Nada humano nos es ajeno

Madelín Hernández Casanova*

Calle de Regla después del tornado. Foto: Cubadebate.cu

HAVANA TIMES – Solo instantes bastaron para que la noche del domingo 27 de enero se volviera tristemente célebre. No existen adjetivos capaces de describir lo que experimentamos las víctimas del inesperado tornado, que en apenas 16 minutos transformó la vida de miles de cubanos.

El ruido ensordecedor, el viento implacable y el pánico se apoderaron de nosotros, atónitos ante tal fuerza destructiva; quedamos inmersos en un inexplicable caos ambientado con destrozos, sangre y gritos aterradores. Pero este texto no es para revivir la pesadilla, de la cual aún creo no despertar, sino para compartir las experiencias que se sucedieron después.

Haciendo gala de las enseñanzas del más grande de los cubanos, no tardó en emerger un manantial de solidaridad para paliar las heridas, tanto del cuerpo, como del alma. Amén de cualquier excepción de actitudes impropias, lo que ha sobrevenido vuelve a ser indescriptible.

Como protagonista, no me alcanzan las palabras ni la vida entera para agradecer tanto apoyo. No hablo solo por mí, sino por todos los afectados. Estoy segura que coincidimos en que no nos faltaron las palabras de aliento, el abrazo de consuelo, la ayuda solidaria de vecinos, amigos, familiares, amigos de los amigos, compañeros de trabajo y hasta desconocidos.

Doy mil GRACIAS:

-Al carro de la PNR que nos socorrió tras una intrépida solicitud de SOS de mi exyerno (a quien ya considero mi hijo, por su actitud).

– A todo el personal médico que atendió a mi madre y a todos los accidentados de esa noche fatídica; a los que se han esforzado para que superemos el trauma y nos sintamos protegidos, a los que se han interesado con una llamada, un mensaje.

Lo que dejó el tornado en Regla. Foto: Bohemia.cu

-A los que han ofrecido su mano, su hombro, sus recursos, un techo donde cobijarnos, han brindado lo que pueden y más.

-A los bomberos que salvaron muchas vidas humanas, algunas de ellas recién comenzando a vivir.

– A las brigadas que trabajan día y noche para restablecer todos los servicios básicos.

– A los artistas, deportistas, personalidades en general y gente del pueblo; a los jóvenes que han salido a las calles a ayudar a los damnificados con aliento, con trabajo, con sus recursos, ¿quién dijo que están perdidos?

– A las autoridades que hicieron y hacen bien su trabajo

– A todos los que han llegado hasta nuestras casas, con agua y comida, a los que oraron con nosotros, aun sin saber si compartíamos el mismo credo o religión; en ese momento nos sentimos “hermanos”.

– A los cuentapropistas que apoyaron con comida desinteresadamente y, en particular, al que repartió sus helados a los niños del barrio solo a cambio de una sonrisa.

– A todos y cada uno de los cubanos dentro y fuera de Cuba -y algunos extranjeros-, que hicieron suyos el dolor y la pena de todos nosotros.

Conmueve inmensamente ese mar de solidaridad humana. Siento orgullo de mis amigos, de mi familia, de mis coterráneos. Me llena de esperanzas saber que la unidad no es un concepto abstracto, vacío, sino todo lo contrario. Estoy orgullosa de ser reglana, habanera, cubana.

*Vecina del reparto Modelo, Regla.

2 thoughts on “Nada humano nos es ajeno

  • ….excelente articulo que agradece a TODOS los que de una forma u otra ,en mayor o menor medida,con mucho o poco han ayudado y siguen ayudando a los afectados de la habana…honrar honra…creo que si no se quiere o no se puede ayudar se debe respetar y aplaudir a TODOS los que si lo hacen…

  • Excelente, siempre debemos dar Gracias. Por estar vivos, por toda la ayuda recibida. Suerte y salud para ti!

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