Mascarada electoral cubana

“Elecciones” en Cuba

Por Javier Herrera

HAVANA TIMES – La democracia en Cuba no pasa de ser una caricatura mal dibujada y peor implementada. Las propias leyes impuestas por el régimen así lo dictan. Repasemos los últimos acontecimientos.

Según la ley cubana el gobierno se ejerce mediante los órganos del Poder Popular, siendo la máxima instancia de estos la Asamblea Nacional del Poder Popular ( ANPP). Por definición de la Constitución de la República de Cuba la ANPP es:

El órgano supremo del poder del Estado y representa el Poder Legislativo de la República de Cuba.

De acuerdo a la Constitución de 2019, le corresponden las facultades legislativas y constituyentes de la Nación.

Está integrada por diputados elegidos por cinco años reelegibles, representando los 168 municipios.

Entre sus atribuciones le corresponde elegir por mayoría absoluta al Presidente de la República así como al Vicepresidente, además elige la Presidencia, Vicepresidencia de la propia Asamblea, a los miembros del Consejo de Estado, al presidente, vicepresidente y miembros del Consejo Electoral Nacional, al presidente y magistrados del Tribunal Supremo Popular; al fiscal general y al contralor general de la República. Asimismo, designa al primer ministro, los viceprimeros ministros y demás miembros del Consejo de Ministros.

La ANPP se conforma a partir de delegados elegidos a nivel de barrio o circunscripción que han escalado en la pirámide de la organización y han llegado a la máxima instancia de gobierno. Hasta aquí todo suena normal y democrático, pero es fácil de demostrar que el proceso está viciado de principio a fin.

En las elecciones a nivel de barrio solo concurren y son elegidos miembros del partido y afines al régimen. Esta es la única instancia donde existe algo de democracia pues por lo general son varios candidatos. Por lo general quien los propone es otro miembro del partido y los electores los eligen más por desidia o simpatías personales que por esperar algo positivo de su gestión.

A pesar de que la ley electoral declara que todos los ciudadanos mayores de 16 años y sin restricciones legales son elegibles en la realidad no se comporta así. Como botón de muestra veamos lo sucedido durante el año 2017, ocasión en que se presentaron 175 candidatos opositores cubanos, que formaron parte de la campaña #Otro18, a la votación en las elecciones del 26 de noviembre para los consejos municipales de Poder Popular.

Las estrategias y formas de intimidación utilizadas por el gobierno cubano para impedir que los disidentes integrasen el proceso de elecciones fueron múltiples y expeditas:

Los represores del Estado interfirieron sistemáticamente en las “asambleas de nominación”, en las que los habitantes de los distritos electorales se reúnen para aprobar a los candidatos que se incluirán en las boletas. En algunos casos, arrestaron a aspirantes a candidatos el día de las asambleas y los llevaron a lugares apartados, ejerciendo presión e intimidación entre los votantes. En otros casos, al no lograr intimidar a los electores, descalificaron a los candidatos.

En casos extremos, en vista de que la ley electoral cubana no permite candidatos con antecedentes penales, optaron por  condenar a los  aspirantes de la oposición en juicios sumarios con el fin de descalificarlos como candidatos, como fueron José Cásares Soto, que fue condenado a cinco años bajo el cargo de desacato pendiente desde 2012 o Armando Abascal, quien  fue condenado en un juicio rápido por el delito de incitación a cometer un delito luego de que fuera identificado como el líder de una protesta en septiembre en el pueblo de Perico.

Mas tarde se filtró un video (de febrero de 2017) donde en una reunión del PCC el vicepresidente en ese entonces y posterior presidente de la república Miguel Díaz-Canel, afirmaba que el gobierno planeaba “desacreditar” a los candidatos que consideraba “contrarrevolucionarios”.

Dados estos datos pasemos a los últimos eventos electorales cubanos.

El domingo 26 de marzo pasado el Estado convocó a elecciones para ratificar a los 470 candidatos propuestos a la ANPP. A pesar del nombre difícilmente se le puede llamar elecciones y menos democráticas dada la inexistencia de candidatos contendientes. Se pusieron en lista 470 candidatos para 470 escaños en el parlamento cubano, sin presentar un solo candidato alternativo.

