Los periodistas épicos de “Granma”

Haroldo Dilla Alfonso*

Timothy Roche, Cónsul General de la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba. Photo: granma.cubaweb.cu

HAVANA TIMES — Una de las cosas que más me sorprendió de Canadá durante el tiempo de mi vida en ese país fue que tienen héroes pacíficos. El panteón histórico está lleno de abogados y poetas, y aunque no niego que haya más de un truhán entre ellos, lo cierto es que ninguno andaba a caballo con un sable en la mano.

Sus estatuas los representan con hojas de papel en las manos, que bien pudieran ser leyes en proyectos o poesías a medio hacer. Recuerdo que un día, tomando café con unos amigos, le pregunté por el héroe nacional en esa mescolanza multinacional, y tras pensar unos segundos, me dijo que debería ser Terry Fox.

Son diferentes a nosotros, pues nuestros héroes nacionales o son épicos o no funcionan. O heroínas, porque eso de Mariana Grajales mandando hijos al matadero todavía eriza.

No es que seamos inferiores, solo recalco la diferencia. Pero creo que de igual manera que los canadienses, pacíficos hasta el tedio, abrieron el camino en Normandía, nosotros debemos aprender que hay momentos en que la épica fuera de lugar conduce a la grosería, la mala educación, y peor aún, a la pérdida de oportunidades.

Es el caso, por ejemplo, de lo que leo en Granma el 11 de marzo, que fue visitado por una comisión de la SINA —con el cónsul a la cabeza— interesada en informar a la población sobre los requerimientos para la obtención de visas tras la reforma migratoria.

Un buen gesto que hubiera valido la pena aprovechar. Más aún si consideramos que un 10 % de la población cubana vive en Estados Unidos, y que ella constituye el segmento demográfica y económicamente más activo de la sociedad transnacional cubana. Nada espectacular: solo dejarlos hablar y transmitir lo que dijeron.

Pero en lugar de ello, lo que el artículo de Granma describe en un tercio de su sucinta extensión es la combatividad de la parte cubana, supuestamente llevando a los gringos a situaciones difíciles donde nada podían replicar. Como Maceo en Peralejo.

Así se relata cómo le preguntaron sobre la ley de ajuste cubano y sobre el programa para captar médicos cubanos en el exterior, dos temas que, cualesquiera sean las opiniones de los lectores, todos coincidiríamos en que no tienen nada que ver con el objetivo de la visita, ni con las potestades de los funcionarios entrevistados.

Y para culminar la apoteosis épica, los periodistas de Granma denunciaron con gallardía en la cara de sus visitantes que “la política migratoria de su gobierno hacia Cuba… ha provocado dolorosas pérdidas de vidas humanas y cuyo único fin es promover la subversión y la desestabilización del país, justificar la propaganda anticubana y tergiversar nuestra realidad”.

Finalmente, algo me llamó la atención del artículo de Granma. Hay un momento en que el cónsul americano afirma que se están dando pocas visas de visita a jóvenes, porque tienden más a quedarse que los adultos envejecientes.

A ello el artículo de Granma replica diciendo que no es así porque según el Gobierno cubano solo se queda en Estados Unidos el 13 % de los visitantes. Lo cual, huelga enfatizarlo, no responde a lo que dice el cónsul acerca de la mayor frecuencia de “quedados” entre los jóvenes que entre los menos jóvenes.

Pero no es mi intención ahondar en los descarríos mentales de quienes escriben estos artículos, ni de quienes los aprueban. Sino, focalizar en la tremenda irresponsabilidad pública que encierra esa afirmación.

Pues estamos hablando que en los últimos doce años, solo por la vía de las visitas de no inmigrantes, se radican en Estados Unidos la friolera de 120.750 cubanos, algo más de un 1 % de la población nacional, y, si hacemos caso al cónsul, en buena medida jóvenes en edad laboral óptima y que van a tener sus hijos en Estados Unidos.

Si esta cantidad se suma a los muchos miles que llegan a Estados Unidos con visas de migrantes, o cruzando la frontera por algún punto, entonces hay que entender que hablamos de un tema muy grave como para ser despachado ideológicamente.

La sociedad insular muestra hoy una pirámide demográfica regresiva —ya tiene forma de bulbo— y la población sigue disminuyendo porque las mujeres no tienen hijos, o los tienen cuando emigran. Esto conduce a un cuello de botella en que la pirámide se va a invertir, en una sociedad con bajos niveles de productividad y de capitalización. Es una situación insostenible.

Yo sé que pedirle al Granma que diga algo serio puede ser una petición excesiva. Nunca lo han hecho y con el adefesio del aparato ideológico partidista encima, nunca podrán hacerlo.

Pero, francamente me preocupa tanta liviandad en medio de tanto desastre. Y mucha mala educación con esos gringos que, nos caigan bien o mal, están haciendo su trabajo y representan al país donde viven muchos cubanos, que producen, riquezas que una parte las envían a Cuba, y también niñitos. Dos cosas que en Cuba hay cada vez menos.
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(*) Publicado originalmente en Cubaencuentro.com.

2 thoughts on “Los periodistas épicos de “Granma”

  • Pues Haroldo, yo veo un paso trascendental en que un jefe de la SINA se siente a hablar de tú a tú con los dirigentes y redactores del “órgano”, y más aún, que estos últimos lo hayan recibido en su sede. Los aspavientos retóricos tienen por fuerza que ser parte del libreto, tanto de una parte como de otra. No sé si has leido el libro “On China”, que hace poco publicó Henry Kissinger, donde cuenta con pelos y señales cómo se gestó la alianza entre Pekín y Washington en los años 70. Rememora “Enriquito” que en sus reuniones casi siempre secretas, ambas partes hasta se ponían de acuerdo sobre qué tipo de denuncias y ofensas mutuas debían intercambiar públicamente, mientras a buen recaudo de miradas indiscretas fraguaban la conyunda que, a largo plazo, puso de rodillas a la antigua URSS. ¿No dicen que en política lo real es lo que no se ve?

  • El consul tratando de ayudar a Cuba y los chicos del Granma virándole los cañones!!! Partía e seborucos!!! Ay Dio!!!

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