Mi Cuba: Verano del 2010

By Alberto N.  Jones

HAVANA TIMES, 12 oct.  — Sin apenas sacudirme el polvo del camino como dijera nuestro Apóstol a su llegada a Caracas, Venezuela, me apresuro a compartir con nuestros lectores, algunas apreciaciones realizadas durante mi reciente viaje de 2700 Km., por valles, montanas, ciudades,  campo y playas de Cuba.

Esta experiencia me posibilito hablar con amigos, ex compañeros de trabajo, intelectuales,  ciudadanos ordinarios,  trabajadores,  jubilados,  profesionales, vagos, turistas, estudiantes extranjeros y algún que otro delincuentillo,

Puede decirse que todos clamaron al unísono por un cambio en la situación socio-económica del país y unos pocos abogaron además por un cambio político.

Que ha podido motivar tal uniformidad de criterio en la población de Cuba de Oriente a Occidente?

Un marcado agravamiento de la situación económica de la población, que ha visto un incremento asfixiante del costo de vida, cuyo salario en moneda nacional no alcanza siquiera para cubrir las necesidades de la canasta básica y menos aun, el de gran numero de otros artículos básicos y no básicos que se expenden exclusivamente en moneda convertible que no forma parte de su salario, ha propulsado ese criterio en todo el país.

Los bajos salarios y la aberración de dos monedas, ha llevado paulatinamente a toda la población a aceptar como valido el concepto de  “inventar” por ser esta,  la  única forma de supervivencia, lo cual esta pesando enormemente en el desmoronamiento moral de la población, que ya asume como normal estas actividades delictivas.

La existencia de dos monedas en circulación no es un proceso exclusivo de Cuba.   Jamaica, Republica Dominicana, Honduras y otros muchos países de nuestra región tienen un sistema similar.   Lo disímil en el caso de Cuba, es que el salario devengado en moneda nacional,  no guarda paridad con el valor asignado a la moneda extranjera.

Es aquí, donde el conflicto de ambas monedas en Cuba constituye una contradicción antagónica, que está llevando al país a una crisis moral y estructural, que amenaza su propia supervivencia.

Como explicarnos o ignorar que el salario de un trabajador promedio pueda ser el equivalente de unos 20 pesos diarios,  con lo que en el mejor de los casos, este solo podría comprar unas 20 naranjas o una libra de carne de puerco?   ¿Cómo cubrir otras obligaciones sociales sin delinquir?

La perversión económica afecta a todos los esrtatos sociales

Como resultado de esta perversión económica que afecta a todos los estratos sociales,  muchos médicos preguntan abiertamente si el próximo paciente es con “traje,” los chóferes de taxi apagan abiertamente el taxímetro, los conductores de ómnibus locales se ufanan de esquilmar entre 150 y 200 pesos diarios,  los panaderos se cogen y venden la harina y la grasa, los bodegueros ocultan y esquilman parte de la cuota de alimentos, los boletos aéreos y de ómnibus interprovinciales se adquieren a sobreprecio en las casas de los empleados y no en las oficinas de venta.

Los mecánicos caníbalizan las piezas de los carros y los cambian por otras en mal estado, vendiendo las  buenas en el mercado subterráneo; los administradores de almacenes y tiendas de productos en moneda convertible, acaparan aquellos productos de alta demanda, que luego se venden en la periferia de estos mismos comercios.

Los maestros aceptan dadivas y promueven a alumnos de padres con recursos, las exámenes se han vendido ocasionalmente, los análisis de laboratorios, prótesis y muchas cirugías se programan a cambio de dinero y las licencias de construcción se venden con absoluta desfachatez o a cambio de favores sexuales.

Además de estar fehacientemente demostrado que los  chinchales como barberías, cafeterías, bodegas, peluquerías, taxis, restaurantes, venta de refrescos  etc., no pueden ser administrados desde la Habana o desde las cabeceras de provincias, estas han sido asignados a los órganos del Poder Popular local, los cuales carecen de  los recursos materiales o la autoridad para garantizar su abastecimiento, operación y/o la calidad de los servicios.

La falta de recursos de los Órganos del Poder Popular, les impide atender sus funciones más elementales como son el abasto de agua, saneamiento, construcción y reparación de inmuebles oficiales y otros, lo que los ha convertido en una figura decorativa, por lo que paulatinamente han perdido su autoridad ante la comunidad.   Duele ver a altos funcionarios de estos organismos,  preocupados por la construcción de una cafetería, boulevard o mercadito, mientras los grandes problemas que aquejan a su comunidad languidecen sin solución.

La grave apatía de los trabajadores de gastronomía, especialmente aquellas que operan en moneda nacional, se caracterizan por un marcado mal trato al público, la  interminable demora en el servicio y por servir los alimentos fríos y las bebidas caliente.

Esta somera descripción de la realidad de Cuba que pudiera parecer exagerada o pesimista, puede comprobarse fácilmente, al comparar la apariencia y estado técnico de cientos de camiones particulares de las décadas de los años 30, 40 y 50, convertidos hoy en medios de transporte humano, frente a los miles de ómnibus Yutong con menos de 5 años de explotación, chocados, volcados o parados en cualquier lugar de las carreteras por fallas mecánicas o simplemente “resolviendo” en casa de los campesinos, mientras los viajeros exasperados esperan indefensos por la re-incorporación de dichos empleados a su trabajo.

