Lo que nunca llegó a saber el Papa en La Habana

Vicente Morín Aguado

Mural de las peticiones
Mural de las peticiones

HAVANA TIMES — El domingo 20 de septiembre, alrededor de las 5:00 pm, su santidad Francisco hizo un alto frente a la iglesia de Reina, sede de la Compañía de Jesús en La Habana.

El Papa saludó a la multitud, besó a algunos niños previamente seleccionados para la ocasión, bendijo igualmente a una mujer en silla de ruedas, abrazó a sus hermanos de orden y se montó de nuevo en su flamante papamóvil. Nadie le señaló la existencia de unos murales donde días atrás le escribieron cientos de peticiones.

La semana anterior a su llegada, los padres jesuitas colocaron los murales, invitando a los feligreses a escribir, bajo la premisa “Mi Mensaje de Bienvenida al Papa Francisco.” La tarde de sus pocos minutos en el bello templo gótico de Centro Habana, siempre hubo personas frente al mural colocado a la izquierda dentro del pórtico si nos ubicamos como entrando al lugar. El Sumo Pontífice se fue sin leer aquellos amorosos mensajes:

“Muchas gracias papa Francisco por su ardua e inteligente labor de interceder por nosotros y comenzar la eliminación del embargo.”

“Sagrado Corazón de Jesús, quiero pedirle mucha salud para mí, toda mi familia. Prometo no olvidar este favor que me haces. Amén. Yanara. Indulto.”

“Líbrame de esta cadena que me sigue y me obliga a estar lejos de los que amo, mi madre y mis hijos.”

Dentro del pórtico a la izquierda el mural.
Dentro del pórtico a la izquierda el mural.

“Le ruego que me ayude con el problema tan grave que tengo de justicia con la Policía. Tengo un juicio pendiente y no quiero ir presa.”

“Aquí tu, su hija, pidiendo amor, cariño, y que se me ayude a vencer el problema, o sea, los papeles de mi casa…”

“Sagrado Corazón de Jesús, ayúdame a ir al evento en la entrevista, que me digan SÍ.”

“Bendice a mis hijos para que puedan ser cumplidos mis deseos todos, que se abran las puertas de trabajo y economía a mis familiares y en general.”

“Papa, intercede por los presos en Cuba, son muchos. Y el indulto no ayuda a todos. Pide por los presos que están ahí injustamente.”

“Rezo para que sigas transformando la Iglesia para ser más cercana a los pobres.”

Quien escribe debió ver lo acontecido desde la barrera, sin embargo hubo privilegiados reporteros, no por tal condición les critico, lo interesante es qué escribieron, por ejemplo en Granma:

“Un encuentro de abrazos, más que de palabras”, tal fue el título dado a su crónica por Sheyla Delgado di Silvestrelli, quien centra su atención en los escasos momentos del Pontífice con sus hermanos jesuitas. De paso nos regala la siguiente expresión: “Bastó con descubrir, escalones arriba, a tres niños para que el Jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano les hiciera un gesto de acercamiento, nacido de la espontaneidad.”

Nada más, Sheyla tampoco vio los murales.

El Vicario de Cristo volverá a Roma. Los escritos irán borrándose lentamente. Al menos unas fotos quedaron junto a la natural rebeldía de quien escribe.
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Vicente Morín Aguado: [email protected]

2 thoughts on “Lo que nunca llegó a saber el Papa en La Habana

  • Gracias Vicente por tu testimonio y análisis. Te felicito.
    Ahora el gobierno cubano es más papista que el Papa.
    Lamentable hay una enfermedad en la Isla que contagia a los Papas: una vez que nos visitan se vuelven sordos, ciegos y hablan a media lengua.
    La iglesia y el gobierno son dos partidos políticos en Cuba.Estamos fritos, porque si en política sufren de amnesia, en la moral mojigata sobre la sexualidad , el aborto y el matrimonio, nos quieren llevar a las cavernas. Yo quiero otros partidos políticos no estos dos.
    Para fraseando el programa de Con dos que se quieran… que conduce Amaury Pérez, no quiero ninguno de estos dos partidos para mi país.Sobran y hacen daño.

  • ¿ Vicente dijo todo eso?

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