Lo que viene en Cuba asusta

Joaquín Alonso Vázquez, el nuevo ministro de Economía

HAVANA TIMES – Esta semana sesionó el Parlamento cubano (Asamblea Nacional en la nomenclatura local) y se abordaron los problemas de la economía hasta el cierre de 2023, unas cifras que de verdad asustan.

Recordemos que con el exministro de Economía Alejandro Gil todos los informes eran esperanzadores, el futuro era promisorio, la economía iba a tener un repunte, etc, y eso nunca ocurría.

Pues ahora no sé si que aterrizarán por fin y en diciembre realizarán un pronóstico con los pies en la tierra para 2025, porque no es nada halagüeño lo que se habló.

De entrada, el Producto Interno Bruto (PIB), el renglón fundamental por el que se miden las economías en todas las naciones, en Cuba todavía ni siquiera llega a los números de 2019, antes de la pandemia.

Según el informe presentado ante los legisladores por el ministro de Economía, Joaquín Alonso Vázquez, existe una brecha de un diez por ciento todavía en comparación con ese año, que tampoco mostraba cifras alentadoras, valer recordar.

En especial aparecen como elementos más deprimidos los asociados a la actividad primaria (agricultura y ganadería), que superó el 40 por ciento por debajo de aquellos índices, lo que quiere decir que para emular sus registros anteriores prácticamente tiene que duplicarse.

Vázquez aseguró que en el primer semestre del año el país ha recibido 88 por ciento de las divisas que tenía previsto ingresar, lo cual se traduce en 222 millones de dólares menos de lo anticipado, y que se hace «muy difícil» bajar el ritmo de la inflación en Cuba, en el entorno del 30 por ciento anual.

La estrategia para solucionar este bache es la misma de siempre, que no se cumple, y se le agrega esta vez que van a repensar los planes inversionistas, para potenciar solamente los proyectos estratégicos para el país, o sea, que algunas inversiones ya aprobadas se quedarán en carpeta.

El nuevo plan de ajuste del Gobierno es el segundo en apenas seis meses, pues en diciembre pasado se implementó un paquete de medidas que incluyó subidas de más del 400 por ciento al precio minorista de los combustibles y subidas de hasta el 600 por ciento al transporte interprovincial, además de alzas en servicios públicos como la electricidad, el gas y el agua, pero hasta el momento nada de eso ha supuesto avances, y los más de un millón 700 mil pensionados y jubilados siguen pidiendo el agua por señas, porque sus pensiones no les permiten sobrevivir con lo básico, azotados también por los apagones de entre 12 y 15 horas diarias fuera de La Habana.

La cacareada consigna de “Cuba avanza y eso les duele”, que tantas veces escuchamos en el Noticiero Nacional de Televisión y todos los medios oficiales, esta vez se desmiente sola, reconocida por los propios parlamentarios, y con el éxodo de jóvenes y de gente capacitada, que sale por miles mes tras mes, hablar de crecimiento será una verdadera utopía, sin mencionar los recursos. Evidentemente el otro lema de “hacer más con menos” tampoco se está logrando.

De hecho, el inefable programa televisivo “Con filo” dijo sin ambages que no pudo salir el martes porque estaba sesionando el Parlamento y no tenían cámaras ni estudio para grabar. Es el colmo de la economía comunista, donde un proyecto de televisión no cuenta ni con sus propios recursos para disponer de ellos cuando quieren.

Hecho un manojo de nervios, como es costumbre cuando tiene delante a Raúl Castro o cuando tiene que disertar en inglés, nuestro presidente Miguel Díaz-Canel hizo el resumen de las sesiones y, entre otras cosas, lanzó una velada amenaza a las Micro, Pequeñas y Medianas  Empresas (MiPyMes), para que sepan que las están mirando con lupa y la que saque el pie de alguna manera se lo cortarán.

Un país que importa el 80 por ciento de lo que consume, según Naciones Unidas, y apenas exporta, no debe darse el lujo de que las MiPyMes en su gran mayoría no produzcan nada, sino que revendan.

Ahora se les puso un tope máximo de precio en el que se pueden comercializar seis productos básicos, se les exigirá tener una cuenta bancaria empresarial diferenciada y se les prohibirá realizar pagos en el exterior, así que no sé cómo podrán mantenerse.

“No estamos aquí para cerrar (las empresas privadas), pero tenemos que reordenar”, señaló el primer ministro Manuel Marrero, que sigue diciendo que las MiPyMes generaron “distorsiones” y “tendencias negativas”.

Según señaló, la evasión fiscal por parte de los actores privados en materia de impuestos sobre las ventas alcanzó los 50 mil millones de pesos cubanos entre principios de 2023 y abril de 2024, un tercio del déficit presupuestario del país.

Entre las medidas anunciadas figuran el aumento de los controles fiscales, un reforzamiento del cuerpo de inspectores, el cierre de empresas que subdeclaren y el fortalecimiento de los sistemas de pago electrónico, además de adelantar que habrá una “nueva ley de empresas” en septiembre.

La nota graciosa la puso el entrañable secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Ulises Guilarte, con un galimatías que ni él mismo entiende. “¿Cómo le buscamos solución a continuar mejorando todos los días el nivel de desabastecimiento que hoy está presente en la población?”.

Es tarea para la Real Academia de la Lengua Española intentar desentrañar este cantinfleo espectacular, pero quizás ya se dieron por vencidos con este personaje, que  se la pasa de provincia en provincia ladrando para que todos trabajen más mientras él sigue en su carro y con su refrigerador lleno sin saber cambiar ni un bombillo.

“Casi nos hemos acostumbrado a no poder cumplir con la canasta básica de las personas”, reconoció, pero él sigue ahí como si nada, porque la de él no falla.

El señorito Guilarte, para no perder la costumbre, terminó su sarta de disparates exhortando a la población a que el ejercicio de resistencia que viene haciendo por décadas no solo sea pasivo, sino de movilización para transformar esa problemática.

Parece que nos alistamos para un nuevo Período Especial, porque la tozudez de quienes gobiernan esta isla impide que se realicen los cambios que son necesarios para garantizar su existencia como nación, y que su propia gente demanda.

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