Igualmente fatal ha sido el falso concepto de igualitarismo social y económico, que ha desmoralizado a miles de profesionales, intelectuales y técnicos, al tener que residir  en las mismas barriadas, al lado, debajo o encima de personas sin formación o normas de convivencia, que han convertido estas áreas residenciales en infernales solares ruidosos, sucios y una absoluta falta de respeto por el prójimo, lo que ha atrofiado las ansias de estudios, superación y modales de los profesionales  y su progenie.

El costo de la emigración y su potencial

Quizás, la más grave consecuencia de esta mal concebida filosofía económica puede verse en decenas de miles de jóvenes profesionales en todas las ramas del saber, que se han visto obligados a emigrar alrededor del mundo en busca de una vida mejor, lo que ha convertido a Cuba en el líder mundial en exportación de materia gris, aportando un mar de conocimiento gratuito a los mismos países desarrollados, que hemos denunciado por drenar la inteligencia de los países subdesarrollados.

Estos y otros muchos ejemplos de la falta de previsión,  ineficiencia, falta de control, relajamiento, indisciplina y desviación de los recursos, son las bases en las que hoy se sustenta el clamor del pueblo, al demandar un cambio en el sistema socio-económico imperante,  que esta llevando al país a un colapso socio-económico a la vez que corroe la fibra moral de la nación.

Por suerte, el pueblo Cubano tiene décadas de experiencias acumuladas en una lucha desigual, que lo ha  forjado en las adversidades y ensenado a convertir los reveses en victoria, por lo que  cabria asumir, que una vez mas, este sabrá crecerse y salir airoso de esta prueba definitoria de su carácter y futuro, mediante la aplicación del axioma “Grandes Problemas demandan Grandes Soluciones.”

Sin embargo, para ello se requiere, que al igual que hiciera nuestro apóstol José Marti mientras organizaba la guerra de independencia en 1895, que todos los Cubanos dondequiera que estos se encuentren, junto a sus hermanos en la isla, superen las diferencias ideológicas, sociales, étnicas, religiosas, sexuales y de otra naturaleza que nos han dividido artificialmente y se unan como un solo hombre bajo la égida de  salvaguardar nuestra nación,  nuestra cultura, idiosincrasia, historia y todo aquello que nos distingue y caracteriza como Cubanos.

Por nuestro pueblo, por nuestra nación, corresponde a todos los Cubanos enfrentar juntos, la mayor amenaza a la integridad y soberanía que nuestro país haya tenido en sus 500 anos de existencia.

Hagamos pues, un profundo y sincero llamado a la cordura y reconciliación nacional,  a nuestro gobierno y a sus instituciones, para que valientemente llamen a sus hijos dispersos por el mundo en una diáspora que nunca debió haber existido, a que regresen a casa en forma física, mental o en solidaridad con sus hermanos, para juntos, crear ese país con la que sonaron quienes lo dieron todo por la patria.

La gravedad y urgencia del momento actual, no permite analizar hechos y circunstancias pasadas.   Cuando la nación este a salvo, cuando los ánimos se hayan sedado y cuando el futuro este en nuestras manos, entonces y solo entonces, habría espacio para la reflexión, análisis y la rectificación de errores.

Hoy, las arcas de nuestro país están parcialmente agotadas, cuando se requiere enormes cantidades de dinero para emprender el mayor desarrollo agrícola, industrial, constructivo en nuestra historia, así como los recursos económicos para el financiar los trabajos por cuenta propia, la pequeña y mediana empresa, donde decenas de miles de trabajadores podrían encontrar empleo digno y bien remunerado, que satisfaga sus necesidades familiares y sociales.

Estudios fidedignos sitúan entre 1.5 y 2.0 millones el número de Cubanos radicados en el exterior.   Estos mismos estudios han fijado entre un 0.5 y un 1.2% el número de emigrados que están  políticamente comprometidos con organizaciones anti-Castristas o que profesen ideologías incompatibles con los postulados del gobierno de su país.

No es acaso en esta masa de emigrados económicos, donde nuestro país debía centrar todos sus esfuerzos e  inteligencia en el  diseño de puentes y  programas abarcadores, reunificadores de la familia Cubana, que fueran capaces de  rectificar errores, estañar heridas y promover el más amplio proceso de reconciliación nacional?

Si esto se lograra, nuestro país podría propiciar la creación de una diversidad de formulas, acuerdos y mecanismos económicas que permitiera a los emigrados aportar unos 10-15 mil millones de dólares que la economía nacional necesita para acometer, el mayor programa de desarrollo en toda su historia.

Cuba no debe ni puede sucumbir!   El valor y las enseñanzas de Céspedes, Aguilera, Maceo, Mariana, Máximo Gómez, Hatuey, Guarina o Quintín, no dejan espacio para amedrentarse, ruborizarse  u otra alternativa que no sea responder al toque del corneta llamando al combate.