La Asamblea Nacional de Cuba

A esto debe sumársele que el escrutinio público, a pesar de estar respaldado por la Constitución y la ley electoral, en la práctica es imposible. Jamás se han invitado a observadores externos ajenos al Partido Comunista Cubano(PCC) y los opositores que han expresado su voluntad de ejercer su derecho a supervisar el proceso han sido acosados, intimidados, amenazados, detenidos o impedidos de salir de sus casas por la policía política del régimen.

Ya conocemos la frase de Josef Stalin: “No importa quién vota, ni dónde ni a quién, lo importante es quién cuenta los votos”. En unas elecciones signadas por el mayor abstencionismo visto durante toda la época revolucionaria resultaron ratificados todos los candidatos propuestos, lo que fue calificado como una “victoria” por el régimen y así lo declaró tanto la prensa nacional como internacional.

Esos mismos candidatos son quienes se reunieron durante la Sesión Constitutiva de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en su X Legislatura, este 19 de abril, en el Palacio de las Convenciones de La Habana.  Durante la jornada, dirigida en su parte inicial por el Consejo Electoral Nacional; la Asamblea Nacional eligió, de entre sus diputados, a su Presidente, Vicepresidente, Secretario y demás integrantes del Consejo de Estado. Posteriormente, se pasó a elegir al Presidente y al Vicepresidente de la República; y a propuesta del Presidente de la República, al Primer Ministro, a los Vice Primeros Ministros, al Secretario y demás miembros del Consejo de Ministros.

Votando

Una vez más estamos hablando de elecciones sin candidatos opositores o alternativos. No existían opciones distintas a los candidatos propuestos y como era de esperar resultaron aprobadas todas las propuestas casi por unanimidad si descontamos a ocho delegados que estuvieron ausentes y dos votos en contra que obtuvo Esteban Lazo como Presidente de la ANPP y un voto en blanco que apareció en la votación secreta realizada.

Miguel Díaz Canel y Salvador Valdés Mesa

En el caso del Presidente de la República de Cuba y su Vicepresidente fueron ratificados en el cargo Miguel Mario Diaz-Canel y Salvador Valdés Mesa para un segundo mandato durante el próximo lustro. Es de señalar que, a pesar de la desastrosa labor de gobierno del dúo presidencial, su desempeño fue encomiado por varios diputados que tomaron la palabra para exaltarlos.

Sin tener en cuenta la profunda crisis económica, social y política que vive el país la reelección fue tomada como una victoria por el régimen y proclamado como tal. En ningún momento se mentó el mal manejo de las catástrofes del Hotel Saratoga o de la base súper tanqueros de Matanzas, de las cuales aún a estas alturas no se ha presentado un informe oficial sobre causas y consecuencias. Tampoco se habló de la pésima decisión de acometer una reforma monetaria en plena pandemia, con el fin de eliminar la dualidad monetaria y reordenar la economía y que resultó en todo lo contrario haciendo que circulen ahora más monedas que anteriormente y devaluando al Peso Cubano aún más, con el consiguiente empobrecimiento de la población.

Durante los halagos al presidente reelegido no se habló de los más de 300 mil cubanos que abandonaron la isla en 2022, en su mayoría jóvenes,  tampoco se habló de los que intentan dejar el país atrás poniendo en riesgo hasta sus vidas, no se habló de los miles de cubanos que hoy buscan un patrocinador para emigrar hacia los Estados Unidos, no se habló de la inflación monetaria, ni del estado de  hospitales y policlínicos. Tampoco de lo mal que esta el sistema educativo, ni de los abusos y acosos de la policía política contra cualquiera que se atreva a pensar diferente. En fin, en medio de tantos elogios no hubo espacio para hablar de los tantos problemas que agobian al cubano de a pie, como si los diputados, presidentes y ministros vivieran en una realidad ajena a la del país.

Luego de conocidos los resultados de las votaciones hechas por quienes dicen representar al pueblo cubano, es simple constatar que la cúpula gobernante se mantiene en su totalidad sin cambios de forma ni personajes. Una vez más el circo político cubano mostró su espectáculo a Cuba y al mundo, pero recordemos que el show continua mientras el público aplauda y cada vez son más los que se niegan a aplaudir, dentro y fuera de la isla.

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