Ortega “quiere hacer de Nicaragua una cárcel”, dice su hijastra

Zoilamérica Narváez Murillo.  Photo: miamidiario.com

HAVANA TIMES – Zoilamérica Narváez Murillo, la hijastra del presidente Daniel Ortega a quien en 1998 acusó por 19 años de abuso y violación sexual, dijo hoy que el mandatario se aferra al poder “para sentirse líder y mesías” y que pretende convertir a Nicaragua “en una cárcel”, reportó dpa.

En una entrevista a la cadena televisiva CNN en español ofrecida en Costa Rica, donde reside en autoexilio desde hace varios años, Narváez analizó la crisis política de su país y la comparó con su experiencia personal de abuso por parte de Ortega.

“El arma más importante que Daniel Ortega utilizó conmigo y utiliza hoy con el país es la manipulación, (quiere) hacer de Nicaragua toda una cárcel que esté a la medida” de sus intenciones, afirmó la socióloga.

Aseguró que el exguerrillero que en noviembre cumplirá 73 años es “una persona que no tiene otra razón para vivir más que sentirse el líder y el mesías”.

Sobre su madre biológica y actual vicepresidenta, Rosario Murillo, opinó que “necesita sentirse la persona que decide y controla todo”, recluida junto a Ortega en su enorme residencia del barrio El Carmen de Managua.

“La familia Ortega Murillo vive tras unas murallas (y ahí) se gobierna, se vive, se come, se dirige el destino del país y el de sus hijos. El Carmen es una especie de fortaleza y de prisión para ellos mismos”, señaló.

Sobre la crisis que estalló en abril con protestas estudiantiles, señaló que Nicaragua “rompió el silencio de una manera extraordinaria” como lo hizo ella al denunciar a su padrastro en los tribunales por delitos sexuales, demanda que fue archivada por una jueza local hasta que la causa prescribió.

Dijo que nunca imaginó que Ortega y Murillo fueran capaces de responder a las protestas con una acción policial violenta, que ha dejado varios cientos de muertos y más de 2.000 heridos según ONGs de derechos humanos. El Gobierno reconoce 200 fallecidos.

“Supimos que el régimen se iba a ir deformando, pero nunca imaginamos que Daniel Ortega y Rosario Murillo iban a ordenar dispararle a una marcha (…) Esto ya pasa los límites”, afirmó.

Narváez dijo que conoció a Ortega en 1978, siendo ella una niña de nueve años y que su figura le infundió “miedo y desconfianza”. Señaló que nunca lo vio leer un libro, bailar ni cantar.

Aseguró que la primera vez que habló con Murillo sobre el abuso que sufría por parte de Ortega ella tenía 13 años y su madre la culpó “de haber causado” el ultraje sexual. Dijo que luego le prohibieron convivir con sus hermanos y fue “excluida” de la familia hasta hoy.