Los Maestros en Cuba

Ernesto C. Burgos*

Estudiantes de un secundario cubano.
Estudiantes de un secundario cubano.

HAVANA TIMES — Si usted le pregunta a un cubano de a pie porque no quiere ser maestro lo más probable es que si no le suelta una carcajada en la cara se limite a decir: El maestro pasa mucho trabajo… Y lo más duro es que es cierto. En la Cuba de hoy ser maestro nunca es la primera opción. ¿Podríamos esperar que sea de otra manera?

Muy pocos, por no decir ninguno, de mis compañeros de estudio piensan siquiera en optar por esta carrera como primera opción o tan siquiera como última. El hecho radica en que a pesar de que el salario de este sector es mediano, sigue sin alcanzar para nada.

Tenemos que reconocer que ante nada un maestro es persona. Tiene aspiraciones, familia, amigos. También quiere tener la oportunidad de divertirse o tomarse unas vacaciones holgadas. Pero nada de esto se puede lograr con un salario que no supera los 25 cuc al mes.

¿Acaso esta sociedad puede esperar un maestro comprometido con un trabajo que en la mayoría de las ocasiones no le gusta? Lo más común es que un estudiante de pedagógico ni siquiera se plantee el hecho de su carrera como un proyecto de vida a largo plazo. En la gran mayoría de los casos pasan el servicio social causando más daño que bien en un sistema educacional en franca decadencia al compararse con lo que un día fue.

Medidas que en otro tiempo pudieron parecer correctas han resultado causar más daño que bien.

Los profesores generales integrales, comúnmente llamados PGI, revelaron que la rapidez con que intentaron ser formados no pudo competir con otros profesores forjados con mayor paciencia y vocación.

Así nos paramos frente a un país lleno de escuelas con aulas vacías. Mucha educación y pocos maestros. Si damos al sector de la defensa salarios más altos que los promedio, oportunidad de comprar en tiendas artículos a mucho menor precio que los estándar, ya sea alimenticios o de otra índole, si ofrecemos a los militares oportunidad de acudir a villas de recreo o de adquirir una vivienda, (necesidad tan acuciante en Cuba), ¿por qué razón no brindar estas mismas facilidades a un sector tan importante como es el de la educación?

Para justificar el déficit en el sector educacional muchas veces se recurre al argumento de que es presupuestado. Pero el hecho es que: ¡el sector de la defensa también lo es!

En términos económicos, ninguno de los dos produce. La única diferencia es que uno produce defensa y el otro, educación.

No hablo de retirar recursos a uno para darlo al otro. Simplemente creo que si se tuvo la voluntad política de priorizar al sector militar, pues las condiciones históricas lo exigieron, debemos tener la misma voluntad para crear las mismas condiciones en el sector de la educación.

En estos momentos miles de profesores amantes de su trabajo se ven empujados a abandonar sus puestos. No son despedidos, no son dejados disponibles, simplemente se van. El éxodo hacia todo tipo de empleos sin ningún tipo de relación con la carrera estudiada es innegable. Y así la gran mayoría de los alumnos ve cómo algún que otro turno se queda vacío ante la partida de un maestro.

La sociedad hacia la que avanzamos necesita resolver este problema tan acuciante, no sea que uno de los principales logros de este país se pierda irremediablemente.

Para el maestro nuevo deberían crearse espacios de desarrollo, tanto materiales como individuales. Esto ayudaría a transformar la más noble de las profesiones en una labor doblemente útil: a la sociedad y a aquellos que la desempeñan.

Indiscutiblemente sobre el magisterio recae en estos momentos la principal batalla nacional. En ese caso cabría preguntarse: ¿seguiremos exigiendo de este sector sin ofrecer algo a cambio?

(*) Estudiante preuniversitario

2 thoughts on “Los Maestros en Cuba

  • Con los profesores paso lo mismo que esta pasando ahora con los medicos. La pedagogia siempre y donde quiera ha sido una profesion muy respetada pues require preparacion, cultura general, character y educacion formal. Un maestro era , ademas de maestro, como un miembro mas de la familia que se preocupaba no solo por enseñar las materias sino tambien como comportarse (se acuerdan las clases de moral y civica?). El maestro nunca gano mucho dinero pero era una profesion que se ejercia con orgullo.
    Hasta que se empezo a masificar el magisterio, a producer maestros como chorizos, sin importer la calidad, solo los numerous. cualquiera era maestro, no importaba nada, ni el vocabulario, ni su vestimenta, ni sus conocimientos. La profesion se fue desprestigiando y mas aun cuando empezaron a destruiirse las escuelas, cuando aparecieron las famosas escuelas en el campo, cuando el salario comenzo a chocar con la realidad de que era major ser taxista o jinetera.
    Con los medicos pasara lo mismo: esa exportacion de medicos es temporal, no puede ser para toda la vida y cuando eso suceda ya veremos lo que significara ser uno de las decenas y decenas de miles de medicos disponibles en una isla de 11 millones de personas.

  • Aca tienen un ejemplo, tenemos miles de medicos y otros profesionales para exportar, pero no un maestro para cinci niños, es eso correcto?:
    Juventud Rebelde hoy: «Tamara Conde Sánchez cuenta en su carta que reside en El Carmen, carretera a Playa Santa Lucía, en el municipio camagüeyano de Nuevitas. Y tiene una hija de cinco años, que debió ingresar en el prescolar en el actual curso 2013-2014, junto a otros cuatro niños del poblado donde viven unas cien familias.

    La lectora está muy preocupada, pues la dirección de la escuela del sitio refiere que la Dirección Municipal de Educación no va a situar un maestro de prescolar por cinco alumnos, que irá allí un maestro una vez al mes.

    Pero esta es la fecha en que no ha aparecido dicho maestro. Y la base material de estudio, a unos niños no les ha llegado, y a otros sí, pero incompleta o en mal estado.

    En un intento por que su hija no se quedara sin cursar el prescolar, Tamara le hizo la solicitud al director de una escuela primaria en Tararaco, a unos 20 kilómetros de su poblado. Como ella y su esposo laboran en Tararaco y deben trasladarse a diario hasta allí, les sería muy conveniente tener a la niña en ese centro escolar.

    Pero, lamentablemente, el director le dijo que no se permitían niños que viajaran. Y le sugirió que la pequeña permaneciera en El Carmen, a la espera de que le enviaran un maestro del municipio.

    «Pienso que esto es negligencia de alguna dirección o de alguien en específico, pues siempre se dice que cada niño en nuestro querido país tiene derecho a recibir educación, por muy intrincado que viva, ya sea el campo o las montañas», concluye la preocupada madre.

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