar pasajes.

Al no tener trabajo, dejé de pagar por el refrigerador que hace cuatro años recibí a cambio de otro propio que servía. Dicho equipo debía  estar en buen estado para poder ser cambiado por uno nuevo, marca  Haier de procedencia China.

Nunca he entendido porqué se tenía que hacer un canje si al final el equipo no era regalado y en ningún momento se valoró el refrigerador entregado, y ni siquiera se hacía una rebaja de precio por la nueva nevera.

Algunas personas decían que el cambio no era obligatorio, otros alegaban que sí, pero como lo nuevo es lo nuevo casi todos  en Cuba cambiaron sus refrigeradores y hoy en día, el pueblo está endeudado (son diez años de pago). Muchos ni siquiera han abonado un mes, y otros como yo, esperan con temor que vengan del banco a exigir un pago inmediato.

Algunos amigos me dicen que me pondrán una multa, por los meses que debo, otros dicen que me meterán preso. Lo cierto es que no tengo dinero, y siento temor porque sé que en cualquier momento pueden tocar a mi puerta.

Mi madre está preocupada por el asunto, pero le he dicho que no se preocupe que en última instancia, les digo a los del banco que traigan un camión y se lo lleven.

Al final, el refrigerador es más bien un objeto decorativo porque casi siempre está vacío, con solo pomos de agua, y por lo visto estará así por un largo tiempo.

2 thoughts on “Pagos de refrigeradores en Cuba

  • Con el respeto que merece esta publicación y sus lectores, y disculpándome porque lo exprese así, pero ¿no es todo ese negocio una tomada de pelo, un insulto a la inteligencia -por mínima que sea- de todo ser humano? ¿Hasta cuándo los abusos?

  • 10-2-12
    Bueno, pienso que la madre y el propio autor de esta nota no deben estar muy preocupados por las consecuencias del no pago del refrigerador, porque si en un año no les ha pasado nada, seguramente no le pasará en adelante, lo cual no quiere decir que de alguna manera, se pague la deuda, como una cuestión moral.
    A mi juicio, no fue del todo acertado obligar a personas a cambiar el refrigerador, como expresa por el autor, ni creo que fue así en todas partes. Yo les puedo asegurar que cuando eso ocurrió en mi barrio en Santiago de Cuba, me opuse porque mi refrigerador tenía poco tiempo de reparado. En su carrera hacia el libretazo, la trabajadora social me dijo que eso era obligatorio, y yo le contesté que me dijera en qué ley eso estaba escrito. No hubo respuesta, ni hubo cambio alguno. Son las cosas que no hacemos bien y que después, desgraciadamente, tenemos que rectificar.
    Pienso que el cambio de refrigeradores, como de otros artículos del hogar, fue inspirado en la noble idea de ayudar a la población, que en muchos casos tenía esos equipos desde la época del capitalismo o un poco después del triunfo de la Revolución, y que de otra forma no lo hubiese logrado.
    Asimismo, dentro de los errores, digo yo, que se cometieron, estuvo la falta de visión o previsión, ya que se llevó a cabo este proceso sin tener en cuenta una verdadera garantía de pago por parte de no pocas personas, y hoy están endeudadas, no porque quedaron sin trabajo en medio del reordenamiento laboral, sino porque nunca contaron con la capacidad económica que les garantizara el pago.
    Por último, no sé a qué se refiere el comentario con eso de” insulto a la inteligencia”, ni de qué “abuso” se trata.?
    Es mi simple intervención, con la idea de aclarar cosas, no de entrar en una polémica, sin ton ni son, con nadie, pero defiendo con argumentos lo que digo.
    Gracias por leer esta nota. Saludos.
    Rafael

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