Ortega adelantó las elecciones y votó por la Alianza Ciudadana

El fin de la unidad electoral. Las autoridades de Ciudadanos por la Libertad salen del Consejo Supremo Electoral, luego de inscribir su alianza. Foto: CONFIDENCIAL | Nayira Valenzuela.

Si acaso quedaba alguna duda de por qué la Alianza Ciudadana no firmó la unidad con la Coalición, ahora queda más claro que nunca

Por Fernando Malespín

HAVANA TIMES – Resultado de una perversa conjugación de intereses, acciones, omisiones, puñaladas, errores tácticos y estratégicos, chantajes, cobro de viejas facturas, maquinaciones, complicidades y shows mediáticos, la pareja dictatorial nos tiene donde nos quería tener para las elecciones de noviembre.

Es decir, nos tiene donde nos tenía antes de la revolución (como dice Jandir) de abril de 2018. Como que el tiempo hubiera dado un salto de marzo 2018 a mayo 2021. Hasta Alfredo César y Noel Vidaurre andan viendo qué agarran.

A pesar de que todos sabemos que vamos a las peores elecciones posibles, la dictadura nos demuestra cada día que pueden ser peores.

Hasta ayer creíamos que las elecciones tenían tres partes importantes y una suma de ripios absolutamente irrelevantes, todos corifeos de la dictadura. Por un lado, está la dictadura con su organización de guerra, por otra parte la Alianza Ciudadana y la Coalición Nacional, como la tercera parte importante y la más importante por la naturaleza de sus integrantes.

Entre la dictadura y la Alianza Ciudadana hay una serie de coincidencias: 1) para los dos, el adversario más importante era la Coalición Nacional; 2) para la dictadura las dos opciones eran ganar las elecciones o que ganara la Alianza y para la Alianza las dos opciones eran ganar las elecciones o que las ganara la dictadura. Es decir, entre las dos podían repartirse primer y segundo lugar sin problemas de ningún tipo; 3) la dictadura y la Alianza se auto proclaman pro vida; 4) los ataques de la dictadura contra la Coalición son exactamente los mismos que hace la Alianza contra la Coalición. Eso se puede constatar en los considerandos de la resolución del Consejo Supremo Electoral; 5) entre la dictadura y la Alianza hay una vieja relación de socios.

En ese contexto, la cancelación de la personería jurídica del PRD lo que hace es adelantar las elecciones, ya las elecciones fueron ayer y la dictadura, a través del Consejo Supremo Electoral votó por la Alianza Ciudadana.

Ahora queda totalmente claro a qué se refería Arturo Cruz con lo del voto útil. Solo que ahora transformó el voto útil en voto forzado porque nos quieren obligar a votar por Cruz para ver si así mejora un poquito su posición. Pero ni aun así ganaría Cruz porque el pacto con Ortega fue que Ortega les garantizara el seguro lugar a cambio de eliminar a la Coalición.

Si acaso quedaba alguna duda de por qué la Alianza no firmó la unidad con la Coalición, ahora queda más claro que nunca. El plan era hacer aparecer a la Coalición como enemiga de la unidad, que el pueblo condenara a la Coalición y que nos alegráramos por su fusilamiento.

Ahora solo falta saber cuántos votos le van a asignar a la Alianza. La Alianza será la que legitime las elecciones y después saldrán las misiones conjuntas a pedir que levanten las sanciones contra la dictadura, que vuelvan las inversiones extranjeras, que vuelva el chino a construir el canal, que vuelva el modelo de “diálogo y consenso” que tanta sangre, dolor y muerte le causó y sigue causando al pueblo.

¿Qué es la Coalición Nacional? Una alianza política diversa, plural, integrada por organizaciones políticas de vieja data en una mezcla con una gran cantidad de organizaciones que nacieron al calor de la lucha de abril.

La Coalición Nacional, cuenta entre sus filas, a lo más cuantioso y valioso de la lucha de abril. Lo más aguerrido, lo más bravo, lo más valiente de abril está en la Coalición. Los y las luchadores más perseguidos, asediados, encarcelados, torturados y exiliados están representados en la Coalición.

Lo que le falta a la Coalición es el dinero que le sobra a la Alianza y el patrocinio ideológico de la jerarquía católica y los evangélicos. Pero eso no se necesitó en abril para poner de rodillas a la dictadura. Son los más y los mejores, aunque también es cierto que no son los únicos ni que son perfectos.

¿Qué es la Alianza Ciudadana? Supuestamente una organización de miles de afiliados que nadie vio en abril, ni antes, ni nunca después. Una organización cuyos dos pilares fundamentales son el partido C x L y los empresarios. Lo demás es coro.

Decidieron ser socios en cualquier clase de negocios con la dictadura, lo que los transformó de socios a cómplices. Armaron un modelo, un sistema que llamaron de “diálogo y consenso” que firmaron con sangre y con vigencia para mientras tengan vida. Ese modelo fue elevado a rango constitucional y por tanto, el capital dirá que tiene que cumplirlo después de 2021.

Ese modelo fue celebrado con bombos y platillos por los jeques del capital. Incluso llegaron a aplaudir las confiscaciones cuando en uno de esos actos bochornosos, el dictador dijo, refiriéndose a Morales Carazo: “su casa es mi casa” y todos los grandes empresarios aplaudieron muertos de la risa celebrando el chiste cruel de Ortega.

Ese modelo de “diálogo y consenso” entre cómplices es llamado la triple alianza por Bayardo Arce, involucrando a los agentes de la dictadura en el movimiento sindical.

Es difícil entender cómo hay campesinos que dicen apoyar a la Alianza perdiendo de vista que el proyecto del canal será sacado de las gavetas después de 2021 y sus tierras serán confiscadas por quienes recibirían sus votos. Es decir, hay campesinos que están dispuestos a votar a favor de sus futuros confiscadores si no los advertimos del peligro que corren. Ni aun cuando alguno de ellos llegara a ser diputado impedirían las confiscaciones de sus tierras.

La Alianza Ciudadana cuenta con el apoyo del capital, de la jerarquía católica y de un sector de evangélicos pero están faltos de apoyo popular por eso necesitaban una pequeña ayuda de su socio Ortega. Tratarán de revertir la falta de apoyo popular con dinero a borbotones y manipulación ideológica y religiosa.

Sin embargo, la Alianza Ciudadana todavía tiene una oportunidad de demostrar que no son compadres hablados con la dictadura.

Que abra las inscripciones de candidatos a todos los interesados y que se sometan a un proceso de selección popular sin puntajes preestablecidos, sin imponer a Arturo Cruz como candidato a la presidencia.

Que abran un proceso para reformular su programa de gobierno para privilegiar la justicia, la democracia y los derechos humanos por encima de lo económico. Que se fortalezca un estado laico y no un estado confesional. Que se convoque a la gente a salir a las calles sin esperar que empiece la campaña electoral. Si la Alianza Ciudadana sigue como hasta ahora, pasará a ser parte de las páginas más ignominiosas de la historia política de Nicaragua. Será archivada en el libro de los Kupia Kumi.

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