Marcha en Cuba por el derroche

Foto del 1er de Mayo 2019 por Juan Suárez

Por Ronal Quiñones

HAVANA TIMES – El único país del mundo en el que no hay recursos para prácticamente nada, y se derrochan en actos políticos, es Cuba.

La profunda crisis económica que vive el país con la falta de liquidez, agravada por la pandemia de Covid-19 y las medidas aplicadas por la administración estadounidense para presionar al gobierno cubano, ha provocado un desabastecimiento brutal a todo lo largo y ancho del archipiélago, y el consecuente disparo de precios de todos los productos, básicos y no básicos.

Largas colas se ven a diario en toda la isla, donde se mantiene el tradicional problema de transporte y el insoluble de la vivienda, pero eso importa poco a las autoridades, que quieren celebrar el próximo 1 de mayo como si nada de esto estuviera ocurriendo.

La herida del 11 de julio no ha sanado (quizás nunca lo haga), y el gobierno quiere darse un baño de masas para mostrarle al mundo que sigue contando con el respaldo del pueblo.

Antes se esforzó por hacer una limpia importante al eliminar los requisitos de visado a Nicaragua (en contubernio, por supuesto, por su compinche Daniel Ortega), para quitarse de encima a la gran mayoría de los opositores.

Ojo, no me refiero a los líderes de grupos que permanecen estoicamente en Cuba, algunos prisioneros, sino a las multitudes que hastiadas de la situación salieron a protestar el año pasado y al ver que nada cambia prefirieron abandonar el país.

Las cifras no se conocen oficialmente, pero se estima que decenas de miles de personas salieron de la Isla en los últimos meses, la gran mayoría para “ver los volcanes”, como dice la broma popular.

Por tanto, la oposición en Cuba, como advertimos desde que comenzó el fenómeno, se ha debilitado grandemente y, aunque no creo que sea minoría, sí fue lo suficientemente debilitada como para que no se repitan grandes incidentes.

Si a esto sumamos los tradicionales métodos de coerción del gobierno para con los trabajadores estatales, es seguro que el 1 de mayo habrá miles de personas desfilando por todo el país. Hice la salvedad de los trabajadores estatales, pero a los privados también se les “evalúa” en cada convocatoria, y con tal de quedar bien y que no les toquen lo que con tanto esfuerzo han construido, no dudo que algunos se sumen a la marcha.

Pero lo más grave de todo es que nada de esto es gratuito. Cuesta, y mucho, organizar cada desfile en cada municipio, y el central de la Plaza de la Revolución.

Desde hace meses se destinan recursos en reuniones (que incluyen combustible para el desplazamiento de los dirigentes y merienda), y el colofón serán las toneladas de combustible que se destinarán al traslado de las personas y sus respectivos refrigerios el día del desfile.

En una ciudad donde la frecuencia del transporte urbano no se baja de una hora en el mejor de los casos para cada recorrido, es inconcebible que esos dos días (30 de abril y 1 de mayo), los pocos recursos existentes se destinen a llevar y recoger a las personas que van a realizar algo tan productivo como caminar ante sus dirigentes.

Por tradición, las calles cercanas a la Plaza se llenan de filas interminables de ómnibus, sobre todo los mismos encargados de hacer funcionar el transporte urbano, que desde la madrugada anterior llegan con los trabajadores y permanecen parados durante casi todo el día siguiente.

De más está decir que durante todo ese tiempo quien no tenga un transporte particular no puede moverse en La Habana, porque todo está en función del 1 de mayo.

Para eso sí aparecen los recursos, sin límite para gastos, como si en este país todo estuviera en abundancia.

Lo importante es que el mundo crea que la gente sigue apoyando el gobierno, aunque la gran mayoría de los mismos que pasan y los saludan piensan lo contrario. Ni hablar de los millones que se quedaron en sus casas.

Francamente no pensé que en la situación actual pasara por la mente de nadie llevar a cabo una locura como esta, pero existe sed de masas. Como se dice en el argot popular “se quedaron dados” el 11 de julio y quieren devolver el golpe. Al precio que sea necesario.

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