Mas por la causa de la civilidad en Cuba

Por Amrit 

Foto: Caridad

HAVANA TIMES, 19 marzo — Debo a mi casi nulo (y angustioso) acceso a internet, el no dialogar con los lectores de mis artículos, a los que agradezco siempre su atención y comentarios.

Gracias al editor de Havana Times recibo esos comentarios por e-mail y no pocas veces algunas me suscitan réplicas mentales que (por las mismas restricciones de acceso a la red) nunca llego a colocar en la revista.

Pero esta vez quisiera dedicar unas palabras motivadas por los comentarios en “La amenazada civilidad en Cuba.” Creo que a causa de mi insistencia en hablar sobre lo que llamo “necesidad de despolitizar” se ha acumulado la impresión de que rehúso ser consciente de que llamar a una despolitización es ya una actitud política. O que presumo de una actitud apolítica.

Cito parte del comentario del colega Isbel: “…la política es parte natural del ser humano. Los que escribimos aquí hablamos de política, aunque nos refiramos al café o al ballet nacional, aunque no queramos llamar política a lo que hacemos. Lo contrario sería pecar de ingenuos.

Ahora, de reconocer a nuestras practicas políticas en el cotidiano, a aceptar que determinados canones conceptuales ortodoxos, fijos, y desactualizados manipulen nuestro pensamiento, va un gran trecho. Darnos cuenta de esa manipulación es ya un accionar político, y decirlo, mucho mas…”

Es inevitable que todos percibimos el mundo desde nuestra subjetividad y conformamos nuestra filosofía a través del conocimiento que vamos eligiendo, por identidad y que ponemos a prueba mediante la experiencia.

En mi caso, quisiera aclarar que no considero la política como un fin, sino, como una condición, por ahora inevitable, en la mayoría de los seres humanos.

Es cierto que en Havana Times hablamos de política aunque estemos, por ejemplo, comentando una película o una función de ballet. Es cierto que los cubanos necesitamos una transformación que involucra la política y creo, que de hecho, esta ocurriendo.

La blogosfera, el movimiento cultural alternativo y hasta los comentarios de la gente en la calle son indicadores palpables de esta transformación.

Pero creo también que los cubanos y la humanidad por extensión necesitamos y merecemos mas que esto. La política es el estado de polarización, de disenso y de debate a través del cual se espera construir un dialogo, porque la civilización presente no conoce otros medios de intercambio de pensamiento. Pero sí existen.

Y aunque parezca una utopía más improbable que el comunismo, sé que el ser humano puede llegar a un estado de conciencia en el que es posible objetivamente conectarse con la voluntad del universo y cooperar con ella. A este estado no se le podría llamar política, porque la trascendería.

LOS EJEMPLOS QUE NO VEMOS

Lo que conocemos como historia (nacional o universal) esta plagado de conflictos políticos, de guerras, de intentos mas o menos eficaces de civilidad y de mas guerras. Sin embargo, ha habido personas y hasta grupos que han vivido mas alla de estos conflictos, en un estado de percepción que rebasa cualquier polarización y confrontación.

Foto: Caridad

Claro que estas personas muy raras veces se mueven en un contexto político, y sus vidas pasan desapercibidas para esa historia que sí ha archivado tan cuidadosamente convulsiones y escandalos.

Algunos aparecen como figuras casi políticas, como Jesús, porque sus enseñanzas desafiaban al entonces imperio más poderoso del occidente. Y hubo reacciones violentas contra los que lo seguían entonces, como hay aún reacciones contra toda filosofía verdaderamente profunda.

Aunque hoy esas reacciones se limiten a campañas comerciales que desvirtúan el misticismo difundiendo sólo el aspecto exótico, empaquetado en una plaga de pseudofilosofías que caben todas en el anodino término New Age.

O a pasarlas por el filtro de análisis materialistas que, por supuesto, sólo proponen y revalidan tesis materialistas.

Por desgracia, el cristianismo erigió a su vez a uno de los fenómenos políticos mas potentes a lo largo de muchos siglos:la Iglesia Católica, y no sé cuantos cristianos sepan que Jesús mismo, lejos de recomendar a sus discípulos que estructuraran su espiritualidad a partir de preceptos escritos (como la archicitada Biblia), les decía: “No busque la Ley (Verdad) en los libros porque la Ley esta viva mientras que lo que esta escrito esta muerto…”

El caso de Shamas Tabrez, un místico del medio oriente que fue sentenciado a morir desollado públicamente, y en circunstancias que podrían llamarse políticas, es prácticamente desconocido y demuestra que esta coyuntura de relevancia en la historia puede ser muy relativa.

Seguramente su propio discípulo Maulana Rumi no sería tampoco conocido si no hubiera dejado una admirable obra poética.

Pero el legado verdadero de esas personas era la posibilidad de unidad y conciliación de todos los seres humanos, no como metáfora, sino a partir de la verificación de que esa unidad ya existe y esta inherente en nosotros, más allá de cualquier sofisticada conceptualización en la esfera mental.

Cuando los europeos descubrieron y arrasaron el imperio azteca sólo vieron, de su religión, aquellos cruentos sacrificios a deidades que hoy todavía nos sobrecogen, pero paralela a esas practicas que intentaban conjurar los miedos mas instintivos y eran también manipulaciones de poder político, había gente que mantenía la tradición espiritual más pura y vivía en un estado de plenitud que apenas esbozan los textos del poeta Netzahualcóyotl.

Ese legado existe y esta disponible para quien quiera ahondar sinceramente en la búsqueda.

Hay testimonios acerca de sociedades aborígenes cuyos miembros no mienten, comparten de forma espontanea todo lo que tienen y enfrentan las enfermedades con métodos particulares que revelan un gran conocimiento del funcionamiento y leyes del cuerpo humano.

No necesitan medios tecnológicos para comunicarse entre ellos porque lo hacen a través de la telepatía. No manejan conceptos políticos como el pluripartidismo ni llamarían “democracia” al estado que tienen. Sólo viven de acuerdo a lo que consideran su naturaleza espiritual, y preservan con gran celo este estandar de vida de las influencias de la “civilización.”

Creo que sí ha habido propuestas de transformación que no son concebidas desde la política, como lo fue, en el año 1957, la fundación de la Confraternidad Mundial de Religiones, en India,  y la Primera conferencia po rla Unidad del  Hombre, que tuvo lugar en Delhi, en 1974.

Ambos sucesos fueron coordinados por uno los líderes espirituales mas emblematicos que han existido, Kirpal Singh, un nombre que no dice nada a la mayoría de nosotros, como sí dice el de Indira Gandhi, una de las personalidades políticas que asistieron a esa conferencia.

Y esta el caso de la Madre Teresa, quien recomendaba aceptar a los gobiernos como lo marineros aceptan irremisiblemente el tiempo, centrandose en lo que sí podía hacer objetivamente por los mas desamparados.

De acuerdo a la educación materialista que recibimos, tanto en países capitalistas como “socialistas,” o hasta en países que preservan religiones fundamentalistas que hace mucho perdieron ese conocimiento interno que les dio origen, la política es, sí, una necesidad que sólo confirma que estamos aún en ese límite.

Pero no es mi aspiración ni lo que quisiera conscientemente promover.

Es por eso que prefiero decir, con conciencia: despolitización. Aunque suene ingenuo.

He visto que los textos que hablan de verdadera conciliación no suscitan comentarios y pasan, como esos seres que cité, “desapercibidos,” porque la fragmentación y el debate son mucho mas excitantes para la mente humana.

No en balde abundan tanto los chistes acerca de que el Cielo, (el paraíso) es muy aburrido.